El gasto en energía encarece un 30% la cuota mensual en las comunidades de vecinos

Alerta de que el precio desbocado de la energía está disparando los gastos para el mantenimiento de las comunidades. Desde la luz del portal y los rellanos, el garaje y la puerta que lo abre hasta el ascensor y las calefacciones comunitarias de gas o gasóleo, en todos esos elementos comunes el coste de funcionamiento se ha descontrolado y está obligando a adoptar medidas inéditas. Y todo. con la entrada del otoño y con el calendario encarando los primeros días de encendido de calefaciones ante la llegada de los días de frío y nieblas.

Cunde la inquietud en los inquilinos de muchos edificios, que aún no saben cómo amortiguar el 'mordisco' de la factura energética a sus finanzas particulares y colectivas. «El escenario es muy preocupante», admite Díez Lloris, quien observa que con el paso de los días «la gente va siendo más consciente de lo que hay y de lo que se nos avecina».

En no pocos portales se están convocando reuniones para hacer partícipes de la situación a los residentes y acordar cómo hacer frente a subidas de cuotas y derramas, que ya se aprecian como «escandalosas».

El coste medio de las mensualidades aumentará alrededor de un 30% para poder pagar el servicio de calefacción central, estiman varios responsables de las cuentas de colectivos vecinales consultados. «Ayer acordamos en una comunidad un incremento mensual de 150 a 200 euros en la cuota, y a mayores hemos tenido que aprobar una derrama de 2.000 euros por vivienda exclusivamente para pagar el gas», relata Díez Lloris.

En algunos bloques de edificios se ha optado ya por retrasar el encendido de las calderas, rebajar uno o dos grados la temperatura o acortar el horario de funcionamiento de la calefacción comunitaria. En Valladolid el 80% de las calderas de bloques con servicios centrales funcionan con gas, que ha quintuplicado su precio. Y las que son de gasóleo han visto duplicar su coste en el último año. La mayoría de las comunidades con servicios centrales se han adaptado con contadores individualizados, pero el suministro es comunitario y no tiene acceso a la tarifa regulada al ser consideradas en la normativa como industrias. Un panorama que amenaza con hacer trizas las economías familiares. Pero no solo eso. Los responsables de programar los presupuestos vecinales temen que se dispare la morosidad y con ella la conflictividad en la convivencia.

El final del verano y con él la llegada inminente de la factura eléctrica por el uso de la depuradora de la piscina ha generado indignación en muchas parcelas. «En alguna de ellas el año pasado se pagó 300 euros por la luz y este han sido 966 euros, así que habrá que reajustar el presupuesto del próximo ejercicio e incrementar las cuotas», se resigna Ruth Torinos, del despacho Tramita2. «A los propietarios no les queda otra que asumir esas subidas si quieren encender la luz en el pasillo o que la puerta del garaje se abra;tenemos la suerte de administrar comunidades saneadas en las que el 95% de los clientes pagan».

Muchos administradores están recibiendo estos días numerosas consultas sobre cómo ahorrar en los gastos compartidos. «Vamos reajustando consumos, saltando de una suministradora a otra para intentar bajar costes y algo se ahorra, pero lo gordo no está en el precio del kilowatio hora, sino en los impuestos; ahora mismo tenemos buen clima, pero veremos si no hay que hacer aportaciones de dinero a mayores para afrontar los próximos meses», advierte Ruth Torinos.

La crisis está obligando a actualizar presupuestos para poder hacer frente a los gastos. «Tenemos que hacer mucha labor explicando las cosas a los vecinos para que se comprenda lo que está pasando; muchas mensualidades están subiendo un 30% y no queda otra porque si no, habrá pérdidas», alega Fidel Enciso, de Fincadelia.

En algunos portales se está recurriendo a los ahorros acumulados durante años en la cuenta común para poder hacer frente a desembolsos desorbitados. «Hay mucha gente que tendrá problemas para pagar y lo hará por orden de necesidades: primero la comida de sus hijos, después la gasolina para moverse y lo último puede ser la comunidad; va a aumentar la morosidad; y aunque en general la gente paga –advierte Enciso–, está asfixiada y se puede poner al límite la economía de las comunidades».

Díez Lloris opina que lo que no soportan los residentes de un edificio es «al jeta que no paga la mensualidad y está tomándose copas en el local de enfrente;en cambio, si hay una justificación y la gente tiene voluntad de pagar suele haber una cierta comprensión», sostiene Díez Lloris.

La sensación de que poner coto o intentar rebajar el coste de la energía es imposible se ha extendido, generando sensación de impotencia e indefensión en las juntas vecinales que se están convocando. «De momento estamos informando a los vecinos de la fuerte subida que se va a producir para que sean prudentes y tengan contención en la medida de los posible con sus consumos, porque si van a ser los mismos que hasta ahora su factura se va a cuadruplicar», previene Óscar Palomares.

Desde su despacho en Tu Finca Asesores observa que a medida que van venciendo contratos firmados el año pasado a buen precio, con comercializadoras de gas «viene ahora un nuevo escenario con una subida muy fuerte; de hecho ya hay contratos que se están yendo de las manos. Muchos vecinos van a pagar cuatro o cinco veces más por el gas y pasarán de 1.000 euros al año a 4.000».

A la Organización de Consumidores y Usuarios están llegando numerosas consultas de personas que no van a poder encender la calefacción este invierno. «Muchos nos dicen que será imposible hacer frente a ese gasto; estamos teniendo suerte con el buen tiempo, pero veremos qué pasa dentro de unos días», augura Rebeca de Miguel, delegada de la OCU en Castilla y León. «El problema que tienen las comunidades es que no pueden acceder a la tarifa regulada –la más económica–, al ser consideradas como industrias, por eso hemos pedido a los ministeriosde Hacienda y Transición Energética que modifiquen la normativa». El Gobierno ha anunciado su intención que extender en 2023 la tarifa regulada a las comunidades vecinales para rebajar su factura a la mitad, aunque falta por conocer la medida en detalle en el Consejo de Ministros de este martes.