![David Noriega, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Clínico de Valladolid; Carmen Estébanez, subdirectora médica quirúrgica del hospital, y José María Trigueros, médico adjunto de la Unidad de Rodilla.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/12/20/protesisi-rodilla--758x531.jpg)
![David Noriega, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Clínico de Valladolid; Carmen Estébanez, subdirectora médica quirúrgica del hospital, y José María Trigueros, médico adjunto de la Unidad de Rodilla.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/12/20/protesisi-rodilla--758x531.jpg)
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El Hospital Clínico Universitario de Valladolid ha empezado a implantar prótesis de rodilla mediante cirugía mayor ambulatoria, algo que en la sanidad pública española solamente lleva a cabo otro centro de Barcelona. La iniciativa exige la coordinación de especialistas de Traumatología, Anestesia, Rehabilitación y Fisioterapia, ... Hospitalización a Domicilio, las áreas de Enfermería de las plantas y de la Escuela de Rodilla, donde se enseña y explica a los pacientes todo el proceso, lo que logra que funcione un engranaje que hace posible que una persona llegue al hospital sobre las siete de la mañana y reciba el alta a las ocho de la tarde con una rodilla renovada que le permitirá decir adiós a los dolores y ganar movilidad.
David Noriega, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Clínico, y José María Trigueros, médico adjunto de la Unidad de Rodilla, destacan el trabajo previo realizado para conformar todos los pasos a seguir y el esfuerzo de coordinación del personal de todas las áreas implicadas para incorporar con éxito la colocación de estas prótesis a la cartera de cirugía ambulatoria.
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Susana Escribano
Todo el proceso está protocolarizado. Después ingresar de madrugada, el paciente entra en quirófano sobre las ocho de la mañana y es sometido a la cirugía (con el robot Mako) durante una hora y media. Tras una fase de recuperación, pasa a planta. En cuanto llega, el paciente comienza la fisioterapia. A las dos horas es capaz de deambular con muletas y por la tarde baja al gimnasio para proseguir con la rehabilitación. Ese es el paso previo para que los profesionales valoren el alta y vuelva a casa a la hora de la cena, pero sintiéndose atendido porque tiene hilo directo con el hospital para solventar cualquier duda. El recién operado recibe al día siguiente la visita del equipo de Hospitalización a Domicilio. «Es importante que el paciente tenga la percepción de que se le sigue más, que no se le expulsa. Queremos que el paciente sienta que está acompañado en este proceso que para ellos muchas veces es muy duro, que se sienta seguro», indica del doctor Trigueros.
La iniciativa ha reducido al mínimo el tiempo en el que la persona que necesita esa prótesis de rodilla está en el hospital. El paso actual de la cirugía con hospitalización a la ambulatoria se cimenta en otro anterior, que fue pasar de la cirugía manual a la robótica, hito que cruzará próximamente el umbral de la prótesis mil. Eso ya implicó acortar un día la estancia hospitalaria y permanecer en el hospital entre dos y tres jornadas. Ahora, con la cirugía ambulatoria, entran por la mañana y salen a última hora de la tarde.
600 prótesis
de rodilla y cadera implantan anualmente los traumatólogos del Hospital Clínico de Valladolid
Eso permite contar con más camas de ingreso y aminorar lo que la falta de plazas supone de limitante para poder hacer cirugías. «Muchas veces no hay disponibilidad de camas y eso nos limita el tipo de patología que operamos. Eso genera desigualdades, porque si sólo puedo hacer cirugía ambulatoria durante muchas semanas, la patología más compleja no la puedo sacar y sólo me puedo dedicar a hacer artroscopias, juanetes dedos en resorte, túneles carpianos... Esos pacientes estarán contentos porque hemos acortado su demora media, pero las aumentará en las prótesis. El objetivo es que no haya asimetría en la demora», subraya el doctor Noriega.
No todos los enfermos pueden optar a esta cirugía ambulatoria. Hay criterios de salud, edad y distancia de la vivienda de residencia al hospital. «Son pacientes sanos, con poca patología, es muy importante que tengan un buen soporte familiar, que estén motivados... Estamos trabajando mucho con la educación del paciente a través de la Escuela de Rodilla, explicándole cómo va a ser el proceso para disminuir la ansiedad preoperatoria. La clave de esto es el trabajo multidisciplinar y la educación del paciente y de los propios médicos», remarca el doctor Trigueros, que incide en que la evolución que han afrontado los profesionales ha supuesto un cambio profundo. Una prótesis de rodilla implicaba hace 20 años entre 15 y 20 días de hospitalización.
Los pacientes que acaban abocados a llevar una prótesis han sufrido un desgaste de la articulación localizado en una de las caras o un infarto del hueso, una necrosis, por la que pierden parte de la articulación, que es la que sustituyen los traumatólogos. «El paciente tiene dos cosas: dolor y limitación funcional. No puede caminar equis metros y su actividad vital baja de forma significativa. Son gente que puede tener entre 50 y 70 años, absolutamente sana y que se ven limitados en su vida», remarca David Noriega.
La operación que se ha empezado a desarrollar de forma ambulatoria se centra en la implantación de una prótesis parcial, para enfermos que tienen la patología localizada en una parte de la rodilla. «Como conservamos el resto, los pacientes tienen una sensación mucho más natural. Se sienten más confortables, tienen más función y se recuperan más rápido», precisa Trigueros. Es una cirugía que exige precisión y equilibrio entre los ejes y la carga de la parte que se conserva y la nueva. «El robot te permite una mejor programación de todo eso y ha demostrado una mejora en la tasa de supervivencia del implante y en la precisión... Hemos acortado tiempo, sangrados...», incide el jefe del Servicio de Traumatología del hospital vallisoletano. Ese manejo del robot Mako hace del Clínico de Valladolid, en cuyos quirófanos se implantan unas 600 prótesis anualmente entre rodilla y cadera, un centro de referencia en el aprendizaje para sanitarios de otros lugares.
La cirugía ambulatoria es un campo quirúrgico en auge en el área de traumatología. Históricamente se operan sin hacer noche en el hospital procesos que afectan a la mano, como el túnel carpiano; procesos de pie, artroscopias de rodilla, también patologías de columna, cirugía cervical... y se incorporan las prótesis de rodilla, con previsión en un futuro medio para que lo hagan las de cadera. «Es una cirugía en expansión, claramente», sintetiza el doctor Noriega. «En EE UU, el 61% de las prótesis de este tipo se están haciendo en cirugía mayor ambulatoria. En España estamos empezando», añade José María Trigueros para 'dibujar' el margen de expansión que tiene la técnica. Este traumatólogo recuerda que durante la pandemia hubo un periodo que solamente se podía hacer cirugía mayor ambulatoria y eso sirvió de estímulo para abrirla a nuevos situaciones.
Las intervenciones quirúrgicas sin pernocta en el hospital perfilan un sistema en el que todo son ventajas: hay mayor eficiencia sanitaria y de gasto público, mayor comodidad para el paciente y sus allegados y más disponibilidad de espacios para atender a las personas en lista de espera quirúrgica.
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