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Manuel Clemente de Bellogín y Tobera, natural de Haro (La Rioja), llegó a Valladolid a mediados del siglo XVIII para hacerse cargo de la farmacia del Hospital de la Resurreción (antigua botica de San Ignacio regentada por los jesuitas). Su hijo, Andrés Avelino Bellogín Rodríguez, sustituyó a su padre en 1805 y en 1812 pasó a regentar la farmacia de San Benito, ubicada desde 1745 fuera del monasterio. Cinco años más tarde adquirió su traspaso y el de la farmacia más antigua de la ciudad, la de la Plazuela Vieja (hoy calle Angustias). Casado con Inés Gutiérrez, la pareja tuvo un hijo: Ángel Bellogín Gutiérrez. Viudo, Andrés volvió a contraer matrimonio. Con su segunda mujer, Petra Blanco, tuvo tres hijos: Nicolasa, Rufina e Ildefonso.
Tras morir su padre, en 1854, su hijo mayor, Ángel, heredó la farmacia de la plaza de la Rinconada, quedando la de la Plazuela Vieja en manos de su mujer Petra, quien envió a Madrid a su hijo Ildefonso a estudiar Farmacia. Al finalizar sus estudios Ildefonso se quedó a cargo de la farmacia. Murió a los 29 años de una grave enfermedad. Sin descendencia, fueron sus hermanas, Nicolasa y Rufina, las que se quedaron al frente de la botica.
Ángel Bellogín se casó con Justa Aguasal, con quien tuvo dos hijos: Ángel y Concha. Al fallecer éste en 1881 su mujer, Justa, cambió el rótulo de la farmacia por 'Farmacia de la Viuda del Dr. Bellogín'. Su hijo, Ángel Bellogín Aguasal, tras finalizar sus estudios, compró a sus tías la botica de la Plazuela Vieja y la rebautizó como 'Farmacia Bellogín Hijo'. «Éste Ángel es quien da nombre a la calle Licenciado Bellogín en La Rubia», explica Carlos Sanz Martín, hijo de María Victoria Martín Pintó Bellogín, última Bellogín al frente de la farmacia de los soportales de Cebadería. Esta farmacia, abierta hoy 205 años después, se traspasó en 1966. La de la Plazuela Vieja se había traspasado en 1897, en vida de Ángel Bellogín Aguasal.
El patólogo vallisoletano Carlos Sanz Santa Cruz, viudo de María Victoria Martín Pintó Bellogín, recuerda sus años de estudiante de Medicina en Valladolid donde en la rebotica de la farmacia de su entonces novia se retomaron las tertulias que en su día iniciara en la farmacia de la Plazuela Vieja su bisabuelo. De los cinco hijos que tuvo Ángel Bellogín Aguasal con Antonina García Sapela fue la segunda, Pilar, quien casada con su primo, Eugenio Martín Bellogín, se hizo cargo de la farmacia de la Rinconada bajo el nuevo rótulo: 'Botica Bellogín'.
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De este matrimonio nacieron dos hijos, Mario y Pilar. «Mario era militar de Artillería. Estudió también Farmacia para hacerse con la regencia de la botica de su padre, algo que compatibilizó siempre con su carrera militar. Se sintió moralmente obligado a hacerse cargo de su hermana y de sus tres sobrinos menores cuando a ésta le abandonó su marido que era quien, en un principio, iba a hacerse cargo de la farmacia. Se fue a Madrid a estudiar la carrera pero no debió de pasar ni por la puerta», cuentan Carlos Sanz Martín y Carlos Sanz Santa Cruz, padre e hijo. Mario murió en 1964. Dos años más tarde, con su hija mayor, María Victoria Martín Pintó Bellogín, como encargada; su viuda, Everilda Pintó Alonso, traspasó la farmacia. «Mi madre donó en vida recipientes, libros, envases y etiquetas antiguas de la farmacia al Museo de Valladolid. Y el título oficial de Andrés Bellogín de 1804».
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