De 'tartiflette' a sopas de ajo, el menú de los Pingüinos

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La gastronomía pingüinera va más allá, pero son los platos de cuchara los protagonistas. «Es lo que más calienta, que es lo más importante. Eso y que alimente. Hay que coger fuerzas para todo el día», comenta Polaris, un motero de Barcelona, con una sopa de ajo en mano. Es su segunda vez en la concentración, la última vez que vino fue cuando Pingüinos se celebraba en Tordesillas. Hace mucho, vaya. Ha venido solo, pero ha tardado poco en ser acogido por un grupo de varios moteros del barrio de Delicias. «Hemos hecho un trato, me dan de comer y yo les vigilo el fuego cuando no están», comenta. «Pues ya sabes, que solo tenemos productos de la tierra y esta noche hay panceta», le advierten sus nuevos compañeros. Cualquiera dice que no.

Hay también menú internacional. Por ejemplo, el grupo portugués 'The Black Crowes' va a preparar 'bifanas'. Un plato tradicional de su tierra que consta de pan seco y chuletas de cerdo marinadas en su interior. Originario de la localidad de Vendas Novas, de donde vienen estos moteros. Y del otro lado de los Pirineos han llegado un grupo de diez franceses, desde Mont-de-Marsan, Orleans o Nogaro. Algunos de ellos han hecho más de mil kilómetros en moto para venir a Pingüinos y claro, hay que reponer fuerzas. La pata de un jabalí se asoma entre el papel de plata, el plato fuerte que espera al fin de semana para cocinarse. El menú del día será una 'tartiflette', que se está cocinando en la hoguera y se elabora a partir de patatas y queso a la francesa. «Tenemos también vino francés. Toda la comida es de nuestra tierra», asegura Didier Hernández.

La comida estrella de este viernes, que supone la llegada al ecuador de la concentración -ya con 20.000 inscritos-, son los piñones. Pingüinos celebra esta noche su Nochevieja y Año Nuevo y detrás de esas doce piezas de frutos secos que los participantes se comen como si fueran uvas hay todo un trabajo de orfebrería. Durante todo el día se han repartido incontables vasos con piñones. Ángela López es una de las voluntarias lleva trabajando en que todo esté a punto para la cita. «Llevamos toda la semana, metiéndolos en una bolsita y dentro de un recipiente de barro personalizado con esta edición», explica.

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La organización también hace lo suyo para que los moteros luchen contra el frío. Durante la concentración se reparten 5.000 litros de caldo, 4.000 de carajillo y 3.500 de chocolate. Cada día, los participantes pueden disfrutar de un desayuno pingüinero y degustar este caldo. Turismoto también reparte entre los asistentes un total de 26.000 huevos fritos, 50.000 raciones de pan y 40.000 piezas de bollería para empezar con fuerza la jornada. No solo eso, ya que también se ponen a disposición de los pingüinos cinco toneladas de patatas, seis de naranjas y 3.500 kilos de carne. Con el estómago lleno, el cansancio acumulado de Pingüinos se lleva mejor.