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Cuando el reloj se acercaba a las 12:45 horas, la hora de la cita con el juez instructor, el estupor por el 'plantón' comenzaba a notarse en los rostros de la inspectora del equipo Mujer Menor de la Policía Nacional y del letrado de ... la madre de la menor que denunció al capellán de la Cofradía de las Angustias por el envío a su teléfono móvil de vídeos de contenido sexual y otras conversaciones por Wathsapp. Las idas y venidas de abogados y policías para asomarse alternativamente a las dos entradas de los juzgados de Angustias hacían patente la inquietud. Mientras, dentro, a la entrada de la sala de vistas número 4 esperaba, solo, el abogado del sacerdote Ó. F. L., de 39 años, que está en libertad provisional desde que el Arzobispado lo denunció. En la planta primera –blindada a los medios de comunicación durante toda la mañana para proteger la intimidad de la menor–, donde se ubica el despacho del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Valladolid, su titular, José María Crespo, y la fiscal jefe, Soledad Martín, veían pasar los minutos entre el asombro y la incredulidad. La mujer, I. T., natural de Rumania, y su hija, de 14 años, con residencia temporal en Valladolid, en el domicilio de la tía de la niña, no aparecían y además resultaba imposible su localización.
Su abogado, Pablo García Tejerina, indicaba que la mañana de la víspera estuvo hablando con ellas para preparar su comparecencia ante el juez (la exploración de la menor, es decir, su declaración sobre lo ocurrido, la ratificación de la denuncia contra el sacerdote investigado y el ofrecimiento de acciones a la víctima) y no notó nada extraño. Al parecer, se les había ofrecido por parte de la Policía acompañamiento para acudir al juzgado, pero ellas rechazaron esa opción e indicaron que ellas preferían acudir con su propio vehículo, así que quedaron con su representación letrada a las puertas de los juzgados de Angustias.
La espera en el Juzgado se prolongó durante casi una hora. Finalmente, tras los infructuosos intentos de localización, el magistrado Crespo decidió suspender la prueba y ordenó al equipo de Mujer-Menor la localización (que no búsqueda y captura) de madre e hija. Si se las consigue localizar, se volverá a señalar la comparecencia de ambas en la sede judicial.
Más sobre el presunto caso de abusos
M. J. Pascual Lorena Sancho
El capellán de la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, Ó. F. L., se acogió a su derecho a no declarar cuando fue detenido. Al parecer, trató de comprar con dinero el silencio de la madre de la chica, a la que presuntamente envió un vídeo pornográfico y numerosos mensajes a través de WhatsApp en los que buscaba acercarse a la adolescente con el señuelo de regalarle cosas que le gustaban, como un chándal. La progenitora es una indigente de origen rumano que ejercía la mendicidad a las puertas del céntrico templo vallisoletano. El sacerdote, al parecer, quería pactar con la madre la entrega de una cantidad a cambio de que no hiciera público este escabroso caso, el segundo de esta índole en el que está implicado el religioso.
El sacerdote investigado por supuesta pederastia permanece desde que saltó el escándalo prácticamente confinado en su domicilio de Valladolid bajo la tutela de la Diócesis y apartado de las funciones que vino desempeñando como rector capellán de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias hasta que se produjo su detención y puesta a disposición judicial.
El capellán, investigado por supuesto delito contra la libertad sexual de la menor de 14 años, ya fue denunciado hace diez años por un padre que interceptó las comunicaciones vejatorias que el cura treintañero dirigía a su hija de 14 años a través de la red social Tuenti. La denuncia no prosperó en vía penal pero el Arzobispado sancionó al cura, a quien mantuvo apartado durante dos años, hasta su último destino.
Hoy, el representante legal del cura sospechoso de pederastia declinó hacer declaraciones a los medios. A la par de la vía penal, la autoridad eclesiástica ha abierto una investigación.
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e. esteban y j. d. fuente
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