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«Hace 12 años nos llevábamos las manos a la cabeza cuando veíamos un desfase del 200% entre el precio en origen de un producto y el precio en destino, ahora observamos un 800% y hasta un 1.000%, y el problema está en que ... lo hemos interiorizado, se ha asumido». Así habla Aurelio González, coordinador regional de UPA, de la eterna reivindicación agraria sobre la diferencia que existe entre lo que cobra el agricultor por sus productos y lo que debe abonar el consumidor por llevarlo a su cesta de la compra.
«La escalada de precios actual nos tiene preocupados a todos», reconoce, «pero vemos más alto el precio final, no tanto en lo que cobran agricultores y ganaderos».
Los costes de producción de agricultores y ganaderos se han disparado en los últimos meses y la guerra en Ucrania ha favorecido aún más una situación en la que a los profesionales no les salen las cuentas.
Uno de los sectores más castigados por el incremento de costes y los reducidos márgenes con los que trabaja desde hace tiempo es el vacuno de leche, un producto cuyo precio se ha banalizado de manera sistemática y ha servido como reclamo.
«Producir un litro de leche hace un año tenía un coste medio de 0,39 euros y en la actualidad es de 0,46 euros», confirma el ganadero vallisoletano Ángel Fernando San Juan Velasco, que va más allá: «Hasta antes de la guerra el coste era de 0,42 euros/litro, en poco más de un mes ha subido hasta 0,46 euros».
Las materias primas suponen el mayor coste para explotaciones como la suya en la que solo las vacas en producción suman 406 cabezas. «El maíz hemos pasado de comprarlo de 196 euros a 405 euros; la harina de soja de 323 euros/tonelada a 607 y en mi caso concreto, de pagar 2.900 euros al mes de luz a 9.800 euros».
En estos momentos, muchos ganaderos siguen sin firmar contratos con las industrias y aunque se habla de precios base de 0,41 euros/litro, esa cifra sigue sin cubrir los costes.
Este ganadero, asentado en Villanueva de Duero, cifra en 36.000 euros «lo que me está tocando poner todos los meses». ¿Cómo aguanta así un negocio?. «Con un golpe de estos tardas siete años en reponerte, yo he tratado de estar preparado con pólizas, pero nuestro sector es muy lento, no vas a hacerte rico, pero tampoco te vas a arruinar, la gente lo que hace es matar recría y vas cubriendo costes, aunque eso empobrece las ganaderías».
Destaca las importantes dimensiones de su ganadería «para ser más eficiente», al igual que otra serie de innovaciones, «pero al final, se lo queda la industria y la distribución».
Concluye que las ayudas que va a conceder el Gobierno para este sector, con cuantías máximas de 35.000 euros, «no valen para nada, que se lo ahorren» pues opina que el Estado a quien debe hacer cumplir la ley es a la industria y la distribución.
Los ejemplos son muchos y variados. José Antonio Pérez Rincón dedica parte de su explotación, asentada en la localidad vallisoletana de Pedrajas de San Esteban, al cultivo de zanahorias y estima que el coste de cultivar una hectárea «va a pasar de los siete u ocho mil euros del año pasado a los 12 o 13.000 euros de éste, al precio que está ahora mismo la electricidad, pero hasta que no termine la campaña no lo sabremos con exactitud».
Pérez identifica el gasoil, la electricidad y el abono como los mayores gastos a los que deben enfrentarse y relaciona precio y producción para que un cultivo sea rentable. «Los 0,16-0,18 euros/kilo que se están pagando eran razonables con los costes de antes y con más de 70.000 kilos de zanahorias por hectárea; con los costes actuales, por lo menos, se tienen que pagar a 0,25 euros».
La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX), destaca una subida en el precio de la energía del 134% con respecto al año pasado, los fertilizantes (+48%) y los plásticos agrícolas (+30%).
Según la tabla de precios que cada semana elabora UPA y la Unión de Consumidores, mientras que el agricultor percibe 0,18 euros por un kilo de zanahorias, el consumidor abona 1,60 euros, un 889% de diferencia.
Por otra parte, añade Pérez, «es un cultivo que necesita mucha inversión en maquinaria y si una máquina de cosechar zanahorias costaba 100.000 euros hace un año, ya está en 150.000 euros, suponiendo que te la entreguen».
Por último, esta misma semana COAG ha denunciado que las integradoras no están trasladando a los ganaderos las subidas de los precios del pollo al consumidor. La organización indica que el precio del kilo de pollo ha pasado de 2,85 euros a 3,19 euros, un 12% más.
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