Secciones
Servicios
Destacamos
Aprovechando que era agosto y que a punto estaba de celebrarse la festividad de la Virgen del Tránsito, una de las advocaciones marianas más queridas y veneradas en Zamora, Carlos Rodríguez Díaz, redactor de El Norte de Castilla y una de las personas más destacadas de la cultura local, recordó en un breve artículo que «los hijos de Zamora tienen un carácter eminentemente expansivo», pues, además de contar con una colonia en Madrid, habían fundado otra no menos numerosa en Buenos Aires. Y continuaba: «En Valladolid hay también mucho hijo de Zamora y su provincia, pertenecientes a muchas clases sociales (...). Podría constituirse aquí una colonia zamorana». Era agosto de 1920. Tres meses después, más de sesenta zamoranos residentes en la capital del Pisuerga constituían oficialmente la primera entidad asociativa «con fines de caridad y paisanaje».
En efecto, impulsados por Rodríguez Díaz, madrileño de nacimiento pero criado en Zamora desde los cuatro años, a finales de octubre crearon una junta directiva provisional encargada de avanzar un reglamento, y poco después, concretamente el 16 de noviembre de 1920, constituyeron oficialmente la «Colonia Zamorana en Valladolid» en uno de los salones del Círculo Mercantil, en la calle Angustias. La sede se ubicó en la sombrerería que regentaba su primer presidente, Arturo Hernández, en el número 30 de la Plaza Mayor. Rodríguez Díaz actuaba como secretario y Emilio Martín Gil se encargó de la tesorería. Comenzó la nueva entidad con algo más de sesenta socios, entre los que se encontraban propietarios de negocios tan conocidos en Valladolid como «El Palacio de Cristal» (Plaza Mayor), la zapatería de Eloy Arévalo (Calle Teresa Gil), el Bazar «El Pilar» (Calle de Santiago), o el almacén de chocolates de José Gutiérrez (Calle de la Libertad).
Noticias relacionadas
Enrique Berzal
Enrique Berzal
Según el reglamento aprobado, la Colonia Zamorana en Valladolid se constituía como Sociedad de Socorros Mutuos para, precisamente, procurar «el socorro de los paisanos necesitados y el mantenimiento del amor a esta querida tierra». En funcionamiento hasta 1938, la labor realizada en todos esos años fue ingente. Gestionaron y organizaron la asistencia a los entierros de zamoranos fallecidos, socorrieron pecuniariamente a sus familiares, asistieron a otros paisanos que solicitaban ayuda, organizaron con éxito suscripciones para construir la urna de la Virgen del Tránsito y la Corona de la Virgen de la Soledad, difundieron «las bellezas zamoranas» mediante exposiciones fotográficas, proclamaron «las grandezas de esta tierra» mediante las fiesta de la Seña Bermeja (histórica bandera de Zamora) y mantuvieron las devociones a la Virgen del Tránsito y a San Atilano, patrón de Zamora, mediante importantes actos religiosos y banquetes que se celebraban en El Edén, restaurante y jardín situados en La Rubia, con menú servido por otro paisano, el «acreditado restauranteur» Enrique Sampedro.
La Colonia Zamorana, que después de Hernández estaría presidida por el médico -y concejal en Valladolid- Francisco Burgo de Prada y por Miguel Fernández García, también organizó numerosas excursiones a su tierra, conferencias sobre la historia y las leyendas de Zamora, y homenajes a zamoranos ilustres como, por ejemplo, el teniente Casado por su actuación en Marruecos, y José María Cid Ruiz-Zorrilla, ministro de Comunicaciones (1933-1934) y de Obras Públicas (1934-1935). Identificados en su mayoría con los ideales que animaron a los sublevados contra la República en julio de 1936 (dos hijos de Rodríguez Díaz combatieron en las filas franquistas y uno de ellos murió en el frente de Guadarrama), los miembros de la Colonia Zamorana contribuyeron con 2.664 pesetas a la suscripción abierta por el Ayuntamiento de Zamora para comprar un avión que, llevando el nombre de su provincia, combatiera con los sublevados.
Tras un largo periodo de silencio, los zamoranos residentes en Valladolid volvieron a asociarse en junio de 1956, fecha de la creación de la Casa de Zamora en nuestra ciudad. Presidida por Salustiano Santos Lorenzo, al que acompañaban en la directiva Alberto Fernández Junquera (vicepresidente), Antonio Ferrero (tesorero y presidente en 1962), Juan Manuel Rodríguez (secretario) y Francisco Barrios Monterubio (contador), adquirió un nuevo local en el número 2 de la calle Salvador, inaugurado oficialmente el 23 de septiembre. El crecimiento de la Casa de Zamora en Valladolid fue espectacular: según datos recopilados por la prensa, los 16 socios que comenzaron en marzo de 1956 ya eran 876 en septiembre. Sin embargo, desde finales de los años 60 no volvió a tenerse noticias de ella. Tras un nuevo intento de reflotarla en 1981, liderado esta vez por la Peña de Benavente, que entonces englobaba a 46 familias, en febrero de 1992 se constituyó de manera definitiva la actual Casa de Zamora en Valladolid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.