![Comercios históricos de Valladolid: Pescadería Curieses, la alegría de los gatos desde 1911](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202302/27/media/pescaderia.jpg)
![Comercios históricos de Valladolid: Pescadería Curieses, la alegría de los gatos desde 1911](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202302/27/media/pescaderia.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Juana Gil (Villalón, 1886) se trasladó desde la localidad vallisoletana de Villalón a la capital al morir su marido, Faustino Curieses, a finales del siglo XIX. La villalonesa llegó a Valladolid acompañada de sus dos hijos: Severiana y Francisco, para los que pretendía una vida mejor. La mayor, Severiana Curieses Gil, abrió a principios de 1900 en el número 34 de la entonces llamada calle de Ruiz Zorrilla (hoy Labradores) una pescadería. «En 1911 ya sabemos que estaba abierta porque tenemos cartas en las que Severiana escribe a su madre contándole cómo le van las cosas en Valladolid», cuenta Gloria Sánchez Repiso, biznieta de Severiana, hoy al frente de la Pescadería Gloria, en la capital vallisoletana. El establecimiento estaba flanqueado por una panadería y una tienda de frutas y verduras. «La fotografía de mis bisabuelos Severiana y Francisco sentados a la puerta de su comercio la encontramos hace apenas unos años. Ya no queda nadie en la familia que nos pueda decir quiénes son las demás personas que aparecen en ella. Una pena. Suponemos que serán empleados y clientes», apostilla Gloria.
Otros comercios históricos de Valladolid
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Casada con el también villalonés Francisco Martínez, la pareja tuvo tres hijas: Francisca, Marcelina y Carmen, quienes ayudaban a sus padres en el negocio. Al enviudar Severiana, en los años veinte cerró la pescadería de la calle de Ruiz Zorrilla (llamada así entre 1902 y 1937 en recuerdo del político soriano Manuel Ruiz Zorrilla) y se fue a vivir con su madre a Tudela de Duero, localidad a la que Juana se había trasladado tras casarse en segundas nupcias con Pedro Pérez, quien llegó a ser alcalde de esta localidad vallisoletana. Allí Severiana abrió una nueva pescadería, a la que puso por nombre su apellido: Curieses. «La pescadería estaba en el bajo del local de la casa en la que vivían todas juntas en la hoy calle del doctor Julián Martín Renedo», explica Gloria Sánchez.
Fue Carmen, la hija pequeña de Severiana y Francisco, la que se quedó al frente del negocio familiar al fallecer su madre. Casada con Fabián Sánchez Rodríguez, la pareja tuvo cuatro hijos: Celestina, Manuel, Emiliana y Carmen. «Mis abuelos tenían un carrito tirado por un burro al que llamaban Perico con el que iban a la estación de tren a recoger el pescado que llegaba de La Coruña. También tenían un carro tirado por caballos con el que venían a Valladolid a comprar el pescado», explican Gloria y Manuel quienes, junto a sus hermanos Isabel y Carlos, forman la cuarta generación de esta familia de pescaderos. «Somos la cuarta y la última», se lamentan los hermanos Sánchez. «No hay relevo generacional. La siguiente generación ha estudiado una carrera y ha preferido dedicarse a otras cosas», señala Gloria.
Cuando el hijo varón de la familia, Manuel, cumplió los 18 años se sacó el carné de conducir y el matrimonio de pescaderos compró una camioneta Fiat «a la que los vecinos la apodaron enseguida como 'la alegría de los gatos'», señala Gloria. «Mi padre iba repartiendo por los barrios con la camioneta y una bocina que tocaba e iba gritando 'parroquia, parroquia'. Las mujeres salían a la calle con sus platos vacíos y mi padre les preparaba el pescado y se lo ponía en los platos ya limpio. Y allí estaban los gatos a sus pies esperando los restos que tiraba mi padre«, recuerda esta hija, nieta y biznieta de pescaderos.
Casado con Felipa Repiso, el matrimonio tuvo cuatro hijos: Isabel, Manuel, Gloria y Carlos: los cuatro, pescaderos. «La pescadería de Tudela no daba para más familias, así que cuando volví de la mili me vine a Valladolid y cogí la pescadería del supermercado Hipo de la calle Gabilondo. Un año más tarde nos surgió la compra de una pescadería en la calle Palacio Valdés y al año siguiente, en 1979, abrimos la de conde de Benavente. Mi hermano Carlos y su mujer regentan desde hace años también un puesto de pescado en el Mercado del Campillo», explica Manuel 'Manolo' Sánchez Repiso, ya jubilado. Cuatro generaciones de pescaderos a los que en Tudela de Duero se les sigue conociendo como 'los Curieses'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.