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Eran las 13:00 de este domingo cuando el grupo de voluntarios de Protección Civil cruzaba el puente hinchable de Iberdrola. Así terminaba la marcha contra el cáncer que ha reunido a más de 50.000 personas en las calles de Valladolid. Sin embargo, la ' ... fiesta' en la plaza de Zorrilla con el grupo vallisoletano 'Los Pichas' con sus versiones de 'Feo, fuerte y formal' o 'No dudaría', al igual que las abarrotadas terrazas de la acera de Recoletos, indicaba que la jornada iba a dar mucho más de sí.
Un final de marcha que coincidía con los sorteos y premios -que se podrán recoger en la sede de Claudio Moyano a partir del lunes- y con las 'pujas solidarias', como la del último número que se entregó el sábado, el 51.076 -dorsal que se ha quedado pequeño con las inscripciones última hora que han superado los 59.000- y que han adquirido dos amigos por 850 euros cada uno. El propietario de Frutas Marcos en la Rondilla y Juan Manuel de la panadería Leovigildo Fernández en la calle Villabáñez. Los dos han destacado que lo importante es «ser ese grano de arena», pero sobre todo, aunque se trate de una marcha contra el cáncer, traducirlo en una «fiesta de solidaridad e investigación».
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Víctor Vela
Víctor Vela
Una jornada que la dubitativa lluvia y el tímido sol no han podido amargar. Y es que los más de 50.000 participantes han encontrado su aliado en los locales de la ciudad, así como la conveniente carpa de Tierra de Sabor instalada al final de la calle de Santiago. Unos locales que se comenzaban a teñir de verde a lo largo de la mañana, incluso mientras la calle Miguel Íscar aún perdía su final abarrotada por los participantes.
«Llevamos cinco años haciendo el recorrido. En grupo, no somos individualistas, aunque otras veces hemos sido más. Por desgracia este año hay una pareja que no nos puede acompañar», apunta el autoelegido portavoz de un grupo de amigos que 'reponen fuerzas' en una mesa de las abarrotadas terrazas de la calle de Recoletos. Aunque recalca que esta pareja lo último que hizo fue aportar su granito. Ellos, en forma de «homenaje» se han reunido en un domingo de «recuerdos» en una jornada que tienen «guardada en el calendario» y que cada año reservan para juntarse todos, no solo para la marcha, en la que empezaron el recorrido a las nueve de la mañana, sino para el «post y el post de después», ya que alargan el día con el 'vermut' y la comida «en familia».
Sentadas en otra terraza en Recoletos, un numeroso grupo de chicas, explican que consideraron que esto era un plan «distinto e interesante», en el que sobre todo existía un fin benéfico y una ayuda muy importante detrás. «Vimos una oportunidad de juntarnos todas, pero con un fin distinto, es una manera diferente de pasar la mañana, se une deporte, compañía, solidaridad y el poder tomar algo todas juntas».
Una idea que comparten todos los participantes, «ayudar, ser ese granito que a ti no te supone nada, pero que para ellos puede ser estar más cerca de acabar con esta lucha». Como explica una familia café en mano a quien la enfermedad le ha golpeado a varios miembros de la familia. Al igual que otra familia recién llegada de Cuéllar que incide en que esta es su sexta edición aunque tampoco se pueden nunca la que realizan en su localidad de origen o la de Segovia «todo lo que sea colaborar nos apuntamos y por supuesto después aprovechamos el día en familia para pasar un rato juntos, es lo importante, ayudar y disfrutar de los tuyos».
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