Uno de los carteles anunciando el cierre. El Norte

Los hoteles de Valladolid se preparan para un ERTE sectorial de unos 2.000 empleos

El viernes estarán clausurados los últimos establecimientos mientras el sector reclama «un trato específico y excepcional»

Antonio Corbillón

Valladolid

Miércoles, 18 de marzo 2020, 06:52

¿Qué sensación producirá ser el único cliente de un hotel de 141 habitaciones? A mediodía de ayer, la directora del hotel La Vega en Arroyo de la Encomienda, Elvira Muñoz, esperaba paciente la salida de su última reserva para clausurar el ... establecimiento a causa del coronavirus. «Es una persona que iba de paso. Todo lo demás son cancelaciones», explica Elvira tras el parapeto del mostrador de recepción.

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En todo el edificio, apenas ella, la trabajadora de atención del turno de mañana y dos personas de la limpieza. Todos los servicios de restauración y cafetería de este clásico de la hostelería cerraron hace días. La puerta principal está clausurada y solo franquean la entrada previa llamada telefónica al interior. Elvira Muñoz se temía hace días que las cosas se iban a precipitar. «La Semana Santa no tiraba de reservas desde febrero, la gente estaba ya 'mosca'».

Igual situación en el Vincci Frontaura, en el barrio de Covaresa. «Estamos esperando a que se marche un cliente para clausurar el local», informan sus gestores, antes de recordar, amables pero contundentes, que «las directrices prohíben que nadie cruce la puerta de entrada».

Un paseo por los hoteles es una sucesión de puertas candadas con carteles explicando cierres sin fecha. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Valladolid, Francisco Posada(Hotel Enara) asegura que este viernes «estarán cerrados todos los establecimientos de Valladolid». De hecho, este lunes ya habían clausurado sus puertas el 80% de locales. «La decisión va más allá de la actividad o no. Es un ejercicio de responsabilidad para ayudar a parar los contagios», insiste. El Silken Juan de Austria será uno de los últimos. Lo hará el viernes. «Hoy mismo (por ayer) lo hemos decidido. Atendemos a los últimos tres o cuatro clientes», informan en recepción.

En juego están los 2.000 empleos directos y muchos indirectos que viven de la hotelería. La mayoría serán incluidos en Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE). «Nosotros tenemos que incluir a 40 personas», lamenta Elvira Muñoz.

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«A medidas y situaciones excepcionales deben seguirle ayudas excepcionales y contundentes», insiste Posada. El sector estaba a mediodía de ayer muy atento a los anuncios de medidas económicas del Gobierno central. «No podemos dar fechas de reapertura ni por aproximación –reflexiona Francisco Posada–. Por eso necesitamos medidas específicas y exclusivas para el turismo. Y aquí también los ayuntamientos deben aportar algo».

Entre esas peticiones, se pide que los ERTE se apliquen «con carácter retroactivo» desde que se decretó el estado de alarma. La obsesión de los propietarios es que la transición hacia una normalidad sin fecha sea «lo menos traumática posible».

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Los alojamientos se temían lo peor desde hace semanas, después de unas expectativas previas a la Semana Santa que en nada se aproximaban a las reservas de años anteriores. Posada confirma los malas sensaciones de Elvira Muñoz. «Enseguida vimos que marzo sería un mes muy difícil después de ver como a finales de febrero las reservas se fueron hundiendo sin remisión».

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