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Comercios históricos: Calzados Villalonga

La zapatería más longeva de Valladolid

Manuel Villalonga reconvirtió en el siglo XX el negocio de su padre, La Barcelonesa, en el afamado comercio de calzado que hoy dirige Gonzalo Villalonga, tataranieto del fundador

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 19 de septiembre 2022, 00:01

La historia de Calzados Villalonga arranca en Valladolid a finales del siglo XIX. El matrimonio formado por José Villalonga Paus (Alcora, 1841) y Joaquina Vaquero Granell (Alcora, 1844) se instaló en la ciudad del Pisuerga con sus hijos, tras dejar atrás su Castellón natal. En 1879 José Villalonga se estableció comercialmente en la esquina de la calle Santiago con Héroes de Alcántara . «En el local en el que estuvo muchos años la cafetería Risko», recuerda Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera, tataranieto del fundador de este comercio vallisoletano. «La Barcelonesa era en su origen un bazar especializado en deportes», apunta el actual propietario de Villalonga.

Manuel Villalonga Vaquero (Alcora, 1869) dio el relevo a su padre al frente del negocio y reconvirtió el primigenio bazar en un comercio de venta de calzado ya confeccionado. «Posiblemente la primera zapatería de España», señala Gonzalo Villalonga. «La casa La Barcelonesa garantiza sin ninguna limitación que todos los calzados que vende no tienen cartón ni otros materiales que con nombre falso y aspecto de buenos, siendo muy malos, se ofrecen al público. La Barcelonesa no hace ventas más que al por menor ni tiene sucursales en parte alguna. Y hacemos esta advertencia porque alguien valiéndose de nuestro crédito abusa del público, haciéndole creer que sus calzados son de esta casa», reza un anuncio de 1900 en El Norte de Castilla. En aquel año el negocio ya se había trasladado a los números 45 al 51 de la calle Santiago (frente al hoy desaparecido Convento de las Francesas).

José Villalonga Guerra junto a varios trabajadores. Debajo, Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera y Manuel Villalonga Vaquero. Rodrigo Ucero y álbum de la familia Villalonga
Imagen principal - José Villalonga Guerra junto a varios trabajadores. Debajo, Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera y Manuel Villalonga Vaquero.
Imagen secundaria 1 - José Villalonga Guerra junto a varios trabajadores. Debajo, Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera y Manuel Villalonga Vaquero.
Imagen secundaria 2 - José Villalonga Guerra junto a varios trabajadores. Debajo, Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera y Manuel Villalonga Vaquero.

En 1909 el comercio renovó totalmente sus instalaciones con «enormes armarios de madera blanca, con adornos de oro y niquelados y primorosos cristales labrados», tal y como se hizo eco este diario. El techo fue decorado con un lienzo del pintor vallisoletano Anselmo Miguel Nieto. «Una composición magistral, admirable de originalidad y de belleza (...). Y que honra al dueño del importante establecimiento, que procura alhajar éste de espléndida manera, del mismo modo que sabe aumentar constantemente su crédito y acrecer su clientela, sirviendo a ésta los más elegantes y mejores calzados que se conocen».

Manuel Villalonga Vaquero murió en 1924 a los 55 años. Fue su viuda, Jesusa Guerra Cañas, quien se hizo cargo entonces del negocio. El hijo mayor del matrimonio, José Villalonga Guerra, al finalizar su carrera de Derecho, se dedicó a la empresa familiar para ayudar a su madre en «el acreditado establecimiento, único en esta capital, en el que se expide el verdadero calzado de las más afamadas fábricas barcelonesas», decía la publicidad de la época. En 1932 La Barcelonesa cambió su nombre por Calzados Villalonga (durante un tiempo combinó los dos). «Fue por motivos políticos, tras la aprobación del Estatuto de autonomía de Cataluña. Aquello les hizo temer la pérdida de clientela», señala Gonzalo Villalonga.

A la jubilación de José Villalonga Guerra tomó el relevo, en 1955, su hijo José María Villalonga Alonso. En 1985 le siguieron tres de sus hijos: Gonzalo, Enrique y Esperanza. En aquellos años llegaron a tener hasta diez tiendas; en Valladolid y Oviedo. Hoy, 143 años después, y tras un concurso de acreedores en 2016, es Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera el único que continúa al frente, con una tienda en Fuente Dorada (Ferrari, 26).

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