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F. M.
Valladolid
Jueves, 4 de noviembre 2021, 11:57
María Aguña, natural de Labajos (Segovia), tenía 73 años cuando falleció víctima de un asalto frustrado en su domicilio de la plaza Circular. Los ... delincuentes tenían muy claro que había un gran botín, pero ella se resistió al terrible destino que le esperaba antes que desvelarles dónde tenía la caja fuerte (detrás de unas cortinas) en la que guardaba miles de euros. De poco le sirvió su resistencia, una resistencia que también protagonizó cuando fue víctima de otro atraco en 2011, y en la que los asaltantes tampoco lograron hacerse con el efectivo Quizá eso la convirió en una mujer desconfiada, como así relatan algunos vecinos. «Nunca abría la puerta a desconocidos» y su vivienda, situada en el primer piso del número 9, «tenía alarma y una reja en la puerta de la cocina que comunicaba con la galería».
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Mari, como así la conocían en el barrio, vivía sola tras enviudar en 2015, y llevaba una vida aparentemente normal, propia de una mujer de su edad, con paseos que se fueron reduciendo con el tiempo por el problema de rodillas que padecía. Salía de casa lo justo para hacer alguna compra, aunque a veces era algún vecino quien se la acercaba en casa.
Vestía discretamente y se pintaba los labios de rojo fuerte. Y cuando sus piernas le permitían salir le gustaba charlar y desahogarse, «hablaba muchísimo», dicen algunos que la conocieron, lo que interpretan como la necesidad de desahogarse de una mujer que vive en soledad. Otros conocidos la definían como «grandísima persona y muy de su casa».
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