Plaza de San Pablo, con las hierbas asomando por las grietas de las baldosas de granito. Carlos Espeso

Las hierbas brotan en el asfalto de Valladolid

Limpieza y Jardines se reparten la compleja tarea de acabar con la maleza en un año de lluvia y calor y con menos recursos de los necesarios

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 28 de julio 2024, 08:40

Si es una norma tácita o reside por escrito en algún documento, parece que no está muy claro. El resumen, sin embargo, es este: si el hierbajo rebelde crece en la acera, lo retira el servicio de Limpieza del Ayuntamiento; si brota en una zona ... ajardinada, lo desbroza el servicio de Parques y Jardines. Y esto deja algunas imágenes tan curiosas como una mediana de césped impoluto en la avenida de Gijón junto a cuyos bordillos emergen malas hierbas que no deberían estar allí. «Incluso he preguntado a concejales anteriores y tampoco sabe nadie dónde lo pone, pero está así establecido», admite el edil de Medio Ambiente, Alejandro García Pellitero (PP). Él y el concejal de Seguridad y Salud Pública, Alberto Cuadrado (Vox), tratan de coordinarse para poder limpiar de maleza la ciudad, pero no hay mucho que hacer en lo contractual y eso dificulta un poco más las cosas, explica Pellitero. «[En cuanto al mantenimiento de parques y jardines] Son contratos plurianuales y se han renovado el año pasado y no se pueden tocar, hay que tenerlo previsto para cuando se saque la licitación».

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En las zonas verdes del centro y norte de la ciudad, por ejemplo, la adjudicación se firmó el 22 de junio de 2023, con una duración de dos años, por más de 8,8 millones de euros IVA incluido y repartida en diferentes lotes. El primero era para mantenimiento y mejora de la jardinería y arbolado de la zona centro y Contiendas, el segundo para la zona norte, el tercero para la mejora «de la obra civil y equipamientos de ambas zonas» y el cuarto, para el control de calidad de los dos primeros lotes. La descripción de las labores que se deben acometer incluye «escardas y desbroces» mecánicos, químicos y «mediante nuevas tecnologías», así como el «desherbado» de paseos y caminos.

Solo el primer lote, zona Centro y Contiendas, supone actuar sobre una superficie de 1,1 millones de metros cuadrados de zonas verdes. Y la zona norte, 1,4 millones de metros cuadrados. Entre ambas, en torno a 19.000 árboles dentro del concepto «arbolado viario».

Operarios de Parques y Jardines podan los setos junto a Vallsur. Carlos Espeso

Pero es que en ese contrato no aparece la otra parte. La que afecta a los servicios de Limpieza. Que son todas las vías urbanas en las que la maleza también hace su aparición por cualquier grieta. Es otro de esos servicios en los que el Ayuntamiento ha admitido en varias ocasiones que hacen falta más recursos, tanto humanos como de maquinaria.

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Las operaciones de desbroce y limpieza de hierbajos se complican cuando la climatología se pone del lado de la naturaleza. Muchas lluvias en primavera y un par de rachas de calor han convertido el paisaje urbano en una sucesión de verde por aceras y bordillos. Pero tampoco es sencillo, explica Pellitero, actuar antes. Pone como ejemplo la avenida Padre José Acosta, hacia el estadio. «De lo primero que se hizo fue en la zona cercana al club de la Raqueta». Allí, ahora, vuelven a aparecer las hierbas mientras que al lado, en la vertiente que da al paraje de Caño Hondo, ya no sucede eso porque es una de las zonas que se han rematado.

Maleza en las inmediaciones del puente de la Hispanidad y en la calle de la Vía.

Tampoco la utilización de herbicidas es sencilla. En 2016, el Ayuntamiento de Valladolid prohibió el uso de glifosato, un pesticida que se introdujo en la lista de posibles agentes cancerígenos por parte de la Organización Mundial de la Salud. «Hay un listado de productos que se pueden usar y que no. En medianas sin tránsito público se podrían utilizar fitosanitarios, pero en las aceras no», reconoce Pellitero. Hace tres meses el concejal Jonathan Racionero (VTLP) aseguraba que el Ayuntamiento había vuelto a utilizar este tipo de agentes químicos. «Lo han hecho de una forma silenciosa, sin decir nada. Saben que la ciudadanía en estos años se ha concienciado de que hay otras maneras de trabajar y hacer las cosas. Hay formas de hacerlo garantizando nuestra salud y la del medio ambiente. Por eso vuelven al uso de este tipo de productos sin decir nada», señalaba en un comunicado de prensa.

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Alejandro García Pellitero asegura que se han probado alternativas como derivados del vinagre, «el ácido pelargónico, pero se necesita más mano de obra porque son precisas muchas aplicaciones» para que sea efectivo, explica.

Así que la carga principal de trabajo recae en la retirada manual de estos hierbajos. «Con el contrato de desbroce de parcelas, que se ha terminado ya, ha quedado un dinero, porque se paga por trabajo realizado, y en coordinación con el de Servicio de Limpieza hemos empezado a utilizarlo con medianas y aceras», señala el edil de Medio Ambiente. «Están haciendo las zonas más grandes, avenidas y paseos, como la avenida de Gijón, la avenida Real Valladolid, Pinar de Jalón… Diferentes zonas. Y luego a ver si hay alguna partida que podamos aplicar con las empresas con las que trabajamos».

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El asunto de las malas hierbas tiene una derivada política que se repite también cíclicamente, en especial aquellos años en los que las lluvias y el calor provocan una abundancia de maleza. Los ya ex concejales Carlos Paramio y Antonio Martínez Bermejo (PP), tuiteros compulsivos en la etapa de Óscar Puente en la Alcaldía, retrataban cada alcorque rebasado por las hierbas o cada montonera de hojas sin recoger a la llegada del otoño. Quejas en redes sociales que recaían en Antonio Otero (PSOE), entonces al frente del área que ahora lleva Alberto Cuadrado (Vox), o en María Sánchez (VTLP), la predecesora de Alejandro García Pellitero (PP). Ahora las redes sociales del otro bando muestran los hierbajos que verdean el asfalto en las zonas más inesperadas de la ciudad, como la plaza de San Pablo.

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