A juicio una banda que obligaba a prostitutas a vender droga a sus clientes

El considerado cabecilla de la banda, David G. E., de 48 años, para quien el fiscal solicita la pena más elevada por un delito de amenazas y dos contra la salud pública por sustancias que causan grave daño a la salud, se enfrenta a una condena de once años y tres meses de prisión, suministraba a prostitutas de Valladolid sustancias estupefacientes para consumo propio y para distribuirlas entre sus clientes. Según el relato de hechos del escrito de acusación, el 9 de diciembre de 2022 proporcionó a una de estas mujeres seis envoltorios, cada uno de ellos, de un gramo de cocaína, pero como pasaron diez días y no vendió la droga durante sus encuentros sexuales, el traficante empezó a mandarle mensajes exigiendo «el dinero y los seis gramos» con amenazas cada vez más fuertes.

«Te vas a cagar, hija de perra», «Por mi padre que como no me des eso te busco la ruina. Tú no eres nadie para jugar con mi trabajo» o «Este es el último mensaje que te mando, pedazo de sinvergüenza, como antes de las doce no tenga en mi poder el dinero que me debes y los seis esos, puedes estar segura de que lo vas a pagar caro (...) vete a tu casa a ver a tu familia, que como hoy no me des eso estáte segura que cuando regreses vas a tener sorpresas, no vas a tener donde vivir» son algunos de los mensajes amenazantes que la joven rumana mostró a la Policía. A partir de este incidente, los especialistas en narcotráfico de la Comisaría de Valladolid prepararon una operación de vigilancia que culminó en dos redadas en domicilios de Parque Alameda y la detención de los sospechosos.

Para el ministerio fiscal, está probado que David G. E., al menos desde diciembre de 2021, se dedicaba «como forma de ganarse la vida» a la venta de drogas y sustancias tóxicas, principalmente, anfetamina, MDMA y ketamina, pero también cocaína, cannabis y hachís. Las transacciones ilícitas se realizaban en su domicilio de la Carretera de Rueda, aunque algunas veces también se desplazaba para hacer las entregas. Con él colaboraba en la distribución al 'menudeo', cuando G. E. no podía hacerlo personalmente, un segundo procesado, Antonio V. H., de 52 años.

Uno de los proveedores del principal encausado era Francisco Javier V. R., (que también estaba acusado en esta causa pero falleció), que compartía piso con los dos ciudadanos rumanos acusados en la calle Vinos de Toro. También se dedicaba a la venta de drogas y sustancias tóxicas, principalmente, cocaína, según la Fiscalía. En el momento de los hechos estaba gravemente enfermo y encargó a su hermano Jorge Javier, de 49 años y que había cumplido una condena en 2020 por un delito de tráfico de drogas cometido en 2016, la recogida de una entrega de cocaína.

La transacción ilegal se produjo el 6 de mayo de 2021. Jorge Javier Iba acompañado de otro de los procesados, Catalin O. Ch., de 45 años, que cuando no puede realizar las ventas, le sustituye un compatriota suyo, Georgica S., de 50 años. La entrega fue realizada en un bar de Valladolid la tarde del 6 de mayo de 2022 por un quinto acusado, Abel D. L. R. G., de 42 años, que había sido condenado por la Audiencia de Valladolid en 2013 por un delito de tráfico de drogas que causan grave daño a la salud cometido en 2012. Cumplió condena en 2018.

Todos ellos fueron detenidos cinco días después y en la actualidad, solo los dos ciudadanos rumanos permanecen en prisión provisional. En el primer registro domiciliario, en el piso de David G. E. en el barrio de Parque Alameda, la Policía se incautó de sustancias estupefacientes (anfetamina, MDMA, ketamina, cocaína, cannabis y hachís) valoradas en 38.349,95 euros. En la segunda entrada policial autorizada por el juez, en el domicilio de Francisco Javier V. R., Catalin O. Ch. y Georgica S. se incautaron de unos 300 gramos de cocaína en bolsas, una sustancia valorada en 32.100,48 euros.

En las dos viviendas había objetos relacionados para el pesaje y la distribución de drogas, como básculas de precisión bolsitas de autocierre, recortes circulares, carretes de alambre, trece teléfonos móviles y varias tarjetas utilizados, supuestamente, para las transacciones. En total, el valor de la droga intervenida en esta operación asciende a 70.500 euros.