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Eligio Moretón Escribano, condenado en sentencia ratificada por el Tribunal Superior de Justicia a ocho años de prisión por tentativa de asesinato por golpear ... a un vecino de Cabezón de Pisuerga con un rodillo de cocina, ha sufrido el embargo de su pensión para hacer frente a los pagos de las indemnizaciones a la víctima, Manuel Bautista, y al Sacyl, así como las costas del procedimiento.
De esta forma, ya se ha ordenado las retenciones de la pensión de Moretón para el pago de 14.570 euros a Bautista y otros 2.000 para el Sacyl por la asistencia recibida por la víctima durante la recuperación del paciente.
Moretón, que reconoció en la Audiencia de Valladolid, el 10 de junio de 2022, que le golpeó «sin ánimo de matarle», alegó que pretendía amedrentarle tras una supuesta amenaza a principios de junio de 2021. «Tenía mucho miedo a ese señor. Me había amenazado y en su día me dijo que 'me iba a partir la cara'», declaró en el juicio.
La víctima, que necesitó 53 días para curarse con una intervención quirúrgica de por medio, relató en primera persona cómo vivió los hechos. «Estaba sentado solo. Me sorprendió y me dio un primer golpe en la frente, luego, al estar con el móvil en la mano, me protegí con el teléfono en una segunda agresión que destrozó el móvil, y el tercero me dio en la boca. Me quedé desorientado», rememoraba Bautista, asistido por Atrio Legal, hace cinco meses.
«Iba a matarme, no era una pelea. Me dijeron en el hospital que si me dan un segundo golpe en el mismo punto que el primero, me hubiese quedado vegetal», añadió Bautista.
Unos golpes que remitieron al estar presentes en el Hogar del Jubilado de Cabezón un guardia civil de paisano y el propietario del negocio. Los dos redujeron al agresor y evitaron que Manuel Bautista se «quedara en el sitio». «Si está solo, lo mata seguro, no paraba de soltar golpes», detallaron.
Una acción que completó Eligio Moretón con un rodillo de cocina de 31 centímetros y que durante la vista oral de junio se mostró a todos los testigos. Por su parte, el gerente del negocio, que también se encontraba tras la barra del bar y uno de los dos artífices de reducir al agresor, declaró que Eligio Moretón estaba «alterado» y «desbocado». «Calculé tres golpes y todos fueron a la cabeza», apostilló.
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