Fiestas de Valladolid 2023
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Fiestas de Valladolid 2023
La Feria de Día inunda Valladolid de tapeo con la vista en las nubesHace 24 años que Valladolid se inundó de casetas. Era por San Mateo, no por la Virgen de San Lorenzo, se pagaba en pesetas, 250 por bebida y pincho, y al frente del diseño del programa estaba Alberto Gutiérrez Alberca. «Me parece interesante el acuerdo ... con los hosteleros para potenciar la Feria de Día», decía. «Si hay constancia, esta iniciativa se puede consolidar como ha pasado en otras ciudades». Y se ha consolidado, con los vaivenes pendulares clásicos de toda idea nueva. de la euforia al desencanto y viceversa hasta que la oferta se estabiliza. «El año pasado tuvimos 72 casetas, este año hay 81», se congratulaba Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid, en la inauguración oficial de la Feria de Día. De las nuevas, la mayor parte se ubican en la plaza de Santa Cruz, que recupera su vigor como lugar emblemático de las fiestas del tapeo.
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Víctor Vela
Las autoridades eligieron María de Molina para la foto del brindis, la barra del Pico Fino. En la que se leía este cartel: «La operación bikini ha sido suspendida por causas meteorológicas». El clásico 'al mal tiempo, buena cara', con un ojo puesto en las nubes, que chafaron el estreno de las casetas regionales por la tormenta nocturna pero respetaron la hora del vermú. «Hay que ver, realmente la lluvia no es buena para la Feria de Día pero la hostelería es todo, dentro y fuera. Y si no se puede trabajar fuera, pues a trabajar dentro», animaba Jaime Fernández, presidente de los hosteleros vallisoletanos.
«Año a año vamos a ir mejorando», aseguraba el alcalde, rodeado de todo el equipo de Gobierno del Ayuntamiento. «Vamos recuperando la tradición de la Feria de Día a lo largo y ancho de toda la ciudad», se felicitaba, que no hace tanto que vivíamos días de mascarillas y prudencia.
La apertura oficial se produjo, eso sí, después de una primera noche de trabajo intenso tras las barras. Mientras la Plaza Mayor se convertía en escenario musical, las casetas de San Benito, de la plaza de la Universidad o de la Acera de Recoletos comenzaban a vivir la vorágine festiva, animada por una buena noche en lo climatológico hasta que comenzaron los truenos, más allá de las dos de la madrugada.
Las casetas se agrupan en varias zonas clave. Así, la Acera de Recoletos cuenta con 17 establecimientos. Diez en la Universidad. Ocho en el entorno de San Benito. Seis se reúnen en la zona del Lucense, cinco se congregan junto a la Catedral y en Santa Cruz; cuatro en Ferrari y Santa Ana. Hay tres en Martí y Monsó.
Hay dos en Cadenas de San Gregorio, Calixto Fernández de la Torre, Campanas, Cardenal Cos, Correos, Fuente Dorada y Pasión.
El Bar Lladolid ha montado la suya en la avenida Medina del Campo. Y también están Moka (Paseo de Zorrilla), Talavera (Rastro) y Solanilla (La Solana).
El horario es de 12 a 1:00 los días 7, 8 y 9 (como este sábado), y el cierre se adelantará media hora el resto de los días. El tiempo y el precio son los dos condicionantes que determinarán el éxito de esta edición. De los 2,80 euros de 2019 se ha pasado a los 3,50 de 2023. Y para este domingo la previsión es de lluvia segura a mediodía, según la Aemet.
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