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El médico del Sagrado Corazón grababa a sus víctimas con la excusa de utilizar la linterna del móvilIndicaba a la paciente si podía utilizar la linterna del teléfono móvil para una mejor exploración y acto seguido empezaba a grabar sin que la ... víctima se percatara de que estaba siendo filmada. Era el modo de proceder de Omar V. P., el médico del hospital Sagrado Corazón en prisión provisional por presuntamente agredir sexualmente a cinco mujeres cuando ejercía de facultativo, según se desprende del informe policial del análisis del móvil que portaba el sanitario el primer día de la detención.
En el mismo terminal, los agentes hallaron los vídeos en los que se reconocen a las víctimas denunciantes, que en ese momento no sabían que estaban siendo grabadas. Pero además de los vídeos, Omar V. P. practicó presuntamente tocamientos con la excusa de explorar a las pacientes, todas ellas menores de 30 años. La primera denunciante, por la que se originó la investigación y que propició la primera detención, fue a urgencias aquejada de un dolor en el tobillo. La segunda denuncia de una nueva víctima derivó en la detención y en su ingreso en prisión, si bien esta fue hasta el Sagrado Corazón tras caerse de un caballo. Presentaba dolores en una extremidad inferior, pero el facultativo «aprovechó» para auscultar el resto del cuerpo.
Que la investigación saltara a los medios de comunicación propició que se registraran otras tres denuncias. Las víctimas en esta ocasión fueron a urgencias por diversos síntomas como ansiedad y dolor en el estómago (tercera víctima), molestias en el pecho (cuarta) y la última por una gastroenteritis. Además, con una de ellas intentó contactar una vez fuera de la consulta.
A este informe de la Policía Nacional sobre el móvil intervenido durante la primera detención se sumará en las próximas semanas el volcado de información del arsenal de dispositivos electrónicos que hallaron en su casa de Burgos en el momento del segundo arresto. En esa ocasión, encontraron seis teléfonos móviles, dos discos duros, tres tablets, seis tarjetas de memoria, cinco ordenadores portátiles, dos cámaras de fotos, dos minicámaras y tres pendrives. Artilugios de los que no se descartan que aparezcan más víctimas.
Precisamente, las dos últimas denunciantes declararán como perjudicadas este viernes ante el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid. Las tres primeras ya lo han hecho y durante su testimonio se ratificaron de la denuncia presentada.
Quien seguirá en calidad de denunciado será el Sagrado Corazón. A pesar de que el hospital envió un comunicado anunciando que ejercería la acusación particular al entender que eran perjudicados al dañar su imagen y al no estar en plantilla Omar V. P., su solicitud ha sido rechazada al entender la Fiscalía que debería hacer frente a la responsabilidad civil subsidiaria. Asimismo, la defensa ha recurrido.
Omar V. P. llegó a España procedente de Perú (estudió allí Medicina) en 2014. Pasó por Burgos (actualmente residía allí) y continuó con el MIR en Valladolid en Neurocirugía del Hospital Clínico. Fue en el complejo vallisoletano donde tuvo el primer episodio polémico al colocar una cámara en uno de los vestuarios femeninos. Todo ello en 2016 y cuando aún estaba en el tercer curso de formación. Grabó a una médica cambiándose de ropa, si bien las imágenes no las llegó a difundir. Por estos hechos, Omar V. P. asumió la pena de un año de prisión, además de ser apartado de su puesto de trabajo en el Clínico.
Tras su paso por la sanidad pública, Omar se embarcó en el sector privado. Como un reto profesional, como él mismo indicó en una publicación, empezó en el centro asistencial San Juan de Dios de Palencia. Estuvo destinado en la unidad de discapacidad leve hasta que en 2020 asumió la dirección técnica del centro palentino. Todo ello en plena pandemia.
Fue en ese puesto laboral el que más información desprende al conceder una entrevista en una revista interna del centro. En la misma destaca su «vocación por la medicina para obtener el bienestar de los usuarios y trabajadores». En ese momento (diciembre de 2020 y con una condena ya por grabar a compañeras) destacaba su pasión por las ciencias de la salud. «Para mí ser médico es una vocación, es algo que me encanta porque me gusta ayudar a las personas», agregaba mientras recalcaba que estuvo a punto de ser veterinario.
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