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Comercios históricos de Valladolid

La tienda de estilográficas del padre de Cristóbal Gabarrón

El murciano Antonio Gabarrón abrió en 1946 junto a una socia un comercio de plumas en la calle Cánovas del Castillo. Dos años más tarde se estableció por su cuenta y fundó otro negocio que cerró sus puertas en 1980

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 6 de marzo 2023, 00:04

El murciano Antonio Gabarrón Boluda (Mula, 1902) montó en 1946 en Valladolid junto a una socia un comercio de plumas en la calle Cánovas del Castillo: Plumas Gava. «'Ga', de Gabarrón, y 'Va', de Valle, creo recordar que era el apellido de su socia», explica el artista Cristóbal Gabarrón, hijo del fundador del histórico comercio vallisoletano. Dos años más tarde, en 1948, disolvieron la sociedad y Antonio Gabarrón se estableció por su cuenta tan solo unos portales más allá de aquel primer negocio. En el número 8 de Cánovas del Castillo abría sus puertas entonces Estilográficas Gabarrón. «La tienda de mi padre estaba dentro del portal del edificio pero consiguió que le dejaran hacer un gran escaparate a la calle», recuerda Cristóbal Gabarrón.

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«A mi padre en la vida le gustaban principalmente dos cosas: leer y escribir. Tenía como 'hobby' las palabras. Tenía una gran colección de todo tipo de objetos de escritura; esa es la explicación de por qué monta esta tienda tan especializada en Valladolid. La primera de estilográficas. Eso era entonces una modernidad», apunta Cristóbal Gabarrón, quien recuerda que en aquellos años las plumas venían de Estados Unidos, Alemania y Suiza. En España no existieron fabricantes de plumas hasta principios de los años cuarenta. Regia fue el primer producto íntegramente español que salió al mercado. La elección de la calle Cánovas del Castillo no fue baladí. «Era una calle que estaba al lado de la Universidad y de muchos colegios. Sus clientes eran catedráticos, maestros, notarios, abogados y médicos», indica el hijo del fundador de este emblemático comercio vallisoletano. «Las plumas estilográficas, en un principio, no eran baratas. Recuerdo que venían con unos sellos de aduanas (indispensables para poder exponer el producto a la venta en aquella época) que a mí me encantaban. Yo quería quedarme los sellos pero mi padre, como es lógico, no me dejaba».

El artista Cristóbal Gabarrón en la puerta del comercio de su padre, Estilográficas Gabarrón, en 1951. Álbum familiar de Cristóbal Gabarrón

«Mi padre fue muy imaginativo y creó varias formas para popularizar las plumas estilográficas. Una de las ideas fue crear un concurso radiofónico titulado 'Buscando a Gabarrón'. Un amigo suyo escondía una pluma en algún lugar de Valladolid y cuando ya estaba escondida avisaba a mi padre, y la gente empezaba a llamar a la radio para intentar encontrarla. Él dirigía dando las pistas 'caliente' o 'frío'. El que la encontraba se quedaba con ella. Y siempre se encontraban. La pluma había que llevarla a la radio y allí esperaba mi padre al ganador, le conocía y le hacía una entrevista al afortunado. Y hasta el programa siguiente, que era una vez a la semana. El programa solía durar entre una y dos horas, depende del tiempo que se tardara esa día en encontrar la pluma», cuenta Cristóbal Gabarrón.

Arriba, Antonio Gabarrón Boluda, en la puerta de su negocio. Abajo, Cristóbal Gabarrón delante del portal de Cánovas del Castillo en cuyo interior estuvo Estilográficas Gabarrón y detalle del rótulo del comercio vallisoletano. Álbum familiar de Cristóbal Gabarrón
Imagen principal - Arriba, Antonio Gabarrón Boluda, en la puerta de su negocio. Abajo, Cristóbal Gabarrón delante del portal de Cánovas del Castillo en cuyo interior estuvo Estilográficas Gabarrón y detalle del rótulo del comercio vallisoletano.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Antonio Gabarrón Boluda, en la puerta de su negocio. Abajo, Cristóbal Gabarrón delante del portal de Cánovas del Castillo en cuyo interior estuvo Estilográficas Gabarrón y detalle del rótulo del comercio vallisoletano.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Antonio Gabarrón Boluda, en la puerta de su negocio. Abajo, Cristóbal Gabarrón delante del portal de Cánovas del Castillo en cuyo interior estuvo Estilográficas Gabarrón y detalle del rótulo del comercio vallisoletano.

«También encargaba a amigos carteles publicitarios que colocaba en la tienda de tal manera que se vieran desde la calle. Recuerdo uno de José Manuel Capuletti«, cuenta Cristóbal Gabarrón, único hijo del matrimonio formado por el murciano Antonio Gabarrón y Aquilina Betegón Prieto (Valladolid, 1912). »En la tienda siempre se podía encontrar lo más avanzado del momento en artículos de escritura, así como las grandes marcas de estilográficas. Venía a comprar gente de Zamora, Salamanca, Ávila, Burgos, Santander e, incluso, Madrid«, comparte Cristóbal Gabarrón, quien nunca se planteó dar continuidad al negocio familiar. »Yo ayudaba mucho a mi padre y con él aprendí a hacer tinta. He dibujado desde niño y en la tienda aprendí a hacer rayas con aquellas plumas. Me sirvió mucho para mi oficio. Cuando mi padre se jubiló yo ya había conseguido tener un nombre como artista«, señala el pintor y escultor nacido en Mula y afincado desde niño en Valladolid, tierra natal de su madre. Estilográficas Gabarrón bajó la persiana a principios de 1980.

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