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Cuando la industria automovilística detuvo la producción –en algún caso hace ya casi un mes, en otros algo a regañadientes–, las previsiones pasaban por un estado de alarma por coronavirus que iba a prolongarse del 14 al 29 de marzo. Después vinieron dos prórrogas, ... más una 'hibernación' de todas las actividades 'no esenciales'. Los daños han ido incrementándose y ahora ha llegado el momento de ir planificando la vuelta al trabajo, que no será total ni inmediata. En el caso de las grandes industrias de Valladolid como Renault, Michelin e Iveco el retorno contempla condiciones especiales, tanto desde el punto de vista de la seguridad sanitaria como de la continuidad de la producción.
Efectos del coronavirus en la economía regional
En el sector de la automoción, cuya paralización alcanza a la totalidad de centros de trabajo de todos los fabricantes en todas las autonomías, a los problemas propios del reinicio de actividad propiamente dicha se le añaden y multiplican las incógnitas y amenazas. No solo no será posible un regreso a la normalidad súbito y completo, como ya ha advertido el presidente de Renault España y de la patronal de fabricantes (Anfac), José Vicente de los Mozos, sino que abundan las incógnitas. Por ejemplo, ¿cuántos coches hay que fabricar en un momento económicamente incierto en el que es muy difícil venderlos y no solo porque la población esté confinada en sus casas?
Aun a expensas de lo cambiante de la situación, que todavía podría motivar alteraciones en los planes, las tres factorías de Renault en Valladolid Palencia prevén ir recuperando la producción una vez que pase la Semana Santa y se levante la suspensión de actividades no esenciales. Debido a los perjuicios que está trayendo consigo el cese de actividad, que no hay que olvidar que mantiene en situación de ERTE a 11.650 trabajadores de las plantas de la comunidad, más la de Sevilla y los servicios centrales de Madrid, la voluntad de la empresa es arrancar lo antes posible.
Las instalaciones del fabricante francés –algo que se repite en todos los casos de recintos industriales– cuentan con una serie de medidas de seguridad y prevención que han cambiado la fisonomía de las plantas. Ahora hay pantallas protectoras en los lugares donde la cercanía de las personas pudiera constituir un riesgo y se han señalizado todos los recorridos para garantizar una distancia de seguridad de al menos un metro.
Consejos y recomendaciones
Carmen Barreiro
En cuanto a la vuelta de los trabajadores, se da por seguro que no será de golpe sino escalonada, atendiendo a las necesidades productivas y a los condicionantes que puedan surgir debido al suministro de piezas. La empresa no ha estado parada en este sentido y se han intensificado los contactos y relaciones comerciales con los proveedores. Aun así, también la práctica totalidad de la industria auxiliar de componentes se ha visto afectada por el parón y su reactivación influirá en los ritmos de trabajo. La logística es otro factor de incertidumbre, ya que hay suministros que cruzan varias fronteras antes de estar a disposición de las plantas de Valladolid y Palencia.
Renault anunció el día 31 de marzo que las dos fábricas que tiene en China y Corea del Sur estaban en condiciones de volver a la actividad, mientras el resto de instalaciones en el mundo seguían paralizadas por el coronavirus. La factoría de Wuhan, epicentro de la pandemia, había echado el cierre a principios de enero.
Después de que Michelin acordase su paralización el 16 de marzo por un periodo de ocho días que luego sería ampliado hasta el 30, y de que la empresa presentase un ERTE para 7.000 empleados (cerca de 1.700 en Valladolid y más de 1.300 en Aranda de Duero), el fabricante francés de neumáticos ultima el protocolo para retomar la actividad de forma paulatina a partir del próximo día 13.
La empresa recuerda que sus productos resultan esenciales para el funcionamiento de sectores como la agricultura, los servicios sanitarios y las fuerzas de seguridad y contempla una reanudación gradual, una vez que se hayan completado las tareas necesarias para el arranque.
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Ya antes de la parada, Michelin había adoptado todas las medidas preventivas e higiénicas recomendadas, incluida la ampliación de las distancias de seguridad. En los últimos días se han redoblado los preparativos, tanto desde el punto de vista industrial, ya que se debe tener en cuenta la disponibilidad de la cadena de materias primas, como desde el laboral. En las reuniones con los comités de empresa se ha puesto sobre la mesa la necesidad de conciliar la actividad laboral y la vida familiar con adaptaciones en los turnos, pues no en vano los colegios siguen cerrados.
La intención del Grupo CNH Industrial es que la factoría de Iveco en Valladolid retome la producción el 20 de abril. La planta fue escenario de un plante de trabajadores el lunes 16 de marzo por los deseos de la dirección de mantener la actividad y finalmente se presentó un ERTE para sus 950 empleados. Ahora los planes pasan por dar por terminada la excepcionalidad tanto en Valladolid como en Madrid.
En cuanto a la visión de los sindicatos sobre la vuelta al trabajo, desde los mayoritarios CC OO y UGT sigue existiendo cierta preocupación en lo referido a las medidas de protección. No en vano, son numerosas las grandes empresas españolas que han demostrado generosidad a la hora de donar mascarillas, guantes, batas y protectores para los sanitarios.Ahora se teme por su disponibilidad una vez vuelva la actividad. Las centrales inciden en la responsabilidad que tienen las empresas de velar por la seguridad de las plantillas, a la vez que recuerdan que también el Gobierno debe asegurar el abastecimiento de equipos de protección individual y de los tests necesarios para la detección de la enfermedad. Desde el punto de vista laboral, los sindicatos abogan por el establecimiento de más turnos de menos personas para hacer efectivas las distancias de seguridad; la adaptación de los horarios de entrada y salida para evitar aglomeraciones y el mantenimiento del mayor número de puertas abiertas;la comprobación de la temperatura corporal y una desinfección continua de materiales y herramientas.
En Iveco se han puesto en marcha –no solo durante la parada, sino antes de que se produjese– hasta 58 medidas de seguridad preventivas. Van desde una bajada de velocidad en los ritmos de trabajo hasta la adecuación de las líneas para respetar las distancias de seguridad, pasando por la desinfección de vestuarios y herramientas; cambios de turnos para evitar aglomeraciones, cierre de tornos para minimizar el riesgo de contagios, modificaciones en las áreas de descanso para asegurar la distancia de seguridad, así como la instalación de pantallas protectoras en algunas zonas de trabajo y en las de atención al público: recepción, almacén, etc.
Además, se ha establecido un nuevo protocolo de carga y descarga de camiones con el que se pretende evitar todo contacto. A la vuelta de la actividad, aparte de estas medidas, la empresa va a implantar alguna más, como la instalación de una cámara térmica a la entrada de la fábrica para identificar a las personas con fiebre.
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