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Plaza Mayor de Valladolid completamente vacía, pasadas las ocho de la tarde de este sábado. Carlos Espeso

Valladolid apura al límite el nuevo toque de queda

Las terrazas del centro estuvieron prácticamente llenas hasta minutos antes de las 20:00 horas

Eva Esteban

Valladolid

Sábado, 16 de enero 2021, 22:49

Eran las 19:50 horas y en el centro de Valladolid no se respiraba un ambiente de toque de queda. Faltaban diez minutos para que entrara en vigor la reclusión domiciliaria decretada por la Junta de Castilla y León para tratar de frenar el vertiginoso incremento de contagios –este mismo sábado se contabilizaron 20 fallecidos por la covid y 2.892 positivos– y en vías principales como Santiago o el Paseo de Zorrilla el trasiego de transeúntes era constante, principalmente de parejas y grupos de jóvenes que anticiparon su horario de ocio. No parecía que apenas unos minutos después las calles tuvieran que tornarse fantasmas, que todo el mundo –salvo aquellos que tuvieran una causa de fuerza mayor, debidamente justificada– tuviera que estar en sus pisos a resguardo de la covid-19.

Porque este sábado los vallisoletanos, como ya hicieron en octubre, cuando se aplicó el primer toque de queda, aquella vez a las 22:00 horas, apuraron al límite el regreso a sus casas. Hasta prácticamente el último momento las terrazas de los bares rozaron el lleno, dentro de los límites de aforo permitidos. En aquellas que estaban parcialmente cubiertas o contaban con estufas, eso sí.

El frío apretaba –los termómetros alcanzaron los dos grados bajo cero durante buena parte de la tarde–, pero no amedrentó a la ciudadanía. De hecho, Santiago desprendió vida hasta bien agotada la restricción de la movilidad en vía pública.

Media hora antes, sobre las siete y media, algunos negocios hosteleros comenzaban ya a recoger sus espacios. Como hizo Erick Pérez, camarero de El Farolito, quien lamentó la jornada «tan floja» que tuvieron. «Ha estado todo muy flojo. Pensaba que iba a ser un día de muchas copas, como venimos notando otros sábados, pero ha sido de mucho café y refrescos, y mañana –en referencia a este domingo– será peor», lamentaba el joven.

Galería. Imágenes del primer toque de queda a las 20:00 horas en Valladoid.

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Galería. Imágenes del primer toque de queda a las 20:00 horas en Valladoid. Rodrigo Jiménez/Alberto Mingueza/Carlos Espeso

Frente a algunas tiendas, fundamentalmente de ropa y complementos y café para llevar, se formaron largas colas para acceder a ellas. Una estampa que se fue disipando conforme caía la noche pero que, sin embargo, no privó a los comercios de recibir clientes hasta las mismas ocho de la tarde. A esa hora, algunos incluso tuvieron que pedir a algunos usuarios que abandonaran las instalaciones.

Algunos negocios hosteleros comenzaron a recoger sus terrazas hasta media hora antes de la reclusión domiciliaria

A Valladolid le costó, pero finalmente enmudeció pasadas las ocho y cuarto de la tarde, tras el desmontaje apresurado de las terrazas de bares y restaurantes y el paso ligero de quinceañeros y familias que aceleraban el regreso a sus viviendas para evitar ser sancionados.

A partir de entonces, solo el ruido de vehículos rezagados y de trabajadores que volvían a casa rompieron ese silencio ensordecedor. Entre tanto, los autobuses urbanos mantuvieron sus horarios habituales, mientras que el servicio búho continúa suprimido, tal y como informaron fuentes de Auvasa.

Ahora que parecía que la ciudad retomaba el pulso, que sus vecinos habían olvidado lo que era no ver ni sentir un alma por sus calles y plazas, la historia volvió a repetirse. Pero, esta vez, dos horas antes. El toque de queda vació Valladolid en cuestión de segundos. La vida se apagó en la capital. La gran mayoría de mesas y sillas de la hostelería ya estaban apiladas. Las tiendas tenían la verja echada, pero de sus tripas salían y entraban empleados que estaban recogiendo los locales y poniendo todo a punto para el próximo día de apertura.

Despliegue policial

Mientras tanto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se coordinaron para cubrir el mayor número de zonas posibles. Desde aproximadamente las 20:00 horas, efectivos tanto de la Policía Local como Nacional reforzaron su presencia por la ciudad, especialmente por el centro, y se implantaron controles de seguridad de forma simultánea en varios puntos, como en la Plaza de Poniente o en el entorno de la Plaza Mayor. En la provincia, la Guardia Civil hizo lo propio, con patrullas desplegadas por diferentes partes del medio rural vallisoletano, como por ejemplo en los accesos a Santovenia de Pisuerga. El coronavirus volvió a acallar la comunidad en un intento por frenar su imparable expansión. El silencio será, mientras no se dicte lo contrario, la banda sonora de las noches castellanas y leonesas, entre las 20:00 y las 06:00 horas.

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