Valladolid
Adiós a la última tienda de ultramarinos de CanalejasSecciones
Servicios
Destacamos
Valladolid
Adiós a la última tienda de ultramarinos de CanalejasMientras se vacían los estantes y las cámaras, María Jesús Sanz recuerda que cuando abrió las puertas de su tienda de alimentación en Canalejas de Peñafiel eran cuatro los establecimientos de ultramarinos que atendían a los vecinos. Este 31 de octubre, 35 años y 10 ... meses después, la persiana del último de ellos, de su local, bajará con la incertidumbre de si volverá a subirse ya que María Jesús en noviembre alcanza la edad de jubilación, y, con ella, el merecido descanso y disfrute de su tiempo; disfrute, junto a su marido, de sus dos hijos (hija e hijo) y de sus dos nietos.
Lo primero que tiene planeado nada más echar la llave al comercio va a ser, «porque lo añoro y lo deseo muchísimo, ir a Madrid a casa de mi hija y de mis nietos. Fíjate que es poco, pero es que no he podido nunca. En los trece años que lleva mi hija en Madrid he ido a algún cumpleaños de los niños, pero salíamos de Canalejas a las once de la mañana y a las cinco de la tarde volvíamos para acá, así que quiero tener un fin de semana en el que irme a Madrid tranquila, sin tener que decir: vámonos que mañana tenemos que hacer. Lo primordial va a ser esa visita; me voy el viernes por la tarde y vengo el domingo o el lunes, cuando me apetezca, tranquilamente, sin tener la obligación». Más adelante «haré algún viajecillo porque he salido muy poco, la verdad».
Noticias relacionadas
Adrián Rodríguez
Luis Javier González
Y es que una tienda de pueblo al final no tiene horarios. Tiene uno fijo, sí, pero el timbre de la puerta de casa o el teléfono está a disposición de los vecinos a cualquier hora. El horario fijo es de mañana, de lunes a domingo, excepto los sábado que también abre por la tarde para surtir las meriendas que los vecinos celebran esa jornada por costumbre. «Abro todos los días del año excepto el día de Navidad y el de Año Nuevo, y en alguna ocasión he cogido vacaciones, pero la tienda ha estado atendida, por mis hijos o por una prima».
María Jesús tomó el relevo de sus suegros, quienes estuvieron al frente de la tienda 40 años, relevo que ahora parece más difícil pues sus hijos residen y trabajan fuera de Canalejas. Posibilidades de que la persiana continúe levantada hay, pero, María Jesús, prefiere no adelantar acontecimientos hasta que no se concrete alguna de las propuestas que ha recibido, especialmente una, bastante sólida, «pero, bueno, de momento no aseguro nada. Hay una persona interesada porque encima de la tienda tiene la casa, en la que yo he vivido 10 años. Una casa preparada, amueblada y con calefacción».
Noticias relacionadas
Tres décadas y media abierto al público demuestran que el negocio es rentable, aunque, como explica la tendera, «de seis a ocho años aquí la venta ha bajado mucho porque la gente mayor va falleciendo o está en residencias, y los que quedamos somos muy pocos; y luego las grandes superficies nos absorben por completo». Aun así, afirma que la tienda todavía es una interesante fuente de ingresos, un buen aporte a la economía familiar. «Con algo que la respalde sí que se puede sacar adelante la tienda. Con mi marido, que ahora está jubilado, y con el que llevo conviviendo 44 años, se ha podido y se ha salido adelante. Hemos dado educación a los hijos y hemos vivido muy bien, la verdad. Mi marido era autónomo, era albañil. Con su trabajo y un poquito de la tienda hemos sacado adelante una familia».
La tienda «no es un caramelo amargo», destaca, y «ajusto también mucho las condiciones porque no quiero excederme, porque es un pueblo y sé lo que hay y sé cómo funciona y no se puede tampoco querer abusar de la gente, por lo que también me limito a ser prudente». Su tienda aún es atractiva porque, como también señala, el pueblo, aunque es pequeño, «en cuestión de servicios está muy bien: hay carnicería, dos bares con restaurante, 7 casas rurales, residencia, una bodega y otra en proyecto, una herrería, médico y enfermero y tenemos un colegio con 8 o 9 niños, con maestros de apoyo; hay actividades del Aula de Cultura, y hasta sigue habiendo misa los domingos. Y no estamos apartados. El pueblo, está muy cuidado, muy limpio, muy cuidadas las casas», y, especialmente, destaca lo positivo que ha sido la llegada de familias inmigrantes, de Colombia y Bulgaria, «porque han ayudando mucho a que el pueblo se mantenga, y se han adaptado muy bien».
María Jesús solo tiene palabras de gratitud hacia su pueblo, a sus vecinos, a los que «quiero dar las gracias por el apoyo que he tenido siempre», y los cuales ahora la expresan su «pena» por el cierre. María Jesús va a echar «mucho de menos» a sus clientas «porque me han apoyado mucho; yo las he apoyado mucho también y creo que he prestado un servicio al pueblo muy bueno, creo la mayoría de la gente lo está valorando. La gente me ha respondido muy muy bien, estoy muy agradecida y les doy las gracias a todos. Estoy encantada, he trabajado muy a gusto. Me gusta mucho la gente, hablar y relacionarme. Y me gusta mucho el mostrador».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.