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«Es una barbaridad lo que ha subido todo», dice Ana Hernández mientras echa un vistazo a los tickets que almacena en la App de la gran superficie donde realiza la compra habitualmente. Esta madre de familia numerosa ha visto cómo su economía doméstica se ... ha resentido de forma notable tras los últimos acontecimientos de escala mundial. Los precios no paran de subir, no así los salarios y Ana ve cómo los malabares para ajustar su presupuesto, son cada vez más complicados.
Ana es alicantina y vive desde hace 22 años en La Flecha. Ella y su marido Félix Alonso tienen 8 hijos de entre 20 y 3 años de edad. Hacen compra muy frecuente, porque por logística familiar, no pueden almacenar mucho en casa. «Este último mes he notado cómo los productos subían de un día para otro», anticipa. «Mis hijos comen de todo, lo que me facilita mucho la compra. Además, suelo utilizar productos básicos, como patatas, legumbres y arroz que son más baratos. Intento que mis hijos coman pescado, pero ahora, en lugar de comprarlo fresco, lo compro congelado o utilizo palitos de merluza. No es lo mismo, pero es más económico. Y si por ejemplo, compro bonito fresco, compro una pieza entera y lo congelo. Con la carne, siempre voy a las ofertas. No tengo un menú estipulado, cocino lo que esté más barato en ese momento, pero de hace unos meses ahora, he visto mucha diferencia», explica.
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El Norte ha querido acompañarla y comprobar de primera mano cuánto han subido los precios en el último año. Ana ha repetido exactamente la misma compra que realizó el 26 de abril de 2021. «Siempre voy a la compra con la lista preparada, para intentar salirme lo menos posible. Soy una habitual de las marcas blancas y nunca me fijo en el precio final del producto, sino en el precio por kilo o litro. Algunas veces me he encontrado que anuncian determinados 'packs ahorro', que luego, comparándolo con el precio habitual por kilo, realmente salen más caros», explica esta experta compras de grandes volúmenes.
Lo primero que le llama la atención son los huevos. «Antes los compraba de tamaño L, pero han subido tanto, que ahora los compro de tamaño M», explica mientras compara los precios. «¡Fíjaté! El año pasado una docena me costaba, 1,39 euros. Este año están a 2,15 euros. Sólo llevaré 2 docenas», dice mientras los mete al carro. El aceite casi se ha vuelto un artículo de lujo para esta madre de familia. La compra por garrafas. «Es increíble. 3 litros de aceite de oliva de marca blanca, el año pasado me costaron 9,45 euros y ahora están a 14,15 euros. El café lo pagué a 2,24 y ahora me cuesta a 2,70. Los espárragos costaban 1,73 y ahora 2,75 euros. Algo tan básico como el arroz, de 0,79 ha pasado a 0,95 euros y los macarrones, han pasado de 0,74 a 1,19 euros, aunque de éstos no queda ni un solo paquete en las estanterías. En el brick de leche hay una diferencia de unos 10 céntimos. Eso para una familia tan numerosa como la mía, que consume unos 120 litros de leche al mes, ¡supone muchísimo dinero!», expone mientras compara su antiguo ticket con el precio actual. «La gaseosa, en cambio, se mantiene. Costaba y cuesta, 0,25 euros. Es un producto que en casa usamos mucho», se consuela.
En productos de higiene personal y droguería no se ha notado tanto incremento, aunque si hay algunos precios que a Ana le han llamado la atención. «El dentífrico y el gel de ducha no ha variado de precio, en cambio, el papel higiénico ha pasado de 2,84 a 3,15 euros y el suavizante de lavanda de 1,35 a 1,85 euros», subraya. Ana termina de hacer su compra. La misma que hizo hace un año, excepto algunos productos como los macarrones, arroz, café y tomate frito, que no había ninguno disponible, aunque ella ha comparado los precios.
Al pagar, utiliza un cheque ahorro y su tarjeta de cliente, que le permite beneficiarse de un descuento de 7,81 euros por ser familia numerosa. «Venía gastando unos 800 euros mensuales en compras de supermercado. Este mes, que es el que más ha subido todo, todavía no lo he calculado», dice antes de descargar su compra en el coche. «Descontando los productos que compré el año pasado y este año no he podido comprar, veo que en abril de 2021 me gasté 73 euros. Hoy, comprando exactamente los mismos productos y me he gastado 100 euros. Es un 37% de diferencia, eso significa que, si yo me gastaba unos 800 euros mensuales, ahora pasaré a gastar 1.096 euros en hacer la compra».
Félix es jefe de obra y topógrafo. Ana es auxiliar de enfermería con reducción de jornada. Para reducir otros gastos, además de la compra han cambiado también otros patrones de consumo. «Hace poquito hemos instalado nuevos termostatos en casa, de forma que podemos ajustar la temperatura a los horarios para que la factura de la luz sea más baja. El lavavajillas y la lavadora los intento poner en las franjas horarias más baratas y tratamos de hacer un uso más racional de los vehículos. Hacemos el esfuerzo de ir andando siempre que podemos», concluye Ana.
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