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Miguel y Lorena querían Birmania y Tailanda para su viaje de novios. «Cuando empezó a salir esto todas las noticias llegaban de China y nos ... decían: 'Mejor otro destino, Asia no es la mejor opción'. Porque entonces eran ellos los que tenían el coronavirus. Yahora, lo tenemos aquí». Miguel aprovechó su aniversario de novios, en noviembre, para pedirle a Lorena que se casara con él. El sí no se hizo esperar. Y la preparación de la boda, tampoco.
Coronavirus en Valladolid
Tenían tan claras las cosas que todo vino rodado. Reserva en el monasterio de Valbuena para el viernes 17 de julio. Casi todas las invitaciones (a 235 personas) entregadas en Navidad, con unas fotos en las que demostraban su pasión motera. Y mil servicios ya contratados y con fianza pagada: peluquera, maquilladora, el banquete, las flores, los músicos para la ceremonia. «Nuestra mayor preocupación hace unas semanas era tener un plan B por si llovía. Y ahora la duda es si nos va a tocar buscar otra fecha para celebrar la boda. Lo único que sentimos es incertidumbre por no tenerlo todo controlado», dice Lorena. «La situación cambia cada día y no sabes si seguir adelante o echarte atrás». El confinamiento en casa puede haber terminado, pero «¿y si nos dicen que se tienen que mantener ciertas medidas de seguridad?». Por ejemplo, separación entre invitados en la iglesia. O en las mesas de la cena. O nada de baile posterior. O cero besos y abrazos de celebración. «Ahora te surgen mil preguntas: ¿Nos dará tiempo a preparar todo si sigue adelante nuestra boda? ¿Qué pasa con las fianzas que hemos abonado si no llegamos a un acuerdo de fechas? ¿En qué países nos admitirán para el viaje?», Y hay más. Miguel todavía no había ido a mirar el traje, los cursos prematrimoniales para la ceremonia religiosa están cancelados, tenían para abril planificada la prueba del menú... «Todos los proveedores nos han intentado transmitir tranquilidad. Nos dicen: 'Os casáis en julio, esperamos que por el bien común esta situación no se alargue hasta esa fecha'. Ojalá.
El fotógrafo Danimantis ha tenido que aparcar la cámara por culpa del coronavirus, sin saber cuándo la podrá encender de nuevo. «Yno solo son las bodas, sino también las comuniones. En estos días tendríamos que estar haciendo las fotos para los recordatorios», explica. Ya ha cancelado trabajos, «y luego está el problema de si se podrán recuperar, porque si se aplazan bodas, a lo mejor coinciden con fechas que ya tenías asignadas», cuenta un fotógrafo que ha obtenido el premio en cinco de las ocho categorías de Unionwep, el concurso de imágenes de boda más importante del país. «Yo sigo dado de alta de autónomo, termino en casa los álbumes del año pasado».
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