Escaparates y carteles de comercios en la calle Santiago. Alberto Mingueza

La 'milla de oro' de Valladolid teme el cierre de El Corte Inglés: «Vendrá menos gente»

Los comerciantes de la calle Santiago creen que se pierde la atracción que ejercen los grandes almacenes y que eso culminará la colonización, casi total, de grandes firmas y franquicias

Félix Oliva

Salamanca

Martes, 22 de noviembre 2022

La calle Santiago es el reino de los escaparates de Valladolid, una pasarela de 360 metros de longitud donde el comercio luce sus mejores galas, pero que ahora ve asomar nubes en el horizonte tras el anuncio de venta y cierre de El Corte Inglés ... de la calle Constitución. Los comerciantes temen que el fin de la actividad de los grandes almacenes surta un efecto negativo en la zona por un motivo fundamental: habrá menos afluencia.

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La principal calle comercial de la ciudad es un continuo de 55 tiendas y sedes donde hay pocos espacios libres porque quienes tienen su puerta aquí gozan de un activo fundamental: el paso de gente. Eso es lo que hace que prácticamente todos sus locales disponibles estén ocupados, en su mayoría ahora por grandes marcas y franquicias que han arrinconado al comercio tradicional. Es algo que ocurre en casi todas las grandes poblaciones, pero ese comercio de siempre puede ser el que más sienta el efecto del cierre de El Corte Inglés.

Los grandes almacenes están considerados un equipamiento de «alta atracción». Así los calificaba el Ayuntamiento de Valladolid en el estudio de evaluación para la última fase de la peatonalización del entorno de la calle Santiago, en abril de 2020, de diez calles en dos fases. Junto a la calle Constitución, donde se encuentra El Corte Inglés, la elevada presencia de comercios convierte a estas dos vías en un imán para los peatones. Los comercios 'de siempre' creen que ese efecto se puede debilitar.

«Da color al centro»

«Creo que se va a notar, y por dos motivos. Son muchos empleados y mueve mucha gente», explica Alfonso Cermeño, titular de la Administración de Lotería número 22, sita en esta calle. Hace seis años que regenta el despacho después de un traslado de su anterior ubicación, un cercano local en el complejo de Las Francesas, y considera que el cierre de los grandes almacenes se notará. Otro motivo, que «da color al centro ahora que se estaba trabajando muy bien, no como en el último año antes de la pandemia», explica. «Estábamos en un momento muy dulce, han subido bastante las ventas y la afluencia», comenta.

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«Creo que se va a notar, y por dos motivos. Son muchos empleados y mueve mucha gente»

Alfonso Cermeño. Administración de lotería

«Vendrá menos gente, eso seguro», augura Álvaro Santos en uno de los tres locales de Óptica Tremiño en esta calle. «Encima cada vez se llega peor al centro», lamenta. Desde el mostrador vaticina que el cierre «va a hacer polvo al comercio» y lo dice desde la experiencia de una firma con un siglo de historia y con tienda en la calle Santiago desde hace más de 50 años.

Comercios y bancos, dos locales sin uso y el edificio de Carrefour en la calle Santiago. Alberto Mingueza

Poco comercio tradicional

Santos introduce otro debate, el del papel del comercio tradicional en esta calle. A día de hoy, son pocos los comercios 'de toda la vida' que sobreviven: basta un simple paseo desde paseo desde Zorrilla hasta la Plaza Mayor para hacerse una idea fiel del panorama. De los más de 60 locales disponibles, solo ocho no pertenecen a franquicias o grandes marcas. «Y dentro de poco quedaré solo yo», sonríe el lotero Alfonso Cermeño.

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Desde su local hace un rápido repaso. «El edificio del BBVA es propio, el Santander creo que también, y para de contar», comenta. ¿Los precios? Hace un cálculo rápido en la pantalla de su ordenador: su cómputo particular le sale a no menos de 100 euros por metro cuadrado al mes. «Los propietarios siguen sin bajarse de la burra y así es muy complicado», comenta sobre el esfuerzo para tener un negocio propio en esta calle.

Con todo, hay pocos locales disponibles. Un par vinculados al convento de Las Francesas, cuyo uso requiere cumplir con normas de patrimonio, motivo de la salida de los dos últimos comercios que han tenido; otros dos en obras en el edificio del número 4 (en obras, ni siquiera figuran en el catastro como superficie comercial) y otro más al lado. Hay una heladería cerrada, fuera de temporada, pero con actividad. «Hay más demanda que locales disponibles», explica Mónica Muro, de A&M Consultores, que sostiene por contra que el final de El Corte Inglés y los nuevos usos previstos en su edificio pueden «reactivar el comercio en el centro», recuperar el protagonismo de las calles Santiago y Constitución «y agrandar la zona comercial».

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Los espacios disponibles son una mínima parte de los más de 13.800 metros cuadrados que suman los locales comerciales con salida a la calle que jalonan todo el trayecto: ni la Plaza Mayor de Valladolid (9.400 metros cuadrados) tendría espacio suficiente para albergar semejante planta comercial.

En cuanto a la pérdida de superficie comercial en la zona por el cierre de El Corte Inglés puede ser apreciable. El edificio de calle Constitución tiene 18.266 metros cuadrados de superficie construida según la propiedad, de los cuales la superficie bruta utilizada es de 10.100 metros cuadrados, mientras la superficie neta dedicada a espacios de venta asciende a 6.900 m2. Mientras se definen con detalle los planes de la nueva propiedad, es una merma importante para el área comercial del centro.

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Los locales con salida a la calle Santiago suman más de 13.800 metros cuadrados: el cierre de El Corte Inglés de Constitución elimina 6.900 m2 de superficie comercial en la zona

El lotero y Óptica Tremiño son de los pocos supervivientes en una calle antaño poblada de tiendas de comercio tradicional. ¿Qué ha pasado? Muchos han ido cerrando y otros se han trasladado a calles laterales, que son más baratas, pero con menos afluencia. «Si cuesta mucho, pero te vas a un sitio que pasa menos gente...», explican en la óptica donde también aprecian un mayor número de locales sin uso: «Algo pasa si hay locales vacíos». Toca esperar el efecto que tenga el cierre de El Corte Inglés cuando cese su actividad.

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