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Dos pacientes de la Unidad del Afrontamiento Activo del Dolor de Valladolid, en una sesión de ejercicio físico. Rodrigo Ucero
Valladolid

La nueva unidad del dolor crónico ya trata sin fármacos a un millar de pacientes al año

Sacyl extenderá a todas las áreas de salud de la comunidad, de forma progresiva, estas novedosas terapias basadas en la neurociencia y la fisioterapia

Ana Santiago

Valladolid

Domingo, 17 de julio 2022, 00:01

No muchas veces un proyecto de investigación llega a la vida real y lo hace con fuerte vocación e implantación. Pocas, aunque tenga marcados resultados de éxito, consigue el objetivo real y final cuando de sanidad se trata: mejorar la calidad de vida y la ... salud de personas que viven abocadas a una existencia limitada por el dolor y que, al calificarse de crónico, estaban prácticamente desahuciadas por el sistema sanitario convencional. Y luchar contra creencias e interpretaciones muy arraigadas llena el camino de obstáculos. Por eso, que la Unidad de Estrategias delTratamiento Activo del Dolor de Atención Primaria, primera y única todavía en España, sea ya una realidad desde aquella investigación de la Universidad de Valladolid con resultados en 2018, que se extenderá –palabra de la Consejería de Sanidad– a todas las áreas de salud es insólito. Ya en 2019 arrancó como experiencia piloto en Valladolid, la pandemia medio congeló el proyecto, pero ahora vuelve a pisar suelo firme. Son más de un millar los pacientes que al año ya pasan por esta unidad. Son esas personas con fibromialgia, migrañas, dolores musculoesqueléticos a los que no se les encuentra una causa o lesión física a la que se pueda poner nombre o tratamiento, son esos pacientes eternos que viven, duermen, comen y ven una película con dolores constantes y con la desesperanza de no encontrar tratamiento, como mucho paliativos a base de medicamentos. El peregrinaje por médicos, tratamientos de agujas, grapas y variadas alternativas; el tener que abandonar días o meses el trabajo por la imposibilidad de compaginarlo con el estado de salud, años y años arrastrando el cuerpo por la vida son su punto de encuentro. Empastillado. Devastador. Vivir mareado. Con parches de morfina. Desesperación. Son sus palabras. En mayor o menor medida, quienes han pasado ya por esta unidad tenían una existencia marcada por el dolor, con pocos descansos.

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