Comercio histórico de Valladolid: Modas de Madrid

La tienda de moda infantil de la familia Puyo

Luisa Rosa Rico, viuda del comerciante Rufo Gil, abrió en 1925 un comercio de venta de ropa blanca en Portales de Especería que en los años sesenta sus herederos rebautizaron como Puyo

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 25 de septiembre 2023, 00:43

«Mi abuelo Rufo era vendedor ambulante hasta que se casó con mi abuela y no le quedó otro remedio que establecerse», cuenta con cierta sorna Jesús María Puyo Gil, nieto de los fundadores del comercio de Rufo Gil, en la calle Guarnicioneros (hoy Vicente ... Moliner), frente a la baulería de Pedro Sierra. Era el año 1913 cuando Rufo Gil Martín (Olivares de Duero, 1887) y Luisa Rosa Rico (Sardón, 1887) abrieron su pequeño comercio en la plaza del Ochavo. «Hasta entonces mi abuelo vendía con un carro de mulas por los pueblos pero mi abuela consideraba que aquello era peligroso, y no le faltaba razón, porque le asaltaron alguna vez en el camino. Ella había estado en San Sebastián aprendiendo el oficio en la sastrería de un tío suyo, así que abrieron en la capital su negocio en el que se vendían telas y mi abuela confeccionaba la ropa«, recuerda Jesús María Puyo Gil, el pequeño de los nietos del matrimonio. Los padres de Rufo, Eduardo Gil Casado y Brígida Martín Pico, también tenían un comercio en Valladolid.

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Luisa y Rufo tuvieron dos hijos, María Nieves (Valladolid, 1916) y Eduardo (Valladolid, 1918), pero el varón falleció a los 16 años. A principios de los años veinte del siglo XX el matrimonio se vio obligado a buscar otra ubicación para su comercio. «El dueño del local les avisó de que no les iba a renovar el alquiler y se tenían que ir. Mi abuelo empezó a buscar otro local pero no encontraba ninguno que pudiera pagar. Tuvo la suerte de que se encontró con un conocido al que le contó su situación y éste le ofreció venderle la casa que él tenía en el número 5 (hoy 1-3) de Portales de Especería, unos metros más allá. No entraba en los planes de mi abuelo comprar un edificio pero así lo hizo. Se la compró a plazos», explica Jesús María Puyo Gil.

«No tenían dinero para hacer una gran reforma, así que abrirían su tienda en el local que anteriormente había sido una lechería. El local era estrecho y estaba plagado de espejos. Recuerdo el letrero con el nombre en letras doradas 'Modas de Madrid' sobre fondo oscuro», describe el menor de los nietos de Luisa y Rufo. «La idea era haber abierto en Ferias de 1924 pero mi abuelo enfermó y murió en Día de Reyes de 1925. Mi abuela entonces se lió la manta a la cabeza, le echó valor, que en aquella época era casi un atrevimiento, y abrió la nueva tienda; eso sí, añadiendo junto al cartel de Modas de Madrid otro en el que se podía leer 'Viuda de Rufo Gil'». Y en 1925 echó a andar «la casa más especializada en ropitas para niños. Juegos de cristianar y comunión. Confecciones para señora. Inmenso surtido en todos los modelos y artículos. Gorritos, capas, chales», tal y como rezaba la publicidad de la época.

A Luisa le dio el relevo su yerno Miguel Puyo Mulet (Cretas, Teruel, 1909). «Mi padre era representante de una fábrica de velos y mantillas de Barcelona. Sardá y Hernández. Primero empezó a trabajar como aprendiz en un comercio de Gandesa, en Tarragona; y luego fue dependiente en Barcelona, antes de hacerse representante de la fábrica barcelonesa. Le pilló la guerra en Segovia y se hizo novio de mi madre. Cuando terminó la contienda regresó a Barcelona a despedirse de su trabajo. Se casó con mi madre y mi padre empezó a ayudar a mi abuela en la tienda», relata Jesús María Puyo Gil. Miguel y Nieves tuvieron tres hijos: Miguel Luis, María del Pilar y Jesús María (Valladolid, 1952), quien fue el último propietario del negocio familiar que cerró sus puertas en 2004. Modas de Madrid pasó a denominarse Puyo tras la muerte de su fundadora, en 1963. «Se hizo una gran reforma y mi padre puso nuestro apellido».

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