Para esta letrada, especializada en procesos de familia, este caso ha sido, subraya, una gran prueba de fuego en el ámbito penal al ser la primera vez que ha ejercido ante un tribunal del jurado. Por el turno de oficio le ha tocado defender a Anton Androv Mihaylov, alias Tyson por el tatuaje tribal que luce en el rostro. Un aspecto fiero al que tuvo que aludir su abogada defensora para pedir a los jurados que no se dejaran condicionar por la primera impresión y se atuvieran a los hechos. Paradójicamente, fue uno de los acusados que mayor empatía consiguió durante su declaración, en la que lamentó la muerte de «la señora María» y dio todo tipo de detalles sobre el asalto y el plan para robar la caja fuerte del piso de la Circular, el 17 de octubre de 2018. «Me ha dicho que está bien en la cárcel, que tiene un sitio donde comer y dormir, que no me preocupe, que tiene buen comportamiento y se ha puesto a estudiar español, aunque le cuesta mucho... », indica su letrada.
El proceso del año en Valladolid
El de la Circular ha sido el juicio del año por la gran trascendencia social del caso y sus dimensiones, con seis acusados de cuatro delitos muy graves: asesinato/homicidio, robo con violencia en casa habitada, detención ilegal y pertenencia a grupo criminal. Se enfrentaban a una petición de penas por el fiscal y una de las acusaciones que iba de 31 a 38 años de cárcel, prisión permanente revisable incluida. «Creo que se les ha condenado por lo que realmente ocurrió», señala, con la sentencia todavía caliente en sus manos, Laura Esgueva, la otra letrada de oficio que ha defendido Gabriel Emilov Kamenov. «Estamos muy satisfechas de nuestro trabajo, aunque ha sido duro y emocionalmente, muy intenso», apostilla. Duro, sobre todo, precisa, a la hora de conciliar horarios con la familia (Laura tiene tres hijos pequeños) o, como indica su compañera María José, para poder sacar el resto de asuntos «y que no se me paralizara el despacho», para lo que tuvo que contratar a otra persona.
Pero ambas, que sintonizan tanto en este caso que antes del juicio han «compartido intérprete» para explicar a sus representados la estrategia de defensa, están entusiasmadas por lo que consideran «un éxito para el turno de oficio, que hay que reivindicar, porque tiene muy mala fama y la gente tiene que saber que trabajamos igual. Este juicio es el gran ejemplo de la labor social que realiza la abogacía», reivindican al unísono.
«Me encontré con un detenido que, en vez de negarse a declarar como es habitual, no paró de hablar», recuerda María José Sánchez, que asistió a 'Tyson'
La sentencia que recoge el veredicto del jurado popular se traduce, no solo en en una importante reducción de penas para sus representados, 10 años de cárcel para cada uno, sino que, además, abre un resquicio para que se les apliquen los beneficios de la suspensión de las penas impuestas. Básicamente, porque Anton y Gabriel reconocieron su participación en el asalto. Este, con frialdad y para sorpresa de la Sala, nada más comenzar a declarar se culpabilizó del homicidio y manifestó que fue él quien golpeó a la señora, aunque insistió en que la dejaron con vida cuando huyeron los timbrazos del telefonillo que abortaron la búsqueda de la caja fuerte con el dinero y las joyas que buscaban junto al tercer sicario búlgaro, Gabriel Mladenov Krasimirov.
Recuerda Sánchez que cuando la llamaron del turno de oficio para asistir a Anton tras ser detenido, «aquel 9 de diciembre de hace dos años, me encontré con que, en lugar de negarse a declarar como es lo habitual, no paraba de hablar, ni en comisaría ni después, ante la jueza instructora. Esa declaración de cuatro horas sirvió a la policía para encajar en el puzzle que tenían la pieza que les faltaba».
De este caso, además de la experiencia del jurado, también se quedan con que, desde el primer día del juicio, han estado respaldadas y recibieron la felicitación de Javier Martín, el decano del Colegio de Abogados de Valladolid, quien ha coordinado durante años el turno de oficio. «Eso para nosotros es muy importante porque viene de nuestros propios compañeros, que conocen perfectamente lo que es».
Pero el caso de la Circular todavía no ha acabado para ellas. Saben que la sentencia va a ser recurrida, de entrada por la Fiscalía, y es posible que ellas también estudien apelar ante el Tribunal uperior de Justicia de Castilla y León, porque siguen creyendo que no existe en este caso el delito de grupo criminal, sino que fue una asociación puntual para un robo que resultó fallido y con trágicas consecuencias: la muerte de María Aguña.
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