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La escultura de Valladolid que guarda las cenizas de su autorEl vallisoletano Lorenzo Frechilla ha pasado a la historia como uno de los escultores más destacados del siglo XX. A nivel nacional e internacional. Frechilla no solo participó en la hirviente actividad artística que vivió la capital del Pisuerga desde 1945 a 1950, sino que buscó nuevos horizontes creativos en Madrid, en Europa –de la mano del grupo internacional Este-Oeste– y en Estados Unidos. Con la escultora Teresa Eguíbar compartió vida y pasión por las formas, hasta que un infarto, en 1990, acabó con su fulgurante carrera profesional. El Ayuntamiento de Valladolid quiso rendirle homenaje en 1999 con la ampliación de una de sus esculturas. Se trata del colosal diapasón que está enfrente del centro comercial Vallsur. La columna 'Forma del sonido' mide 15 metros, pesa 15 toneladas y guarda en su interior una urna con las cenizas del escultor. Abro hilo:
↓ Lorenzo Frechilla nació en Valladolid el 3 de abril de 1927, en el seno de una familia con gran preocupación por todo lo cultural. Inspirado por sus padres, Abraham Frechilla e Isabel del Rey, desde la infancia tuvo un interés especial por la música, aunque fue su hermano Miguel el llamado a convertirse en un pianista de prestigio. Lorenzo expresó su talento con la creación de volúmenes y formas. En las aulas de la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, aprendió con los mejores. José Luis Medina, Jesús Trapote y Antonio Vaquero fueron algunos de sus profesores. Con 20 años se marchó a París para descubrir el arte de la posguerra. En la ciudad del Sena visitó exposiciones y museos y se empapó de la obra de artistas que hacían una escultura que distaba mucho de lo que se 'llevaba' en España.
↓ A la vuelta, intentó trasladar a Valladolid las ideas asimiladas. Cuentan que hubo un tiempo en el que el estudio de los Frechilla se convirtió en el centro artístico de la ciudad. Lorenzo Frechilla fue además uno de los impulsores del movimiento vanguardista vallisoletano Pascual Letreros en 1948, un revulsivo para modernizar y sacudir las adormecidas inquietudes culturales de la capital del Pisuerga. Tenía conocimientos y una sensibilidad especial para la escultura y los reconocimientos no tardaron en llegar. En 1946, en su primera exposición, cuando no había cumplido los 20, logró el Gran Premio de Escultura en la Nacional de Zamora.
↓ En 1951, decide trasladar su residencia a Madrid para poder seguir evolucionando. En la capital de España conoció a su mujer, la escultura Teresa Eguíbar. Juntos decidieron mudarse a París y en 1961 sumarse al grupo internacional Este-Oeste, con el que durante la década de los sesenta recorrieron Europa. En 1962 obtiene la II Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y tres años después consiguió la beca de la Fundación March. Es en esta etapa en la que la obra del escultor vallisoletano adquiere un gran prestigio. Comienzan a llover las ofertas para exponer en galerías de ciudades como París, Copenhague, Aquisgrán (Alemania) y tomar parte en muestras internacionales en Estados Unidos y en Japón.
↓ No es fácil establecer etapas en la obra del prolijo artista vallisoletano. Los autores del libro 'La escultura pública de Valladolid' aseguran que Frechilla «se mueve entre el racionalismo y la irracionalidad, entre el constructivismo y el irrealismo» y bebe de autores como Bracunsi o Gargallo. En una primera etapa, entre 1945 y 1951, practica la abstracción vanguardista. En esta época, finales de los cuarenta, Frechilla exponía miniaturas de marfil, madera y azabache en muestras que supusieron «un verdadero acontecimiento» en Valladolid. En los sesenta llega la fase figurativa y la etapa geométrica. «Hago geometría pero con un latido de imperfección», dijo Frechilla, que vivió su cuarto periodo creativo, entre 1964 a 1969, con el movimiento de líquidos y de formas de sonido. En 1969 comienza el período de las 'columnas', que finaliza precipitadamente el día de su muerte. El escultor vallisoletano falleció el 15 de agosto de 1990 en Madrid como consecuencia de un infarto que le sobrevino en su casa, minutos después de haber finalizado su última obra: 'Forma del sonido con puertas móviles'. Tenía 63 años.
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↓ Una de las siete piezas de este último periodo creativo es el colosal diapasón de la glorieta que enlaza el Paseo de Zorrilla con la Ronda Interior Sur, frente al centro comercial Vallsur. Pero multiplicada por treinta. El Ayuntamiento de Valladolid encargó en 1999 a la viuda de Lorenzo Frechilla la ampliación de una de las obras del artista y rendir así homenaje al escultor en su ciudad natal. Teresa Eguíbar eligió la pieza 'Columna abierta', con la que el escultor se propuso «captar las vibraciones sónicas y musicales en formas geométricas y racionales». La original, una columna de 48 centímetros creada en el año 1985 y fundida en bronce en 1992, forma en la actualidad parte de los fondos artísticos de la Diputación de Valladolid.
↓ La inauguración de la monumental escultura se celebró el 29 de julio de 1999. En el acto, presidido por el alcalde Javier León de La Riva, estuvieron presentes la viuda de Lorenzo Frechilla –que falleció seis meses después–, la hija de ambos, Karla Frechilla, y Jorge Frechilla, primogénito del escultor, fruto de una relación anterior del artista. De la Riva, en su discurso, subrayó la singular vocación artística de la familia Frechilla «desde Miguel, hermano de Lorenzo, en la música, hasta su hija Karla, que, además de poder ser modelo por su belleza, es una excelente pintora». «Parecen estar tocados por una gracia especial que les permite entender y transmitir algo tan complejo como el arte», aseguró el alcalde aquel jueves de finales de siglo en un acto que contó con la flor y nata del mundo artístico de la ciudad.
↓ Porque la inauguración de la escultura 'Forma del Sonido' fue un acto de despedida en toda regla. La hija de Lorenzo Frechilla pronunció unas palabras. Habló de la obra de su padre, de su evolución artística, de sus infinitas maquetas y de la huella imborrable que había dejado en ella. Y no pudo evitar emocionarse al ver en la glorieta a todos los compañeros de vocación y amigos del artista. Allí estuvo el pintor Benito Mauleón, los ceramistas Gonzalo y Andrés Coello, los escultores Feliciano Álvarez, Ángel Membiela, Francisco Barajas, Miguel Escalona, Luis Santiago, Ignacio Guerra, Concha Gay, Eduardo Cuadrado y la catedrática Teresa Ortega Coca, que tomó la palabra para reclamar la necesidad de crear una Escuela de Bellas Artes en Valladolid. Tampoco faltó Belén González, la escultora que dio al concejal de Urbanismo, Alberto Gutiérrez Alberca, la idea de homenajear a Frechilla.
↓ La escultura de Lorenzo Frechilla fue ampliada con planchas de acero corten de cinco milímetros de espesor soldadas entre sí con gas argon. El centro de la columna –donde la escultura reluce más– es de acero inoxidable pulido de cuatro milímetros. La estructura mide 15 metros de altura y 3,40 de ancho, pesa 15.000 kilos y costó 33 millones de las antiguas pesetas (198.330 euros). Y, según dijo el concejal Alberto Gutiérrez Alberca, simboliza «el intento por captar la vibración del viento en una obra de arte». Pero hay mucho más. En el interior de la majestuosa columna, Teresa Eguíbar decidió depositar la urna con parte de las cenizas de su marido, una camisa del escultor y una de sus esculturas. El resto de las cenizas fueron esparcidas en el río Pisuerga, en el sitio en el que que le gustaba pescar a Lorenzo Frechilla.
↓ La catedrática María Teresa Ortega Coca, impulsora de la Asociación de Críticos de Arte, dijo que Lorenzo Frechilla representa la escultura del siglo XX que ha traspasado fronteras y la vanguardia española. Y tenía toda la razón. La lista de entidades, colecciones y museos donde figura su obra es inagotable. Hoy, las esculturas de Frechilla figuran en los museos de Madrid, Bilbao, San Sebastián, Castellón, Granada, Málaga... Y en el extranjero están presentes en el Museo del Vaticano; en el parque de Dubrova, Labin (Yugoslavia); en los museos de Svendorg y de Struerg de Copenhague (Dinamarca) y en el Museo de Arte Moderno de Helsinki (Finlandia). Una de las obras más conocidas del vallisoletano está en la calle O'Donell de Madrid, junto al Pirulí de TVE desde junio de 1988. Se trata de otra columna, en este caso de acero y de seis metros de altura, que fue elegida en un concurso al que acudieron, nada menos, que 69 escultores.
↓ Y tres veces más pequeña que la columna de Valladolid, una escultura que invita a detenerse entre el tráfico y la prisa. Porque la formidable escultura con el color arcilloso del acero corten que lleva un cuarto de siglo en una glorieta de la capital vallisoletana además de dar forma al sonido en medio de la meseta castellana guarda en su interior el alma de su autor, el extraordinario escultor vallisoletano Lorenzo Frechilla.
En la siguiente entrega de 'El Hilo', la periodista Berta Muñoz recorre las instalaciones del desconocido museo de la Academia de Caballería de Valladolid. Entre las colecciones, además de una famosa máquina Enigma que el ejército alemán utilizó para sus comunicaciones secretas, se pueden ver máscaras antigás del ejército yugoslavo, armas agrupadas por países, periscopios de trinchera y una biblioteca con más de 17.000 volúmenes.
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