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En el recuento nocturno de la prisión de Valladolid, que coincide con los cambios de turno del personal, los funcionarios se dieron cuenta el pasado ... viernes, 14 de febrero, que faltaba un preso. El cacereño Ángel Benito, que llevaba un año cumpliendo condena en Villanubla por delitos contra la salud pública (es hermano del jefe del clan de los Hilarios de Plasencia) por blanqueo de capitales y por falsedad documental, se había esfumado. Aún le quedaban casi 20 años de condena, pero desde hace 48 horas ni rastro de este hombre de 47 años.
Tan pronto como se dieron cuenta de su ausencia (poco antes de las diez de la noche) avisaron a los mandos de la Guardia Civil de Valladolid, que desplegaron un dispositivo para peinar la zona. Enseguida decenas de agentes de la Benemérita -que a su vez avisaron a la Policía Nacional para colaborar en las labores de búsqueda- así como miembros del cuerpo especializado de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) rastrearon la zona. Además, varios efectivos de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil analizaron las grabaciones de las cámaras de seguridad del centro penitenciario de Valladolid para localizar el punto de fuga. «Se han puesto a disposición todos los medios para obtener el máximo de información en el mínimo tiempo», explica el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales.
En los exteriores de la cárcel, agentes especializados usaron la tecnología como herramienta para tratar de recabar pistas que condujeran al paradero del preso fugado. «Se utilizaron cámaras térmicas y dispositivos de visión nocturna con el fin de encontrarlo», añade Canales, quien explica que pese a lo sucedido, «es la primera vez en cuarenta años que se fuga un preso de Villanubla. Ha habido intentos o personas que no han vuelto tras un permiso, pero nunca fugas», comenta.
Desde que el preso se fugó hasta que se dio el aviso pasaron casi diez horas por lo que los esfuerzos iniciales del despliegue en las inmediaciones de Villanubla se centran ahora en otras vías. Resulta obvio que los tres presos están identificados, pero está previsto que se preceda a su localización y posterior investigación para averiguar el grado de implicación de cada uno en la fuga de Ángel Benito. Se trata de un preso «muy bien armado económicamente y con numerosos recursos para poder ocultarse durante tiempo» y que, además, habría planificado de forma meticulosa su plan de huida. «No se descartan nuevas detenciones relacionadas con las posibles colaboraciones que haya habido en este caso y que se pondrán en conocimiento de la autoridad judicial», advierte Canales.
Tanto la investigación interna (la que se lleva a cabo por instituciones penitenciarias) como la que mantiene abierta desde el pasado viernes la Guardia Civil determinará «qué medios humanos y técnicos» fallaron el pasado viernes para permitir finalmente la salida al exterior de un preso que debería cumplir condena, al menos, durante los próximos 20 años.
Por el respaldo de contactos con los que contaría el hermano del jefe del clan de los Hilarios de Plasencia y su capacidad económica se presupone «complicada su localización a corto plazo, ya que por el momento no está cercado y podría estar en cualquier parte, incluso fuera de España», relatan fuentes de la investigación.
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