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El incendio que terminó con la última cárcel de la Inquisición en ValladolidEl Tribunal y sus correspondientes cárceles del Santo Oficio de la Inquisición recorrieron diversos lugares a lo largo de más de tres siglos. Se podría ... decir que la ubicación más importante que las acogió en Valladolid fueron las viviendas principales propiedad de Pedro González de León. Gracias a Ambrosio de Morales se tiene conocimiento sobre estas casas que albergaron al Tribunal del Santo Oficio y las cárceles secretas de la Inquisición que se encontraban en la ciudad desde el año 1559.
Varios historiadores han situado estos «hogares ocultos» en la calle Real de Burgos, otros cerca de la parroquia de San Pedro e incluso algunos apuntan a un palacio muy antiguo situado cerca de la iglesia parroquial de San Pedro. Aunque estas ubicaciones está próximas entre sí, lo cierto es que ninguna de las teorías contaban con la certeza del lugar exacto en el que se encontraban. Un documento notarial señala explícitamente la localización de la casa de la Inquisición «en la calle de la Peña de Francia». Por aque entonces, solía llamarse calle de los Moros. Allí se encontraba la entrada principal del edificio.
Desde agosto de 1559 la vivienda de Pedro González de León era utilizada para la reclusión de presos. La propiedad del inmueble no pasó a manos de la Inquisición hasta trece años más tarde, en 1572. Ese mismo año el Santo Oficio se decantaría por comprar la casa para instalarse en ella definitivamente. Para ese año ya era bastante probable que el propietario hubiese fallecido, por lo que la venta la realizaría su hija y heredera Mencía de León.
En ese lugar no solo se encontraban los tribunales, sino otro tipo de dependencias como las cuadras y otras cárceles donde estuvieron presos el arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza de Miranda -acusado de herejía- y Fray Luis de León, quien estuvo entre 1572 y 1576 en prisión bajo más de sesenta acusaciones relacionadas con la Vulgata.
Un funesto incendio en 1809 pondría fin a las casas de la Inquisición tras más de 250 años de pervivencia. Sucedió al amanecer del 7 de diciembre, cuando la estancia servía de cuartel de soldados alemanes y franceses. En aquel entonces estaba dada la orden de no tocar las campanas de noche, por lo que se omitió dar el aviso hasta las nueve de la mañana del día siguiente, cuando las llamas ya se habían apoderado de gran parte del edificio. El suceso, cuyos responsables nunca fueron desenmascarados, duró cuatro días y, tras extinguirse , solo se lograron conservar la fachada y la habitación.
El histórico edificio quedó reducido a un solar que, tras el incendio, fue sacado a subasta por la Administración de Bienes Nacionales en 1843. Fue adjudicado ese mismo año a Francisco de Paula Benito por la cantidad de 3.155 reales. En la actualidad este espacio acoge un grupo escolar que hace tiempo se denominó Infante Don Jaime y ahora es conocido por los vallisoletanos como Macías Picavea.
Desde Curioseando por Valladolid nos acercamos hasta el observatorio meteorológico de la universidad para contar los numerosos enclaves de la ciudad desde finales del siglo XIX.
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