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No está entre las diez universidades españolas más prestigiosas. Tampoco es el centro académico mejor valorado de Castilla y León (antes están la USAL y la Universidad Pontificia de Salamanca), pero si hay algo de lo que la Universidad de Valladolid (UVA) puede presumir ... es de ser el centro universitario del país que más puestos ha escalado en el Ranking CYD, que analiza ochenta universidades españolas públicas y privadas con 36 indicadores, divididos en cinco áreas: Enseñanza y Aprendizaje, Investigación, Transferencia de Conocimiento, Orientación Internacional y Contribución al Desarrollo Regional.
En concreto, la Universidad de Valladolid ha subido 23 puestos, hasta ocupar en esta última edición del listado elaborado por la Fundación CYD la posición número 39 de 80, un resultado que la UVA valora como una «buena noticia». La lectura que hace la institución académica es que la Universidad de Valladolid, al ser la que más niveles ascendió, es «la que más mejoró el año pasado». Hace tan solo seis años este, mismo ranking le otorgaba el puesto 66 de 69 centros académicos evaluados.
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«Lo que importa son las tendencias. Desde nuestro punto de vista, tenemos una evolución positiva. No solo es que seamos la universidad que más puestos progresa a nivel nacional, algo que está muy bien, sino que la tendencia es muy positiva», remarca el rector, Antonio Largo, quien se muestra satisfecho por un año «espectacular» y de «mucho trabajo». «Somos la universidad que más ha progresado en el último año. Cada universidad tiene sus fortalezas; no vamos a poder competir con la Autónoma de Madrid o de Barcelona porque los recursos económicos y la configuración que tienen son muy diferentes, pero lo que tenemos que hacer es, con la configuracion que tenemos, trabajar para posicionarla lo mejor que podemos», añade.
Tiene la UVA, a juzgar por las valoraciones de CYD, más fortalezas que debilidades. «Lo importante», incide el rector, es saberlas detectar para «seguir progresando». Por ejemplo, la Universidad de Valladolid acumula diez indicadores de alto rendimiento, los más elevados, entre los que destacan la tasa de graduación (normativa) y de rendimiento en los másteres, los fondos externos de investigación, las publicaciones en acceso abierto, las patentes concedidas por profesor o las prácticas en el exntrajero, entre otros.
«Somos la universidad regional que más patentes genera cada año, que también es una contribución al desarrollo económico», precisa Largo, mientras reitera que «la tendencia es muy positiva porque se han ido cubriendo indicadores de alto rendimiento de diferentes aspectos». «Hemos subido en indicadores de patente, de interlacionalización, de enseñanzas, sobre todo en másteres... Subimos en varios, no solo en un aspecto concreto», subraya.
Pero, sin duda, donde más indicadores concentra es en el nivel intermedio, el de color amarillo. En ese apartado tiene en su 'haber' hasta diecinueve medidores, más de la mitad. Algo que se traduce -dice el rector- en un «margen de mejora para seguir progresando». Dentro de esta 'serie' están, por citar algún ejemplo, las tasas de graduación en máster y grado; las publicaciones internacionales, las publicaciones con empresas, la tasa de éxito en los grados y los estudiantes procedentes de otras universidades tanto en carreras como en estudios superiores, entre otros.
Antonio Largo
Rector de la Universidad de Valladolid
Todo lo anterior es la cara A de la moneda, la positiva. Pero también hay áreas en los que la UVA ha de mejorar, pues la Fundación CYD le otorga un suspenso -diferenciado con el color rojo- en cuestiones como las publicaciones altamente citadas, los post-doctorados, los ingresos de formación continua, las titulaciones de grado en idioma extranjero o el profesorado extranjero.
«El resultado de estos indicadores está condicionado por la configuración de la propia universidad; estamos comparando universidades y cada una tiene sus ventajas e inconvenientes. Somos muy fuertes en ingeniería, son duras y cuesta superarlas; ahí tenemos un hándicap de competición. Respecto a otros centros, no tenemos mucho área de la Biología, no tenemos Farmacia, Veterinaria o Biotecnología», explica.
En este sentido, Antonio Largo asegura que la universidad lleva tiempo trabajando en ello para intentar mejorarlo. «Estamos incorporando titulaciones en ese ámbito e incorporando gente joven y con proyección, sacando plazas de excelencia... Esto de los ranking hay que trabajarlo todos los años porque mantenerse es muy complicado con la competencia que hay», relata Largo.
Estar entre las cuarenta mejores universidades del país es «muy bueno». La clave, apostilla el rector de la UVA, es «el trabajo diario». «Aquí no hay varitas máginas ni recetas que solucionen los problemas. Lo que hay es mucho trabajo diario, intentar mejorar cada año, y participamos en todos los ranking porque lo que nos interesa es identificar los ámbitos de mejora que tenemos», sentencia.
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