![El eremita de la Virgen de los Pegotes](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202108/03/media/cortadas/Imagen%20ermitano-k60B-U150131776217lOB-1968x1216@El%20Norte.jpg)
![El eremita de la Virgen de los Pegotes](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202108/03/media/cortadas/Imagen%20ermitano-k60B-U150131776217lOB-1968x1216@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Llegó por casualidad. Sin pensarlo mucho y sin grandes expectativas, pero después de once años, Mariano Cuadrado Pérez, de 67, tiene claro que fue lo mejor que hizo en su vida. Su rutina empieza al amanecer, cuando recorre el escaso kilómetro que separa el centro urbano de la localidad de Nava del Rey de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, en el que descansa la Virgen de los Pegotes, patrona del municipio y cumplidora, según relata Cuadrado Pérez, de «promesas que muchos devotos han realizado desde hace años, como es el caso de Mauricio Bergaz, cuya familia pidió a la virgen en 1859 que le curara del sarampión, algo que ocurrió, ya que recobró la salud». En este emplazamiento, además de venerar a la patrona, Mariano se encarga de mantener impoluto cada metro cuadrado de este emblemático edificio de mediados del siglo XVI.
Su función, la del eremita, es una tarea en peligro de extinción en la provincia de Valladolid ya que son pocos los que, de manera voluntaria, como es el caso de este navarrés, deciden dedicar su vida al cuidado de una ermita, labor que en su origen realizaban frailes que buscaban un retiro espiritual, pero desde hace décadas son muchos los ayuntamientos los que han encomendado a personas que no tienen vinculación con el clero la guardia y custodia de estos espacios de gran devoción popular. Ahora, después de once años como ermitaño, Cuadrado Pérez no imagina su vida sin «cuidar la ermita, atender a todo el mundo que viene a rezar o conocer a la virgen y disfrutar de esta labor tan bonita y especial».
Otros reportajes
Laura Negro
Miguel García Marbán
En el año 2010, en poco más de dos semanas, los dos eremitas anteriores de Nuestra Señora de la Concepción fallecieron. Fue entonces, cuando el anterior alcalde de Nava del Rey, Guzmán Gómez Alonso, propuso a Mariano ocupar este cargo. «La verdad que no me esperaba que me ofrecieran ser el ermitaño, nunca me lo había planteado, pero ante la insistencia de Guzmán acepté», recuerda Mariano, quien sufrió un accidente laboral que le llevó hasta en 15 ocasiones al quirófano y «tuve que dejar de trabajar, ya que me incapacitaron».
Esta actividad no remunerada se convirtió en un reto. «Cuando llegué estaba todo, como se suele decir, manga por hombro, y con mucho esfuerzo, poco a poco, fui entonando el entorno de la ermita» recuerda este guardián que, al igual que otros vecinos del municipio, siente un fervor especial por la Virgen de los Pegotes, que comparte con las imágenes de la Cofradía de la Oración del Huerto de la localidad, hermandad a la que perteneció y de la que fue costalero –«junto a otros cofrades, fuimos los primeros que sacamos en hombros los pasos en Nava del Rey»– y de la que tiene muy gratos recuerdos, que compartió con familiares, como su madre, que «si estuviera viva estaría muy contenta y orgullosa de ver cómo uno de sus hijos es el ermitaño de la Virgen de los Pegotes».
Durante su jornada matutina, el eremita de Nava del Rey, además de adecentar todo el exterior, también se encarga de gestionar el bar y de mantener el interior de la ermita, que suele ser frecuentada por fieles que vienen a rezar a la Virgen, «por lo que tiene que estar todo muy limpio y más ahora con la covid», apuntilla.
Los días de más tránsito de devotos son el último domingo del mes de mayo, celebración de la 'La Función'; y del 30 de noviembre al 8 de diciembre, cuando La Virgen de los Pegotes es la gran protagonista con la 'Bajada y Subida', fiesta declarada de Interés Turístico Nacional en octubre de 2018 debido a su singularidad.
«Estos días son los más emocionantes y los más bonitos del año», explica Mariano, quien asegura que este festejo hay que vivirlo al menos una vez en la vida. En 1745, en el preciso momento que se iba a celebrar la primera procesión de la Virgen, una tormenta obligó a retrasar el desfile e iluminar el trayecto con antorchas o pegotes.
Desde aquel año la peculiaridad de este rito se encuentra en los pegotes que alumbran todo el recorrido de la Virgen, como «la patrona que ilumina el camino de muchos devotos», afirma Mariano, que espera poder seguir muchos años acompañando a la patrona y dedicando su vida a velar por la seguridad y el orden de la ermita.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.