Clientes comprando en la droguería Pompeya, posiblemente la más antigua de Valladolid R. JIMÉNEZ

La falta de relevo y el comercio electrónico amenazan las tiendas tradicionales de Valladolid

Castilla y León se sitúa a la cola de España en volumen de crecimiento de ventas del sector minorista

Laura Negro

Valladolid

Domingo, 20 de agosto 2023, 00:01

En una época de cambios constantes, acentuados por la pandemia y la inflación, los cambios en los hábitos de compra de la población están afectando al tejido de las tiendas de barrio y de pueblo ajenas a cadenas y franquicias. La irrupción de la tecnología, ... el comercio electrónico, la globalización, la aparición de estilos de vida, el teletrabajo, los nuevos canales de distribución y las nuevas formas de ocio han transformado la manera en que adquirimos productos y servicios. A ello se suma el incremento de los alquileres, que también ha tenido un impacto significativo en el sector del comercio, que en España emplea a más de tres millones de trabajadores y supone el 13,7% del PIB. Esta transformación del sector se viene notando desde hace tiempo en las calles de Valladolid, en las que cada vez hay menos tiendas tradicionales, de las de toda la vida.

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Con la irrupción de las grandes cadenas de supermercados y, más recientemente, del comercio 'on line', los lazos entre tendero y cliente se han debilitado, hasta el punto de que muchas de las tiendas de barrio, que eran paisaje y paisanaje habitual de Valladolid, están desapareciendo. Las compras al alcance de un clic siguen ganando terreno (especialmente tras la pandemia) y la falta de tiempo en una sociedad cada vez más ocupada, junto con la búsqueda de mejores ofertas, han impulsado a los vallisoletanos a optar por otras alternativas a la hora de hacer sus compras.

Según datos publicados el pasado mes de julio por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas del comercio minorista en España se situaron en un 6,8% en junio. Si se tienen en cuenta los datos de las comunidades autónomas, destaca que el Índice General del Comercio Minorista a precios constantes tiene en Castilla y León un porcentaje menor a la media nacional, situándose como el más bajo de España, en un 0,9%. En cabeza sobresalen islas Baleares y la Comunidad de Madrid, con un 14,4% y un 11,7% respectivamente. «Estos datos demuestran que el comercio en Castilla y León y por ende, en Valladolid, es una actividad cada vez menos rentable», apunta María Balsa, secretaria general de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco).

Desde esta patronal también se ve con tristeza cómo el comercio tradicional languidece ante la falta de relevo generacional. Ante esta situación, muchos propietarios de comercios a punto de jubilarse buscan traspasar sus negocios y se ofrecen a formar a sus sucesores para convertirles en herederos de su profesión. Es el caso de la droguería Pompeya, con 80 años de trayectoria y en cuyo escaparate se ha colgado el cartel de 'se vende'. «Se acerca la hora de nuestra jubilación y nos gustaría venderlo con el negocio en activo, aunque sabemos que nuestro sector no pasa por su mejor momento», señala José Luis Heras, gerente de este negocio junto con su hermana Maite. «Nosotros no nos quejamos de cómo nos van las ventas. Estamos trabajando bien, a pesar de lo dura que es la competencia de las cadenas y grandes superficies. Este es un oficio bonito que ojalá pueda tener continuidad», añade.

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Esta tendencia se da en casi todos los sectores, aunque se hace más patente en los más tradicionales, como droguerías, ferreterías, tiendas de muebles o de textil, que cada vez son más difíciles de encontrar en los barrios. «El comercio se concentra más en el centro de la ciudad, que tampoco está muy boyante. En los barrios, muchas han desaparecido, también debido a la proliferación de los bazares chinos», apunta Balsa.

Menos autónomos, más asalariados

Desde la secretaría general de Avadeco también se incide en la disminución de 18.293 autónomos del comercio el pasado julio en España –en el segundo trimestre del año se perdieron en Valladolid 647 respecto al mismo periodo del año anterior– en comparación con 2022. Una cifra que contrasta con los 65.852 afiliados más en este sector en el régimen general. El comercio alcanzó en julio el mayor número de afiliados a la Seguridad Social a pesar de la destrucción de empleo autónomo. Los trabajadores por cuenta propia han perdido peso en el sector en favor de los asalariados. En julio de 2009, los afiliados al régimen general en el comercio eran el 74,56% del total, mientras que ahora suponen el 77,69%. Los autónomos han pasado de ser el 25,44% en 2009 al 22,31% en 2023. «Lo que nos indica esto es que son las cadenas las que están contratando gente. En el caso de los centros comerciales, la tendencia es que están apostando por ampliar las zonas de ocio en detrimento de las comerciales. El principal problema al que se enfrenta el comercio tradicional es el comercio 'on line', que está monopolizado, sobre todo, por dos multinacionales. A eso hay que añadir el hecho de que las familias tienen cada vez menos nivel adquisitivo debido a la subida del IPC y de los tipos de interés y ahora priorizan el ocio a las compras», indica Balsa, quien añade la incertidumbre política también como causa del freno en el consumo. «Con la subida de hipotecas, la vuelta al cole y el verano, las familias gastan menos. En alimentación, que es un bien básico, las compras se hacen de forma más reflexiva. Otros productos que son más de capricho directamente se han dejado de adquirir. En rebajas se han cubierto expectativas, pero el verano es una época de menores ventas», apostilla Balsa.

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Desde la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva) también detectan estas tendencias. Según su presidente, Jesús Herreras, «la gente joven no encuentra el comercio como un sector atractivo y de futuro», aunque él se muestra optimista y cree que esta situación puede ser reversible. «La venta física seguirá existiendo y volverá a resurgir, aunque, por supuesto, estará complementada con la compra 'on line'. No hay más que ver la cantidad de devoluciones que genera el comercio de internet. Hay productos más estándar, como los libros o los artículos electrónicos, en los que quizá sea más fácil la venta 'online', pero para el resto de productos hay tantos matices de talla, color, tipo de tela…. que la venta presencial en la tienda de siempre tendrá que volver», reflexiona.

Herreras se refirió también a la paulatina pérdida de peso comercial en los últimos años de los locales existentes en el espacio urbano central de Valladolid. Según un estudio realizado por la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), en 2020 se analizaron 20 de las calles de la ciudad con mayor importancia comercial y se detectó que el 20% de los locales estaban vacíos. Hoy, tres años más tarde, estimamos que ese dato ha aumentado hasta el 25%, como poco», señala el presidente de Fecosva. «En Valladolid siempre ha habido locales cerrados, pero hasta hace unos años enseguida abrían, aunque fuera a cargo de otro gremio diferente. Hoy, el local que cierra tarda muchísimo en abrir o directamente no abre nunca. Y esto afecta a todos los sectores, no silo al del comercio. El de la banca, por ejemplo, tenía los mejores espacios, y ahora muchos también están cerrados», remata Herreras.

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