Juan Ortega recibe su trofeo San Pedro Regalado en un acto de tono reivindicativo

El acto, que fue conducido por el crítico taurino Fernando Fernández Román, contó como gran protagonista con el matador sevillano Juan Ortega, al que hizo entrega de su galardón, una estatuilla que representa al fraile de El Abrojo amansando a un toro huido de los pagos del Raso de Portillo, el alcalde de la ciudad. El jurado de estos premios, los más longevos en el panorama taurino nacional, pues tomaron antigüedad hace 72 años, le otorgó el pasado septiembre este trofeo como autor de la mejor faena con una aplastante mayoría.

La faena de Ortega, realizada el 9 de septiembre en la pasada feria de Nuestra Señora de San Lorenzo, ante un astado del hierro gaditano de Núñez del Cuvillo, quinto de la tarde, alcanzó un grado sumo de excelencia, armonía y autenticidad. Sin ser una norma escrita, era habitual que los ganadores de este trofeo, a la mejor faena, de los premios San Pedro Regalado tuvieran un hueco en el cartel anunciado con motivo la celebración del patrón de la ciudad y los toreros. Y, pese a no estar anunciado en la corrida de esta tarde, Ortega acudió para recibir el premio, como una muestra de humildad y profesionalidad.

La entrega de la estatuilla a Ortega la hizo el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, quien en su intervención como presidente del jurado de estos premios aludió a la libertad y la democracia como elementos que han de vincularse a la tauromaquia, frente a quienes, con su intolerancia ya no solo no reconocen su valor cultural, sino que intentar impedir su libre desarrollo y promoción. Línea en la que, con diversas citas literarias, incidió la concejala de Educación y Cultura del Consistorio, Irene Carvajal.

Junto con el trofeo al matador que ejecutó la mejora faena, la mayor ovación que se escuchó en el salón municipal fue la que se produjo cuando se entregó a la viuda, Carmina, e hijos de José Luis Lera, crítico durante varias décadas de El Norte de Castilla, una mención especial como reconocimiento a una trayectoria sólida, coherente y con un estilo propio y reconocible. Si de un ganadero de lidia se hubiera tratado, Lera, sin duda, era titular de un encaste propio. Y si bodeguero, de un vino de autor. Creación personal.

El ganadero Victorino Martín, titular del hierro de homónima denominación, recibió el trofeo como criador del mejor toro de la feria, Midanito, al que lidió el extremeño Emilio de Justo el día 8, festividad de Nuestra Señora de San Lorenzo. Fue, en su día, el apartado más controvertido de los trofeos, pues Aldeano (nombre de evocación histórica en el coso del paseo de Zorrilla), de la vacada de Victoriano del Río, estuvo a un solo voto de desbancar al albaserrada. Un toro, además, irreprochable de lámina y que desarrolló una interesante pelea en el caballo. Elementos que no se constataron con tanta claridad en el victorino. Y por si faltaba algo, nacido en los predios bravos de Mayorga de Campos. Pero no fue el triunfador.

Los otros dos galardonados fueron el banderillero Ambel Posada, que intervino en la pasada feria a las órdenes de Miguel Ángel Perera, por su actuación completa con los palos y en la brega (lo recogió su colega de escalafón Curro Javier), y el picador Manuel Quinta, integrado en la cuadrilla del también premiado Juan Ortega.

Con la entrega de estos trofeos se ha restaurado una normalidad cultural, dada la prolongada tradición de estos trofeos, así como el prestigio del que gozan en el ámbito de la tauromaquia. Matadores de la categoría de Jumillano, Litri, Luis Miguel Dominguín, Miguelín, Mondeño, Ordóñez, Ostos, Santiago Luguillano, El Cordobés, Paco Camino, Julio Robles, Roberto Domínguez, Manzanares, Manrique, Espartaco, Niño de la Capea, Joselito, Ortega Cano, David Luguillano, Manolo Sánchez, José Tomás, Ponce y El Juli han sido acreedores de estos galardones. Sententa y dos años de existencia y 64 ediciones dan mucho de sí.