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La preocupación no se ha disipado en el número 3 de la calle Pato. Pese a que el pasado 8 de junio el conflictivo vecino, que al parecer trató de incendiar por tercera vez su vivienda ubicada en el primer piso, fue detenido, la ... tensión entre los vecinos del bloque continúa en aumento, incluso con la ausencia del individuo que tenía al resto de inquilinos «amenazados y atemorizados de continuo».
«No sabemos cuándo volverá, solo sabemos que, de momento, está ingresado, pero el problema no termina aquí, ni mucho menos. Es insoportable el olor que desprende la vivienda y así no podemos vivir», explica el presidente de la comunidad, Juan Iglesias, en referencia a la ingente cantidad de basura que el hombre, de 60 años y con antecedentes previos, ha ido acumulando durante los últimos seis meses.
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«Con estas temperaturas los vecinos no podemos ni abrir las ventanas para ventilar. Yo vivo en el cuarto y aún así llega el olor«, asegura Iglesias. Por eso, hartos de esperar una respuesta que aseguran «nunca llega» por parte de la administración, han dado el paso de denunciar los hechos ante la Policía Nacional y la Local para exigir que sea la autoridad competente la que limpie las montañas de basura que amenazan las normales condiciones de salubridad de esta comunidad.
La preocupación ahora es que el sofocante calor sea el caldo de cultivo perfecto para que proliferen «cucarachas, moscas y ratas» dentro de este bloque de la calle Pato, donde viven casi cincuenta vecinos de todas las edades. «Que alguien se haga cargo y nos escuche, llevamos meses pidiéndolo», explica Iglesias que, al igual que muchos de los vecinos, evita acercarse al primer piso.
«No hay quien lo soporte, incluso la vecina de enfrente, la que estaba puerta con puerta con él, se ha tenido que ir de su casa hace unos meses porque la situación de ruidos, olores, insultos y amenazas era insoportable», señala.
El pasado sábado, 11 de junio, Iglesias, en calidad de presidente de la comunidad de vecinos acudía a la comisaría de Delicias para denunciar el caso y solicitar que la autoridad competente se haga cargo de la limpieza e higienización de la vivienda del conflictivo vecino, tal y como consta en el atestado policial.
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Iglesias hizo lo mismo al día siguiente, «el domingo acudí junto al secretario a la Policía Local para poner en conocimiento de lo sucedido a las autoridades, que de sobra están al tanto, porque los agentes han venido en los últimos seis meses en más de veinte ocasiones; cuatro los bomberos y este hombre está denunciado además de por una vecina, por los servicios sociales. No sabemos qué más podemos hacer», explica con impotencia el presidente del bloque.
«De hecho, desde los servicios sociales del CEAS de Pajarillos Bajos nos dijeron en diciembre que se adoptarían medidas urgentes, pero eso fue en abril y estamos en junio. No hemos visto cambios y seguimos con una casa en condiciones insalubres que nos pone en riesgo a todos».
El concejal de Salud Pública, Alberto Palomino, explica que en hechos similares a este, «la Policía Nacional pone en conocimiento de los juzgados el caso y es la justicia la que, a través de un requerimiento judicial, instará al propietario a la limpieza de la vivienda».
Aunque los vecinos dan esta vía por «imposible» por el perfil y el comportamiento del hombre, que lleva meses acumulando basura. En ese caso, el Ayuntamiento abriría un expediente de salubridad para trabajar sobre él, que incluso podría desembocar en una ejecución subsidiaria, que implicaría la intervención de un tercero para dar cumplimiento a la obligación.
«Finalmente, como ha sucedido en casos similares, los servicios municipales de limpieza tendrían que intervenir, aunque los plazos se pueden dilatar en el tiempo, entre mucho y bastante», explica Palomino. «Todo dependerá de la agilidad con la que trate el caso el juzgado correspondiente», añade.
La limpieza del piso podría tardar entre 4 o 5 meses en materializarse, tal y como asegura el concejal. «En este caso en concreto con la celeridad que se está tratando podría disminuir a los dos meses aproximadamente». Las fuentes jurídicas consultadas por este periódico coinciden al explicar que, en estos procesos, los plazos pueden demorarse «indefinidamente». «Son complejos y no poco comunes y en este caso en concreto el hecho de pedir la incapacitación total del hombre por posibles problemas mentales será realmente complicado, porque está demostrado que el sujeto puede valerse por sí mismo».
Así las cosas, los vecinos del número 3 de la calle Pato tendrían que esperar al menos un par de meses -si la administración agiliza el procedimiento- hasta que puedan vivir sin olores y vean finalmente el primer piso, libre de montañas de basura.
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