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El juicio por el asesinato de Teresa en Bruselas sigue sin fecha dos años despuésPor los plazos que se manejan y la escasa información que le llega a la familia de Teresa Rodríguez Llamazares, la joven enfermera vallisoletana de 23 años acuchillada hasta la muerte en su apartamento de Bruselas por su ex novio, César A., guardia civil de ... 24 años, la madrugada del 27 de octubre de 2022, el juicio no se celebrará hasta la llegada de la próxima primavera. De cumplirse esa hipótesis serán dos años y medio después del día de los hechos.
Precisamente, desde entonces los avances a los que ha tenido acceso la familia de Teresa han sido a cuentagotas y dos años después esperan impacientes a que por fin les comuniquen fecha y hora. Entre las pocas novedades que reciben, antes de que el proceso llegue a uno de los tribunales de lo penal (las 'cours d´assises'), se encuentra el trasladado del sospechoso de una prisión a otra.
En los últimos meses, el guardia civil ha pasado de la obsoleta cárcel de Saint Gilles a la moderna de Haren, actualmente la más grande de Bélgica y con capacidad para casi 1.200 reclusos tras ser inaugurada precisamente el mismo año del crimen.
Durante todo este tiempo, César A. ha reconocido los hechos, además de someterse a la reconstrucción del crimen en el céntrico apartamento de Teresa. Aún se desconoce si el guardia civil, que fue expulsado del Cuerpo tras conocerse su implicación, tras atacar a Teresa, saltó desde la ventana del quinto piso, donde residía la joven vallisoletana, o desde el segundo piso del inmueble y si lo hizo para intentar escapar tras cometer el asesinato o para quitarse la vida. En esa acción, el agresor sufrió una conmoción cerebral y se rompió el tobillo, lo que derivó en una intervención quirúrgica.
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M. J. Pascual
Desde entonces permaneció en el vetusto centro penitenciario de Saint Gilles y solo ha salido para las citaciones judiciales, la reconstrucción de los hechos y, en los últimos meses, para mudarse a la nueva cárcel. El joven se enfrenta a una acusación de asesinato que puede conllevar penas máximas de 30 años o cadena perpetua, lo que en España equivaldría a la prisión permanente revisable.
En el Código Penal de Bélgica, el homicidio con intención de matar es asesinato y será sancionado con penas de 20 a 30 años de prisión. El asesinato cometido con premeditación será castigado con cadena perpetua y esos 30 años de reclusión son la pena máxima, aunque los expertos en derecho internacional indican que, por buen comportamiento, puede ser puesto en libertad a los 10 años de internamiento si se trata de la primera condena del reo y, de 14, si se trata de un reincidente. El recluso puede quedar a «la disposición del Gobierno» tras cumplir 10 años de la condena, lo que significa que, durante este periodo, el Ejecutivo belga puede decidir si permanece encarcelado.
Si el desarrollo judicial ha mostrado pocos avances, las preguntas de los padres de Teresa Rodríguez han ido en aumento. Se preguntan, a la par que se lamentan, por qué fue César a finales de octubre de 2022 hasta el domicilio de la joven si habían dejado la relación. Cogió unos billetes de avión para «conocer dos países» y durante esa estancia se cometió el crimen.
En estos dos años, la madre de Teresa, Blanca Llamazares, ha recorrido centros educativos, como en la Universidad de Valladolid (UVA), para concienciar contra la violencia machista, de la que fue víctima su hija. Y quieren seguir por ese camino, por el de promulgar por ese fin desde la base en niños de pequeña edad. Quieren seguir paseando la palabra 'endelea', vocablo de origen africano procedente del idioma suajili, que como ha recalcado siempre Blanca «ella solía utilizar y que significa avanzar, continuar, y eso es lo que estamos haciendo», apuntaba la madre de la joven asesinada en una de las presentaciones en la UVA.
El proyecto 'La vida de Teresa' continúa expandiéndose por Valladolid con el objetivo de mantener viva la llama de su recuerdo y apelar a las conciencias sobre la importancia de la lucha contra la violencia sexista.
La intención de la familia era solicitar a la Consejería de Educación de Castilla y León y a la Dirección Provincial de Educación que la exposición llegue a todos los institutos de enseñanza secundaria de la comunidad «porque es en estas edades cuando se puede empezar a realizar el cambio». «La exposición habla por sí sola», señalaba Blanca Llamazares. No solo se pone el foco en las consecuencias de la violencia machista, sino también, como enfatizaba la madre de Teresa, en que «la educación familiar y escolar de los más jóvenes es la llave de cambio contra estos comportamientos».
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