Valladolid

Una inversión de siete millones recupera el colegio de huérfanos como residencia universitaria

La recuperación de estas instalaciones estudiantiles es perfectamente visible desde la calle, a través de las ventanas del inmueble, donde se ven a numerosos operarios que están derribando tabiques y aunque lo más llamativo son los numerosos tubos de plástico que asoman servirán para modernizar todas las redes y saneamientos. Unos materiales que asoman por las ventanas por toda la fachada principal de un edificio que en menos de un año albergará 224 plazas, repartidas en 210 habitaciones, prácticamente el doble de las existentes en la anterior residencia, sobre un espacio cercano a los 10.000 metros cuadrados y cuyo objetivo principal de las obras es conseguir un edificio donde la calidad y la eficiencia sea su gran baluarte.

El director de Expansión de Resa, Jaime Caruncho, ha confirmado que «las obras avanzan a buen ritmo» a la vez que ha reconocido que «efectivamente la apuesta de su compañía es muy potente con esta apertura de Valladolid» con el compromiso de actualizar las dependencias y las instalaciones de un bloque de otro momento y que obedecía a otras demandas por parte de la población universitaria «y que será reformado teniendo en cuenta todos los criterios de sostenibilidad energética desde la propia construcción hasta para su utilización en el día a día». Marta Sánchez, la CEO de Resa, por su parte, precisa al respecto que «la apertura de Valladolid es el mejor ejemplo de nuestro modelo de expansión responsable».

El avance de estas obras también está significando una respuesta a los propios vecinos del entorno, como desde los portales colindantes señalan, porque hace unos meses el Grupo Municipal Valladolid Toma La Palabra había solicitado que este edificio que llevaba dos años cerrado fuera destinado a albergar el centro de refugiados que se iba a ubicar inicialmente al lado del Hospital Río Hortega.

Pero nada más lejos de la realidad porque desde hace bastante más tiempo la empresa Resa ya había llegado a un acuerdo con el Patronato de Huérfanos del Ejército, dependiente del Ejército de Tierra y propietario del inmueble, para que este edificio continuase con la función con la que nació en 1892 aún con otra construcción, la actual, que es de 1976: ser residencia para estudiantes universitarios.

Y en este empeño los nuevos arrendatarios reconocen sentirse «orgullosos» por esta llegada a Valladolid «que es una de las grandes y reconocidas ciudades universitarias y llevábamos ya un tiempo mirando cómo llegar con nuestro modelo de expansión responsable» a la vez que no cierran la puerta a una ampliación de su negociado en la ciudad.

La adaptación del inmueble será de acuerdo a las demandas actuales de la población universitaria con la mayoría de las habitaciones individuales y con baño adaptadas también a las nuevas tecnologías para hacer una estancia como si estuviera en su propia casa, como explican las mismas fuentes, que comentan también que para esto se cuenta con un estudio de interiorismo para hacer la estancia lo más confortable posible. Será una residencia de estudiantes «pionera» para esta compañía nacional que tiene 44 centros por toda la geografía nacional aunque, su responsable, destaca que «la obra que se llevará a cabo en Valladolid será proyecto piloto y modelo para las nuevas dependencias que esta empresa construya o rehabilite por España».

Así, el proyecto contempla la redistribución completa del interior con prácticamente un nuevo concepto de los espacios y con unas zonas comunes más atractivas destacando las salas de estar y convivencia junto con salón de actos, salas de estudio, biblioteca y otros servicios para los estudiantes en unas áreas que ocuparán unos 2.500 metros cuadrados. También se pondrá al servicio de los estudiantes una moderna infraestructura deportiva donde destacará un pequeño polideportivo y gimnasio, en la parte trasera del inmueble además de las pistas existentes, que también se arreglarán.

Una «ambiciosa remodelación», tal y como califica Caruncho, que conllevará una inversión de más de 7 millones de euros «para adaptar un espacio a los tiempos» y donde habrá «total flexibilidad» en los alquileres de las estancias tanto para universitarios de grados como de postgrados o máster. En este sentido, el responsable también subraya la oportunidad de estar «en pleno centro de la capital vallisoletana» que entiende será otro de sus puntos fuertes a la hora de comercializar las habitaciones de cara al próximo curso «abriéndola a todo el público estudiantil ante la alta demanda y la falta de producto nuevo».

Estas 223 plazas integrarán las más de 11.000 plazas que Resa tiene por todo el territorio nacional destacando ejemplos como las residencias de Santa María del Estudiantes de Madrid Barcelona Diagonal o Damiá Bonet en Valencia. En Castilla y León, Salamanca cuenta desde hace un tiempo con dos establecimientos de la compañía siendo éste de Valladolid el tercero.