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Una plaza en forma de claustro recupera una vista inédita del Monasterio de las HuelgasEl proyecto nació hacia veinte años y en apenas un mes verá la luz. Valladolid recuperará entonces una vista inédita desde hace casi sesenta años, fruto del urbanismo salvaje de mediados del siglo XX, que no solo ocultó el lateral este del Monasterio de las ... Huelgas Reales (1579-1599) sino que lo tapió literalmente con una nave de hormigón y uralita adosada a sus más que centenarios muros. Estos han vuelto a descubrirse y no solo eso... Una plaza pública, en forma de moderno claustro, acogerá un rincón con encanto que permitirá redescubrir este espacio histórico encajonado entre la avenida de Ramón y Cajal y la calle Alamillos. Las obras están ya avanzadas con la previsión de que pueda abrirse a los ciudadanos en torno a finales de marzo.
Allí, en este rinconcito olvidado, surgirá una plaza que lucirá el nombre de Francisco de Praves (1586-1637), el desconocido arquitecto vallisoletano e hijo del quizás más popular Diego de Praves (1556-1620), quien participó precisamente en la construcción del claustro que amplió el cenobio en 1622. El nuevo espacio se configurará precisamente en forma de «claustro moderno», en claro homenaje al que será su titular, con una suerte de amplios marcos en los laterales del muro del monasterio y el murete que separa el garaje comunitario del bloque de viviendas, construido hace menos de diez años, de los números 5 y 7 de Alamillos, que contará con un acceso público desde esta calle en paralelo a la entrada a su garaje privado.
Este piconcito de apenas cuatrocientos metros cuadrados tendrá un segundo acceso abierto entre el edificio colindante de los números 9 y 11 y el propio monasterio, por el parque ajardinado de la avenida de Ramón y Cajal, junto al bar El Tío Molonio, donde se ha abierto un estrecho pasadizo que también conducirá a la plaza. Los dos accesos, eso sí, contará con cancelas para cerrarlos durante la noche en una fórmula similar a la plazoleta arbolada enclaustrada entre un edificio con accesos por las calles Encarnación y San Ignacio.
Cronología
Siglo XVI Construcción del actual Monasterio de las Huelgas Reales (1579 a 1599) sobre los restos de dos conventos anteriores y del desaparecido palacio real de María de Molina. En la posterior construcción del claustro, ya en el siglo XVII, participaría el arquitecto vallisoletano Francisco de Praves.
Siglo XVIII La puerta del lateral este se ciega y se coloca un retablo de estilo barroco en el interior del templo.
Siglo XX La construcción de un edificio de viviendas y de un almacén de maderas en 1967 ciega por completo el lateral este y la puerta cegada en el XVIII del monasterio.
La plaza de Francisco de Praves contará en su interior con un «espacio estancial de observación» hacia el recién descubierto lateral este del monasterio, que luce una puerta gemela a la principal de la iglesia por el lado oeste (avenida de Ramón y Cajal), que fue tapiada con piedra en torno al siglo XVIII para colocar en el interior del templo un retablo barroco. Allí, al margen de modernas farolas led se distribuirán una suerte de círculos que albergarán bancos, parterres ajardinados con arbolados y juegos infantiles. Todo ello con el objetivo de «poner en valor» esta parte olvidada por la historia que fue tapiada literalmente por el urbanismo inmisericorde de mediados del siglo pasado.
Los trabajos, una vez descubierta la fachada este de la iglesia clasicista del monasterio, que gira en torno a la puerta tapiada tres siglos atrás, están ya muy avanzados a falta del hormigonado y adoquinado del firme y de la colocación de los marcos ornamentales y del mobiliario.
La ejecución del proyecto, que surge del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2004, no ha sido sencilla. Hace veinte años se incorporó en dicho plan una propuesta para transformar este espacio, que fue cegado en 1967 por la construcción del bloque de pisos de los números 9 y 11 de la calle Alamillos y por un almacén de maderas, con acceso por el anterior, que ocupaba el terreno ahora liberado y que estaba adosado al muro del templo.
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Para recuperar el suelo fue necesario, en primer lugar, impulsar una figura urbanística denominada 'unidad de normalización', por la que el Ayuntamiento recibe el suelo para incorporarlo al callejero como «viario público estancial» y que se incorporó como tal en el último PGOU de 2020. Y para ello, en segundo lugar, fue necesario demoler la nave de hormigón y uralita, utilizada en los últimos años como aparcamiento, y abrir el acceso tapiado junto al rinconcito de El Tío Molonio. El otro acceso, el del edificio de pisos de reciente construcción (fue levantado hace menos de diez años) de los números 5 y 7 de Alamillos, ya estaba habilitado con una cancela en previsión de la actuación que comenzó finalmente con el derribo a finales de 2023.
El proyecto definitivo fue redactado en enero del año pasado, tutelado por el arquitecto Álvaro Finat, quien ideó este espacio, sin duda, con encanto sobre la base de «generar un claustro moderno con una suerte de marcos sobre el muro que lo separa del patio (privado) de Alamillos 5 y 7 y de la medianera del colegio de las Huelgas imaginando la composición que podría haber tenido este claustro destinado a poner en valor el monumento que se recupera» y unas vistas que permanecían inéditas desde 1967, según explica el propio autor.
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