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Parquesol se despide de su última joyería después de 37 años reparando relojes«Fuimos los primeros y los últimos». Así relata Mercedes Sanz, joyera de Joyería Eloy junto con su marido Eloy Pascual, ya jubilado, su paso por Parquesol. El barrio de Valladolid llegó a tener hasta cinco establecimientos joyeros en sus calles pero Joyería Eloy fue ... la primera hace 37 años y la última en bajar la persiana. «El barrio se queda sin joyería y es una pena. Nadie se ha interesado por un posible traspaso así que venderemos el local», argumenta Mercedes Sanz. Con prácticamente todo el género vendido a excepción de media docena de pulseras de oro y algún reloj, Mercedes Sanz prevé cerrar definitivamente a finales de este mes.
La historia de Joyería Eloy comenzaba en un pequeño local de 10 metros cuadrados en la parcela 39 de Parquesol. «Antes este barrio funcionaba por parcelas. Cuando lo montamos no teníamos mucho dinero, lo poco que conseguimos juntar del paro y con eso pagábamos al contado a las casa de joyas porque no nos giraban nada de género porque no nos conocían, éramos nuevos. No teníamos ni escaparate y mi marido hizo uno portátil que poníamos y quitábamos todos los días», recuerda Mercedes Sanz.
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Poco a poco, el matrimonio especializado en reparación de relojes se fue haciendo un hueco en el barrio de Parquesol y consiguiendo clientes. «Fue entonces cuando decidimos comprar este local en construcción a una inmobiliaria con una hipoteca a 10 años. Reformamos el establecimiento y pusimos un pequeño taller para la reparación de relojes de mi marido y desde entonces hasta ahora. En el otro local estuvimos solo cuatro años hasta que tuvimos el dinero suficiente para comprar este», puntualiza la joyera que prevé cerrar el negocio a finales del mes de octubre.
Con 37 años de historia vinculados a las joyas y a la relojería, Eloy Pascual, ya jubilado, y Mercedes Sanz confiesan que lo mejor ha sido «el trato con los clientes y la cercanía del día a día. Al final todos nos conocemos y aunque antes había hasta cinco joyerías en Parquesol siempre hemos tenido clientes fijos y muy buena relación con todos ellos». «Los clientes me dicen que les da mucha pena, que aguante un poco más pero que se alegran de que vayamos a descansar y disfrutar. Tengo la decisión tomada y podría haberme jubilado ya hace unos meses pero aguanté el verano a ver si había alguien interesado en el traspaso», explica Mercedes Sanz.
Aunque al principio Eloy Pascual y Mercedes Sanz reparaban joyas y relojes, tuvieron que centrarse únicamente en los relojes porque no daban a basto. «Ha habido veces que en reparación de relojes la lista de espera era de dos meses y la gente aguantaba para que le reparase el reloj Eloy, es de los pocos relojeros que quedan en Valladolid», esboza su mujer, que recuerda grandes historias vinculadas al mundo de las joyas. «La joyería no es que haya cambiado con el paso de los años, es que se ha incrementado el precio de venta. Lo que antes comprabas por 100 euros para una comunión ahora te cuesta más del doble», sentencia.
Ahora que la jubilación llama a la puerta Mercedes Sanz confiesa que tiene ganas «de viajar, conocer mundo, disfrutar de mis nietos que les tengo a todos fuera de Valladolid y vivir de otra manera». Eloy Pascual, su marido, se jubiló hace unos meses y al día siguiente de firmar la jubilación «se cogió la bicicleta y se recorrió toda la Península con ella durante dos meses y medio», finaliza entre risas la propietaria.
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