Valladolid

Garabatos infantiles ante las cámaras en Parquesol

Eso y algunos daños en los asientos habilitados –listones y un asiento arrancados– en las bancadas del mismo ágora afean este singular espacio habilitado en junio del año pasado y en el que el más que amplio, y llamativo, sistema de videovigilancia parece, al menos, haber minimizado el vandalismo, al menos, en lo que a los daños habituales causados por los grafiteros se refiere.

Los mensajes y los propios dibujos en sí, pintados con rotuladores negros, apuntan a un vandalismo adolescente muy alejado, por ahora, del tradicional de los 'artistas' urbanos que habitualmente estropean con enormes y coloridas pintadas en cuestión de minutos desde sus inauguraciones este tipo de espacios públicos un tanto separados de zonas de tránsito –véanse el parque Tomás Rodríguez Bolaños o los túneles peatonales bajo las vías– .

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Y para ello se instalaron un sinfín de cámaras a la vista diseminadas al borde de las escaleras mecánicas con vistas a los dos descansillos habilitados en su recorrido por la ladera para acceder al citado anfiteatro y a otra plazoleta circular en torno a una singular fuente. En esta última, de momento, no hay pintadas. Las que hay, y con ese corte un tanto infantil, se concentran en el anfiteatro situado unos metros más arriba un año y medio después de que el ascensor y las propias escaleras mecánicas se pusieran en funcionamiento. Tres meses antes, y también con cámaras a su alrededor, aunque sin zonas estanciales, se inauguró el dispositivo gemelo de escaleras y elevador del lado del estadio.

Los dos elevadores, sin contar las escaleras mecánicas, suman desde entonces una media diaria de más de cuatrocientos usos, en el caso del de la ladera norte, y de más de trescientos, en el de la este.