Las nuevas titulaciones de UVA y UEMC impulsan a Valladolid como nodo de Ciencias de la Salud

Las conclusiones son nítidas. Al margen de que sean universidades generalistas y de su diferente carácter, público y privado, el crecimiento y las sinergias que se pueden dar apuntan a una rama concreta: las Ciencias de la Salud.

En el curso 2026-2027, si no se da algún contratiempo, la UVA estará lista para empezar a impartir el grado en Farmacia, unos estudios creados con la participación de dos facultades, la de Medicina y la de Ciencias. Y la UEMC ha solicitado crear un doctorado en Patología Oral y Rehabilitación. Y esto es solo un primer paso de lo que está en la mente de ambos equipos rectorales.

Antonio Largo explica que la UVA ha visto un nicho adecuado para su crecimiento en las carreras 'bio'. «Engloba ciencias de la salud, pero es más general. Hemos ido implantando Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en Soria, o Comunicación Digital, que son unos estudios emergentes, en Segovia, y ahora estamos en la siguiente fase. En nuestra hoja de ruta teníamos Biotecnología, Farmacia, Psicología, Biología… En el futuro queremos ir por ahí».

Es evidente, en el caso de la UVA, que el grado que arrastra todo en esta rama es el de Medicina, con más de 1.800 estudiantes entre grado y máster, seguido por Enfermería, que congrega a más de 650 alumnos en sus aulas. Pero en los últimos años han irrumpido con fuerza estudios que han conseguido una buena aceptación por parte de los potenciales estudiantes. Es el caso de Biomedicina y Terapias Avanzadas, que oferta -y completa- 40 plazas de nuevo ingreso, y de Ingeniería Biomédica, con otras 40 plazas. Y no se incluye en el listado Óptica y Optometría, que se ubica en la facultad de Ciencias y que está estrechamente ligada a la actividad del Instituto de Oftalmobiología Aplicada, una referencia a nivel nacional e internacional por sus investigaciones.

La llegada de los estudios de Farmacia, que podrían empezar a impartirse en el curso 2025-2026, es otro empujón para especializarse aún más en estas materias. Porque no solo hay que pensar en los grados universitarios, explica Antonio Largo, sino en los posgrados: el punto en el que se encuentra la posibilidad de crecimiento y desde el que se pueden nutrir los grupos de investigación. «Tenemos muy buenos grupos en esas áreas, pero escasos, comparados con otras universidades generalistas, y no solo es pensar en la vecina, sino las de Oviedo, Zaragoza, Valencia… Tienen otras titulaciones como biotecnología, farmacia, biología, que te aportan grupos de investigación. Al final estás incrementando tu plantilla en áreas que son muy competitivas desde el punto de investigación, que dan buen servicio a la sociedad y que, además, ahora nos está penalizando en los rankings», explica el rector de la Universidad de Valladolid. Los rankings y el modo en que se organizan tienen mucho que ver con un modo anglosajón de entender la educación superior. Y las universidades públicas españolas, muy generalistas, se dejan muchos puntos en según qué criterios. «Por ejemplo, en el de Shanghái nosotros estamos compitiendo en inferioridad, porque en Shanghái hay un indicador que es publicaciones en Nature y Science. Y si miras Nature y Science, ¿qué publican? Bio, materiales, física de partículas, astronomía. Nosotros tenemos buenos grupos, pero escasos. Y queremos crecer ahí».

Implementar nuevos grados de una misma rama permite, además, cooperar en la creación de nuevos másteres y programas de doctorado que, a su vez, repercuten en una mayor «captación de talento investigador» en áreas con «mucha capacidad de desarrollo», añade Largo.

En la Universidad Europea Miguel de Cervantes, la privada vallisoletana, también piensan en los posgrados. Y es, de nuevo, un modo de mejorar en unas clasificaciones que penalizan a las instituciones que se centran solo en la docencia. «Estamos viendo la línea de los máster y la línea de los doctorados, porque en salud realmente tenemos ya siete grados, que además van fenomenal. Ciencia del Deporte, Fisioterapia, Odontología, Psicología, Terapia Ocupacional, Enfermería», señala el rector de la UEMC, David García. Así que su siguiente petición ha sido la de implantar un programa de doctorado que pueda recibir a sus primeros alumnos en septiembre de 2025. Relacionado con uno de sus puntos fuertes, Odontología. «Es un doctorado en patología oral y rehabilitación, y además con un carácter internacional porque vamos en conjunción con la Universidad CESPU (Educación Superior en Ciencias de la Salud) de Oporto».

Sería el segundo programa de doctorado de la privada. «Responden a una estrategia muy clara, y es que nuestros grupos estratégicos producen ciencia y además acaban siendo la semilla de un doctorado. Nuestro doctorado actualmente está relacionado con actividad física en poblaciones especiales y está relacionado con nuestro grupo estratégico principal, que es i+HeALTH, que el año pasado recibió el premio nacional en investigación medicinal-deporte».

La UEMC cuenta con 2.334 estudiantes de Ciencias de la Salud, tanto presenciales como online, de los que 715 se han incorporado en primero este año. Los estudios de esta rama con más matriculados de nuevo ingreso son los de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, con 113. Fisioterapia tiene 81 y Odontología, 80.

Hay grados que no pueden crecer más, explica David García, por responsabilidad. «Muchas veces donde está el cuello de botella de las titulaciones relacionadas con ciencias de la salud es en las prácticas. Nosotros tenemos aprobadas 50 plazas para enfermería. Por demanda podríamos atender, por las personas que se han quedado fuera, 150. Abrimos la inscripción el año pasado y en 8 o 9 minutos se llenaron las 50 y quedó mucha gente fuera. ¿Qué ocurre? Que con un ejercicio de responsabilidad nosotros no podemos ofertar más y tampoco nos ha permitido la Consejería, porque luego no es fácil gestionar las prácticas».