Wamba y su osario, baluarte del mozárabe

«Como te ves, yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto, aquí. Piénsalo y no pecarás», es el epitafio que reza en el puzle de huesos que es el osario de Wamba. Es el más grande de España y remonta sus orígenes a la época goda, en tiempos de los monarcas Chindasvinto y Recesvinto. Se trata de un cubículo repleto de calaveras, tibias y fémures, que se fueron acumulando desde el siglo XIII al XVIII, y que tiene como misión recordar el triunfo de la muerte y lo efímero de la vida. Una sobrecogedora y misteriosa joya ósea, custodiada por otra joya histórica y arquitectónica: la iglesia de Santa María de la O, templo mestizo de proporciones y estética tan sencillas como sublimes.

La iglesia wambeña tiene el honor de ser uno de los 789 elementos patrimoniales españoles que fueron declarados monumentos histórico–artísticos pertenecientes al Patrimonio Nacional, por el Real Decreto de junio de 1931. Un decreto que fue, hasta ese momento, la principal actuación para proteger el patrimonio inmueble en España. Hoy, 90 años después de aquella declaración, Santa María, que mezcla sin complejos el estilo mozárabe y hospitalario de San Juan de Jerusalén, atrae cada vez a mayor número de turistas, unos 7.000 al año y se postula como lugar idóneo para albergar en su interior un centro de interpretación del arte mozárabe.

Los viejos muros y piedras de esta bella iglesia situada en el corazón de los Torozos cuentan al visitante su historia, que se remonta al siglo X, aunque existen restos de construcciones romanas y visigodas, del siglo VII. El templo fue ampliado en los siglos XII y XIII y uno de sus principales atractivos es la conocida Capilla de la Palmera, que sirve como encrucijada entre el coro y el claustro del convento, y que se utilizaba para articular el paso en las procesiones litúrgicas.

Coincidiendo con el 90 aniversario de su declaración como Monumento Nacional, el ayuntamiento de la localidad y la junta parroquial han reeditado el libro del historiador local Francisco Javier González Muelas, titulado 'Santa María de la O de Wamba. Guía Histórico-Artística', una obra que sirve para poner en valor la joya del patrimonio wambeño. «Se tiene constancia histórica del asentamiento visigodo en el mismo lugar donde hoy se ubica la Iglesia de Santa María, avalado por las sucesivas excavaciones arqueológicas que se han hecho en el recinto. Esta iglesia es una simbiosis ecléctica de arte mozárabe sobre restos visigodos, románicos y protogóticos, con claras influencias del cister asentado en las proximidades», explica el historiador.

El consistorio lleva 14 años tratando de dar una funcionalidad museística a las dependencias anejas al templo. En concreto, se quiere poner en marcha un Centro de Interpretación sobre la cultura mozárabe. Mientras el proyecto sale adelante, el ayuntamiento, con ayuda de la Diputación de Valladolid, muestra su monumento a los visitantes, a través de la oficina de turismo y de una red de voluntarios del municipio. «Cada año recibimos entre 6.000 y 7.000 turistas, aunque lo cierto es que no lo tenemos lo bien atendido que nos gustaría. En la actualidad, la oficina de turismo sólo está abierta seis meses al año, el resto del tiempo mostramos la iglesia gracias a la labor de varios vecinos. Esto hace que muchas veces los turistas no puedan disfrutar de nuestro patrimonio, lo cual es una pena. Nos gustaría que la oficina estuviera a disposición del público todo el año», explica el alcalde, José Luis Álvarez, deseoso de que su proyecto turístico dedicado al mozárabe vea la luz. «En un principio parecía que iba a ser muy sencillo poner en marcha el centro de interpretación, de hecho, nos llegaron a aprobar la financiación, pero con la llegada de la crisis, se paralizó todo. Nuestro objetivo es rehabilitar la biblioteca y los claustros ya que esta iglesia es uno de los principales exponentes del mozárabe en la península», añade.

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