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El éxodo rural en la provincia de Valladolid provoca el vaciado de pueblos y, como consecuencia, la desaparición de sus negocios. Pero hay muchos que huyen de este fatal destino y se esfuerzan por mejorar día a día, buscar nuevos empleados y dar un impulso ... al medio rural. Es el caso de Jesús Doyague, quien con 27 años es propietario de tres granjas de cerdos, una de ellas en el municipio de Barruelo del Valle. Inició su andadura profesional en 2015 y siempre le ha ido bien, según reconoce, hasta que hace poco más de un año se empezó a agrandar un problema que arrastra hasta hoy: no encuentra trabajadores. «Somos tres empleados y tenemos que gestionar las tres granjas nosotros, por lo que necesitamos uno o dos más para poder cumplir los horarios y llegar a los objetivos sin ir pillados ni tener el estrés de ahora», explica Jesús.
En sus explotaciones ganaderas cuenta con una empleada de 24 años y otro de 56, pero asegura no encontrar a nadie a quien poder contratar para ampliar la plantilla. El fondo de la cuestión es mucho más profundo y reside en la escasez de viviendas en el pueblo. «No hay casas en Barruelo y las que están vacías no se alquilan, solo se venden, por lo que no puede venir nadie a trabajar al no tener la posibilidad de vivir cerca», lamenta este joven.
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Sus 4.600 animales de cebo y 480 madres necesitan cuidados diarios que él y sus dos empleados se reparten, pero reconoce que en el horario de siete a tres no siempre se termina la tarea y muchos días tiene que hacer horas extra y volver a las granjas por la tarde. «Tenemos que pinchar a los cochinos, vacunarles, inseminarles, echarles de comer, estar pendientes de cómo están, de su salud y tener limpia la granja, algo que entre tres es difícil de hacer», cuenta.
Cuando se percató del problema decidió cortarlo de raíz y comenzó a comentarlo por su pueblo y los de alrededor: necesitaba trabajadores y los necesitaba cuanto antes. Pero el boca a boca no fue suficiente y hace unos meses, con el firme propósito de contratar a, al menos, una persona más, decidió publicar la oferta de trabajo en una conocida página web de anuncios, aunque reconoce que «la gente que se interesa no suele tener los papeles en regla o no cuenta con los conocimientos necesarios sobre el cuidado de estos animales, y eso es fundamental para poder realizar los trabajos que tenemos que hacer día tras día en una granja de cerdos como esta».
Tampoco ayuda la edad media de Barruelo del Valle, con un censo de 47 habitantes en 2021 y una población mayor de 65 del 46,8%. «No hay gente joven para trabajar en la granja y, mucho menos, que tenga experiencia», cuenta a la vez que explica su oferta de trabajo: un contrato indefinido con el primer mes de prueba, «algo muy bueno para comenzar o retomar una vida rural en la tranquilidad del campo».
De momento y pese a lo complicado de su búsqueda, este joven mantiene la esperanza de encontrar a los trabajadores que necesita para que sus granjas no terminen echando el cierre.
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