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El viernes, Eduardo Vives fue a recoger a su pequeña, de cuatro años, al domicilio de la madre de la niña, con quien está en trámite de divorcio. El coronavirus les ha pillado con el proceso a medio hacer y en pleno cierre judicial ... por la epidemia: no se admiten demandas no urgentes para no colapsar los menguados servicios mínimos y las vistas señaladas están suspendidas. Este padre de 48 años, viajante de profesión, no las tenía todas consigo respecto de si ese fin de semana iba a poder llevarse a su hija o no, pero no hubo ningún problema, señala con alivio. «La semana anterior al decreto del Gobierno yo estaba de viaje, tenía que ver a unos clientes; volví el jueves y mi exmujer me pidió retrasar una semana la entrega y yo le dije que sin problema. Pero cuando le pedí que pusiéramos el acuerdo por escrito se echó atrás, probablemente porque le aconsejaron que no, porque yo podría usarlo en su contra en el proceso de divorcio», explica. La pareja había decidido terminar su vida en común hacia dos navidades pero el proceso se alarga más aún por la epidemia y Vives confiesa que para él, «la situación está siendo muy dura».
Coronavirus en Valladolid
Susana Escribano
Antonio Corbillón
Ambos ex tienen un régimen de visitas alterno y bastante amplio. La última vez que vio a la niña fue el 9 de marzo, cuando por la tarde se la entregó a su madre. Normalmente, la recogida de la pequeña es a las cinco de la tarde el viernes y el lunes por la mañana se «entrega» a la menor al otro progenitor. En situación muy parecida a la de estos padres separados con una hija menor están otras 3.000 exparejas en Valladolid con menores a su cargo, a quienes el Covid-19 ha puesto en situación de tener que reajustar las medidas de custodia, especialmente el régimen de visitas.
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Ya antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma, los despachos de los abogados, sobre todo los de los especialistas en derecho de familia, se vieron inundados de consultas de sus clientes separados, divorciados o en proceso de extinción del matrimonio con hijos menores. «Muchos de ellos», indicaba Jaime Sanz, de Safe Abogados, «temían que el progenitor que en ese momento tenía al niño en casa se escudase en el riesgo de contagio para no cumplir con el régimen de visitas establecido y decidir por su cuenta que no los entregaba al otro». Así, subraya este abogado, «mucha gente se estaba negando a ejecutar las sentencias alegando el peligro para los niños».
19 de marzo. Unificar criterios: La Junta Sectorial de Jueces de Familia de Valladolid acuerda que se mantengan las fechas fijadas de entrega de los menores y se suspenden las visitas intersemanales para reducir riesgos.
20 de marzo. Independencia judicial: El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) establece que si no hay acuerdo entre los padres, el juez decidirá sobre el régimen de custodia, visitas y estancias.
La incertidumbre sobre la aplicación del Real Decreto de 14 de marzo (luego ampliado el 18) del estado de alarma en estas situaciones y la preocupación de los abogados ha generado que los jueces de Valladolid hayan tenido que pronunciarse.«Las sentencias hay que cumplirlas, es decir, mantener el régimen de vivisitas de los fines de semana, pero se eliminan estas visitas en días entre semana», resume el juez decano, Emilio Vega.
El motivo de las diferentes interpretaciones es que el real decreto, en el apartado tres de la disposición adicional dos, indica que «se suspenden los plazos previstos para todos los órdenes jurisdiccionales» y se establece que los jueces dictarán de oficio medidas respecto de los menores para asegurar, por ejemplo, los alimentos, así como la prohibición de salir del territorio nacional. No decía nada respecto de los cambios de domicilio ni lo que pasaría con las custodias compartidas. Así que varias audiencias provinciales fueron emitiendo en goteo dictámenes de interpretación de la norma: Gijón, Zaragoza, Murcia... y no todas en el mismo sentido, lo que generó todavía más incertidumbre entre los padres. Hay resoluciones en las que se establece que los menores se queden donde estaban, con lo que habrá padres y madres que estarán meses sin ver a sus hijos.
Los expertos
Doménico Chiappe
Porque hay tres tipos de situaciones, recuerda Sanz: las exparejas que tienen sus sentencias de separación, divorcio, guarda y custodia, a las que les toca el 'intercambio' los fines de semana; otras que todavía no disponen de sentencia y «si uno de los dos se ha ido de casa, ¿cómo ve a sus hijos?. Y luego están los puntos de encuentro para situaciones extremas en la que hay, por ejemplo, un condenado por violencia de género o una relación malísima entre los excónyuges». En este caso, la Junta resolvió rápidamente y cerró estos espacios, gestionados por Aprome. Los progenitores, en todo caso, tendrían que llegar a acuerdos, para que, cuando todo se normalice, exista una «compensación» en tiempo para que puedan ver a los niños quienes no han estado con ellos.
El 19 de marzo, ante tanta confusión y tras «las múltiples consultas telefónicas de profesionales y particulares sobre las influencia de las medidas adoptadas en la ejecución de las resoluciones judiciales que regulan la guarda y custodia y el régimen de visitas de los hijos menores», el magistrado Emilio Vega convocó a las titulares de los juzgados de familia (3, 10 y 3) de Valladolid a una junta sectorial extraordinaria. Esta acordó que, tanto en régimen de custodia compartida como exclusiva de un progenitor, «se han de cumplir las resoluciones», de forma que los menores tienen que ser entregados «en las fechas fijadas». Como no hay colegio por la epidemia, el intercambio se hará en el domicilio donde toque «y en la forma que el menor quede menos expuesto al Covid-19».
Consejos y recomendaciones
Carmen Barreiro
Para minimizar el riesgo de contagio y cumplir al máximo con la cuarentena, se determina que «se suspenden por el momento y hasta que se levante el estado de alarma las visitas intersemanales con y sin pernocta». Respecto de los encuentros en Aprome, se suspenden hasta que se levante el estado de alarma, «sin perjuicio de los acuerdos a los que puedan llegar los progenitores».
Los jueces advierten a los padres de que la pandemia de coronavirus «no puede servir de excusa ni amparar, salvo supuestos excepcionales justificados, el incumplimiento de las medidas establecidas en las sentencias». Pero dejan a las partes, si así lo acuerdan, «flexibilizar y adaptar las visitas a estas circunstancias por el interés superior de sus hijos y de forma provisional en tanto se mantenga esta excepcional situación». El CGPJ, en su resolución al día siguiente, insiste en que, si no hay consenso entre los padres, será el juez quien decida.
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