

Secciones
Servicios
Destacamos
Llevaba apenas un año en la cárcel de Valladolid y desde entonces había mostrado «un perfil bajo» y «no conflictivo» que le había permitido pasar ... desapercibido durante su breve estancia en el penal. El hermano pequeño del clan cacereño de los Hilarios, una familia afincada en Plasencia. protagonizó el pasado viernes, 14 de febrero, la única fuga registrada en el centro penitenciario en sus cuarenta años de funcionamiento. La huida de Ángel Benito Moreno -condenado a más de 20 años por delitos contra la salud pública, blanqueo de capitales y falsedad documental- fue planificada a todas las luces al milímetro y, por ahora, le ha permitido dar esquinazo a los agentes que le buscan por todo el país.
La hipótesis principal es que el preso salió escondido en el petate de otro recluso en «un plan muy premeditado» que, sin embargo, se vio acelerado por un contratiempo con el que Ángel Benito no contaba, como fue el anuncio de su próximo traslado a otra prisión. En concreto, el recluso iba a ser trasladado al centro penitenciario de la Moraleja, en Dueñas (Palencia), un cambio que además iba a ser inminente porque los traslados entre cárceles cuentan con un protocolo específico. Primero se proponen, después se aprueban y, finalmente, se fechan. Y eso es lo único que le faltaba al traslado de Ángel Benito, una fecha.
«Era cuestión de días que se produjese ese traslado», señalan fuentes cercanas al caso. Consciente de que ese cambio de prisión echaría al traste su plan de fuga, el placentino de 47 años alegó la presencia de enemigos que podrían atentar contra la integridad física en el nuevo centro, por lo que consiguió su objetivo, ganar tiempo y suspender temporalmente el trámite. «Cuando se dan estas circunstancias se paraliza la gestión y se investiga si es cierto lo que cuenta el preso, se vela por garantizar la seguridad y evitar conflictos que se puedan producir».
Con el traslado sin fecha, Ángel Benito pisó el acelerador de su plan de fuga, una huida que consiguió con éxito al ocultarse en un macuto entre los enseres de otro recluso que salió en libertad el mismo viernes. Esa es la principal vía de investigación que barajan tanto desde Instituciones Penitenciarias como desde la Guardia Civil, cuyos agentes centran sus pesquisas en saber cómo y en qué momento se ocultó en el petate, qué ayuda interna recibió para perpetrar su plan de huida y cómo pudo burlar los cuatro controles de seguridad del centro penitenciario de Valladolid. Instalaciones en las que este martes se ha mantenido una reunión entre la dirección del centro y la Subdelegación del Gobierno para tratar este asunto.
Ángel Benito logró escapar de una macrooperación en la que intervinieron 260 agentes (75 de unidades de élite) y que terminó en 2015 con la detención de buena parte de su clan familiar en Plasencia. La operación 'Aqueronte' culminó entonces con la detención de 20 personas cuya actividad principal era el tráfico de drogas y a los que se les imputaba delitos como pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, blanqueo de capitales y falsificación de documentos. Pese a la implicación policial y a la realización de más de una veintena de registros en domicilios, Ángel Benito logró evadir el cerco policial aquel 21 de octubre de 2015 en el que se intervinieron 25.000 dosis de cocaína.
Consiguió permanecer oculto durante tres años y finalmente en 2018 fue arrestado en una operación policial que se hizo a su medida y se bautizó con el nombre de 'Hilarín', en referencia a que se trata del hermano pequeño del conocido clan placentino. Fue a finales del mes de junio cuando las pesquisas de los agentes de la Guardia Civil -pertenecientes al Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas de la Comandancia de Cáceres- les llevaron hasta Talavera de la Reina, en Toledo, donde fue localizado y detenido.
Una detención de la que intentó escabullirse, ya que los agentes de la Benemérita que intervinieron en la operación tuvieron que sacarlo de su vehículo (en el que se encontraron documentos falsificados) al tratar de huir. Ángel Benito contaba con numerosas requisitorias judiciales de búsqueda y detención procedentes de distintos juzgados y por diferentes delitos como su supuesta implicación en delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, usurpación de estado civil y falsificación de documento público.
El preso, que se fugó este viernes de la prisión de Valladolid, había sido trasladado de la cárcel de Cáceres en 2024 y llevaba tan solo un año cumpliendo condena, aunque su primer ingreso en prisión se produjo hace casi veinte años, en 2006. Desde entonces sus entradas y salidas de la cárcel han sido intermitentes y han culminado con la fuga de la última prisión en la que estaba interno.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.