«Acercaos a ver lo que sucedió en un pueblo, Tordehumos». Son las palabras con la que este sábado se inició en la terracampina localidad la recreación histórica de las cuatro bodas de doña Mencía de la Vega (1465-1515), Señora de la villa, que, ... en segunda edición, organizó el Ayuntamiento de la localidad como el mejor preludio del XXIII Mercado Artesanal de Tierra de Campos, que se celebrará el próximo fin de semana.
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Con más de medio centenar personajes, de los que buen número fueron protagonizados por vecinos, la Asociación Torre del Homenaje llevó a cabo, con una cuidada escenografía y vestuario, la recreación de un guion realizado por el concejal José María Collazos, que, como gran conocedor de la historia ahumada, también hizo de narrador de las escenas que se fueron sucediendo en distintos espacios de la localidad, «con el fin de poner en valor nuestro patrimonio», según expresó el alcalde, Agapito Bravo, que encarnó un personaje de la recreación, señalando que «en la actividad se une historia, cultura y turismo».
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Miguel García Marbán
Tras la presentación en la plaza Mayor, la recreación de la primera boda de doña Mencía, con don Pedro de Mendoza, tuvo lugar en la plaza del Rollo. De camino hacía un nuevo espacio, los espectadores conocieron que don Pedro muere y es enterrado en la iglesia de Santiago de Tordehumos. El exterior de la iglesia de San Miguel acogerá la segunda boda, con Bernardino Fernández de Quiñones, hijo del primer conde de Luna, tan solo cuatro meses después del fallecimiento del primer marido. Matrimonio que será anulado por parentesco, al igual que el tercero con Juan Hurtado de Mendoza, hijo del Gran Cardenal Pedro González de Mendoza, cuya boda se escenificará frente a la iglesia de Santa María la Sagrada. Junto al Ayuntamiento, se celebrará la cuarta boda, a petición de la reina Isabel la Católica, con el infante Fernando de Granada, hijo de rey nazarí Muley Hacén. Doña Mencía llegará a pedir el divorcio al Consejo Real, aunque el problema no llegó a solucionarse porque antes enviudará. La Señora de Tordehumos protagonizó en la última escena un emotivo soliloquio ante la iglesia de Santiago, donde, según su testamento, pedirá ser enterrada junto a don Pedro de Mendoza, al que consideró su único marido.
Entre los recreantes, haciendo el personaje de obispo, se encontraba el vecino José Manuel Busnadiego, que nunca falta a la llamada para colaborar en cualquier actividad que sea buena para el pueblo, como la creación de las bodas, que «hay que seguir año tras año para que se consolide y atraiga visitantes a Tordehumos». También estaba entre los recreantes, haciendo de sacerdote, Óscar Yánez, y su hijo, Bruno, así como su sobrino Enzo García, que hicieron de monaguillos, «porque es bueno colaborar con todo lo que tenga que ver con el pueblo».
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Entre las decenas de espectadores se encontraba el diputado provincia, David Esteban, quien ensalzó a Tordehumos como «un ejemplo de asociacionismo, participación y voluntariado, que siempre ha sabido de servirse de su historia para su propia promoción».
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