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Uno de los jóvenes que ocupa el primer piso del inmueble, al menos con otras dos personas, increpa al reportero gráfico de El Norte. Alberto Mingueza

Valladolid

Los okupas de Delicias a los policías que les custodian: «Que no nos hagan fotos»

Tres personas muy jóvenes se asoman al primer piso, increpan al reportero gráfico y le dicen que le van «a denunciar»

J. Asua y Alberto Mingueza

Valladolid

Domingo, 26 de mayo 2024, 00:23

Cinco menos veinte de la tarde de este sábado. Un reportero gráfico de El Norte se desplaza a Olmedo 4, perpendicular a la avenida de Segovia, para comprobar cómo está la situación tras confirmarse que cinco okupas se han hecho fuertes en este edificio ... en ruina en pleno corazón de Delicias. Se han instalado en dos viviendas del inmueble de baja más tres alturas y no van a salir, según comunican a la Policía Local, a la que no le queda otra que retirarse al no contar con una orden judicial de desalojo.

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Cuando el fotógrafo se acerca, salen del coche los dos agentes de la patrulla que desde media mañana se encargan de custodiar el inmueble para evitar nuevas entradas e intentar trasladar a los residentes del entorno cierta sensación de seguridad. Va a haber una vigilancia 24 horas hasta el lunes, según la decisión tomada por el concejal Alberto Cuadrado.

En el momento en el que el cámara de este diario apunta su objetivo a la fachada para hacer las instantáneas y grabar un vídeo, se asoman a la ventana de primer piso dos jóvenes, un hombre y una mujer. «Que no nos hagan fotos, no nos tienen por qué hacer fotos», inquieren a los efectivos del cuerpo de seguridad municipal señalando el objetivo.

Uno de los agentes les contesta: «Si no queréis fotos; meteos dentro, él está haciendo su trabajo», les dice uno de los uniformados. El joven llega incluso a avisarle al reportero de que le va «a denunciar». «Te voy a hacer a ti también fotos», le comenta a nuestro compañero mientras saca su móvil.

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Las imágenes tomadas en este piso permiten ver a tres personas que parecen llegar justito a la mayoría de edad. En una de las barandillas de la vivienda tienen colgadas algunas mantas y edredones, podría ser con la intención de ventilar la ropa de cama. El reportero termina su labor y los okupas vuelven a refugiarse en el interior de la vivienda.

De momento, el plazo que se marca el Ayuntamiento antes de tomar alguna decisión más drástica es el lunes. Según ha adelantado Cuadrado, la idea es afrontar entonces una mediación con los técnicos de los servicios sociales para intentar convencer a estos inquilinos ilegales de que depongan su actitud y desalojen el bloque. Para ello se les podría plantear una alternativa residencial o asistencial.

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El asunto se podría complicar si se enrocan en su negativa. Entonces, sería necesaria una resolución de los tribunales para proceder a un desalojo forzoso, pero sobre eso parece que aún no se ha hablado. Mientras, Urbanismo ya asume que, para empezar, habrá que clausurar de forma inmediata, una vez el inmueble quede vacío, todos los accesos de la edificación.

«Vamos a requerir a la propiedad para que tapie todas las entradas posibles; si no lo hace, lo asumirá el Ayuntamiento», avanza el edil Ignacio Zarandona, quien revisará de inmediato el expediente del edificio, sobre el que pesa una orden de demolición desde marzo de 2023 tras decretarse su ruina económica. El estado del interior del inmueble es penoso, con pisos completamente apuntalados, desprendimientos por doquier, humedades y una red de tuberías destrozada. Los que ahora se cobijan en este inmueble sufren un serio riesgo.

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