El paro del transporte ha puesto en jaque a todos los sectores económicos, que han tenido que reducir o incluso detener su actividad, ante la imposibilidad de recibir los suministros necesarios o bien, porque sus almacenes se encuentran saturados al no poder enviar las mercancías ... a sus clientes. También los sectores de la hostelería y el comercio de Valladolid se han visto afectados por este parón, que muchos consideran ya «un problema de Estado».
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Los hosteleros han salvado esta semana gracias a que fueron previsores e hicieron acopio de productos en los días previos a la huelga. Sin embargo, se muestran expectantes sobre lo que vendrá en los próximos días. «De momento nuestros distribuidores nos están abasteciendo de todo. Esta semana la salvaremos, pero si la huelga continúa, lo problemático llegará la próxima», adelanta Jaime Fernández, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid (Apehva). «La distribución, en líneas generales si que está repartiendo con normalidad. Los problemas que ha habido han sido puntuales, con determinados productos, como la cerveza o con las bases de pizza, por ejemplo. Hoy (por el jueves) me han avisado desde pescadería, que mañana habrá de todo. Pero si esto no se desbloquea de alguna manera, llegará un momento en el que no haya producto, ni para la hostelería ni para nadie».
Los precios son otro cantar. Siguen subiendo. Fernández se pregunta si cuando todo pase volverán a bajar. Él mismo se responde. «Me imagino que no» y dice que «no quedará más remedio que repercutirlo». El pan y el aceite son los productos que más han subido. «Lo hemos notado en todo, pero lo del pan es brutal. Las subidas no vienen de ahora. Desde septiembre de 2021 hemos sufrido siete subidas además del IPC que en enero era de un 6,5%, lo que pasa, que el encarecimiento ahora mismo, se está acentuando más. Si antes una barra de pan nos costaba 0,30 euros, ahora nos cuesta 0,60. Y así con todo. El litro de aceite de girasol antes nos costaba 1,20 euros y ahora nos cuesta 3,50 euros, igual que el de oliva», remata el presidente de los hosteleros de Valladolid.
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Su homólogo en la Asociación de Hostelería de Arroyo de la Encomienda, Oscar Herrera, se encuentra en la misma situación. Se queja de una subida de precios «descomunal», que están solventando «como buenamente pueden». «Algunos productos que estamos recibiendo, como por ejemplo la ternera, no es de la misma calidad que de costumbre y el tamaño tampoco no tiene nada que ver», dice este hostelero, que regenta la sidrería-asador El Topín Fartón. «Los filetes que compro para los cachopos vienen mucho más pequeños y el precio también nos ha subido 1 euro por kilo. En cuanto al aceite de girasol que utilizo para la freidora es algo increíble. El último pedido que he hecho me ha supuesto 11 euros más por cada garrafa. Compré un palet de 75 garrafas que me duran un mes y medio. Eso supone 825 euros a mayores. ¡Y sólo en el aceite! Nos ha venido una detrás de otra. Todavía no lo hemos repercutido, pero no nos quedará otra que hacerlo de forma inmediata», adelanta. «Voy todas las semanas a comprar a mi proveedor habitual, y debido a la huelga me he encontrado con problemas para encontrar leche, aceite o harina, entre otros. Para algunas cosas he tenido que cambiar de proveedor. Ya me han avisado, de que para el chipirón patagónico que compro habitualmente, habrá problema de suministro. La semana pasada tampoco pude comprar la cerveza de tirar que cojo habitualmente y tuve que comprar de envase retornable. Agua de botella de cristal tampoco tenían, por lo que tuve que conformarme con botella de plástico», se resigna.
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Alberto Santos es el responsable de zona de Aramark, empresa con sede en Valladolid que ofrece servicios de alimentación y que gestiona el 'catering' de numerosos comedores escolares, residencias de ancianos y empresas. Asegura que hasta el momento no se han encontrado con ninguna dificultad más allá de que se hayan cambiado los días de algunas entregas. «Los distribuidores nos ha avisado de que la próxima semana podemos tener problemas con determinados productos, principalmente leche y lácteos, también con alguna variedad de fruta», explica. Esta empresa de momento no se ha visto obligada a cambiar sus menús, pero reconoce que hay incertidumbre de cara a los próximos días. «Todo el mundo tenía un stock de seguridad que lo están utilizando para hacer la distribución a nivel local, pero como es lógico, ese stock está mermando y si no les entran camiones, tendremos problema de abastecimiento cara a las próximas semanas», avanza. Aramark se está esforzando por respetar al máximo los menús que ya tiene fijados con sus clientes y usuarios y en previsión de lo que pueda ocurrir, está buscando proveedores alternativos, por si los habituales se quedaran sin género. «Estamos preparando un plan B, pero nuestra intención es que los colectivos más vulnerables como los niños o las residencias de mayores no se vean afectados por este tema», asegura Santos, quien también ha notado la subida de precios en productos frescos, aceites, cereales y leche. «De momento estamos tiramos de los acuerdos que tenemos cerrados para mantener los precios, pero si esto sigue, habrá que repercutirlo. Las tendencias al alza las venimos observando desde el verano pasado», concluye.
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