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Radio Castilla Valladolid, la casa de las primeras voces que aún se recuerdanEl cronista | Historias de aquí
Radio Castilla Valladolid, la casa de las primeras voces que aún se recuerdanLa Ser de Valladolid está celebrando su noventa cumpleaños de existencia, en el marco del centenario de esta cadena en España, que comenzó en Radio Barcelona en 1924.
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La primera «speaker» que habló por la entonces Radio Castilla Valladolid (años más tarde Radio Valladolid) fue ... Ana Eugenia Viliesid, estudiante de Medicina, que el 1 de febrero de 1934 saludó a los oyentes vallisoletanos, y que despidió su breve locución con un «les ruego un poquito de indulgencia en mis primeros días de trabajo, y repito mi cordial saludo y mis mejores deseos para todos ustedes».
El primer equipo de locutores que tuvo Radio Castilla Valladolid era gente muy joven, no profesionales del periodismo, procedentes del mundo universitario, laboral o del teatro aficionado y que tuvieran una bonita voz. Sobre todo, porque la radio emitía prácticamente todos los días algún programa teatral o literario.
Los primeros meses, la radio solo emitía durante cuatro horas diarias, en tres tramos distintos: mañana, tarde y noche. En aquellas retransmisiones abundaban los números musicales de todos los estilos, conferencias y discursos, noticias sobre acontecimientos religiosos y políticos, lecturas dramatizadas, escenas teatrales y avisos oficiales. Con el tiempo fue aumentando el horario y se incluyeron asuntos sobre la agricultura vallisoletana, programas para la infancia y la mujer, retransmisión de partidos de fútbol, y ¡cómo no! el «parte» del tiempo.
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Viliesid, terminada la carrera de Medicina en 1936, se marchó a Oviedo, donde residía su familia, dejando en Valladolid un novio con el que debía haberse vuelto a ver en septiembre. Pero la Guerra Civil les separó para siempre. Tras Viliesid, se incorporó a la función la locutora Clarita Echevarría. Clarita –el diminutivo del nombre de la mujer era lo normal por aquella época-, era madrileña, pero residía en Valladolid desde hacía varios años, antes de que en 1936 se incorporara a la radio. Le gustaban las novelas, especialmente las protagonizadas por mujeres, y el cine y el teatro. Era fan de Gary Cooper.
Homero, actor aficionado, era otro de los locutores, con el que Clarita acabaría casándose en 1941, entró a trabajar en la radio en 1938, y compaginaba su trabajo en la radio con la venta de sombreros en una tienda de la calle Santiago.
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Desde que en 1936 Clarita comenzara su andadura ante los micrófonos, no los abandonó hasta 1966. Su esposo, con el que compartía su tarea de locutora, falleció en 1956. No tenían hijos, y desde entonces, perdido uno de sus dos amores, se entregó más si cabe a su trabajo, pues solo la radio conseguía paliar en parte el enorme dolor que le produjo el fallecimiento de su esposo, que se tradujo en más de un llanto ante los mismos micrófonos. La emisora, a propuesta de los compañeros de Clarita, en 1966 lanzó la idea de tributarla un homenaje. Clarita, que era enormemente popular, conoció el cariño de sus oyentes, pues fueron muchas las llamadas a la emisora de particulares y entidades para adherirse al homenaje. Este se llevó a cabo en una cena celebrada en el Hotel Inglaterra al que asistieron numerosas autoridades.
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En 1970 le fue concedida la Antena de Oro de la Radiodifusión Española, un premio que creó la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España. En diciembre de 1977, en la discoteca Cerebro (calle Gamazo), se celebró un homenaje a cuatro veteranos del mundo vallisoletano de la información: Clarita Echevarría, de Radio Valladolid; Luis Calabia, de Libertad; Miguel Montalvo, de Diario Regional; y Emilio Cerrillo, de El Norte de Castilla.
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Clarita Echevarría Orejón falleció en Valladolid el 29 de abril de 1993. El periodista vallisoletano Antonio San José (colaborador de El Norte de Castilla) es sobrino nieto de Clarita Echevarría. De entre el primer «cuadro artístico» de la emisora, especializado en representaciones teatrales, formado por Maruja Villamil, Arturo Maestud, Homero García Hernández (el que se casó con Clarita), Julio García Sanz, I. Martín, Isabel Moya y Mercedes Moyano, destacaron, sin duda los dos primeros citados: Maruja y Arturo.
Ambos terminaron por dedicarse más profesionalmente al teatro, compaginándolo, en el caso de Arturo con su profesión principal: era funcionario de la Diputación Provincial de Valladolid (como su padre). Arturo Maestud Rodríguez y María de los Ángeles Villamil Asensio (más conocida como Maruja), se casaron en los juzgados municipales de Valladolid el día 2 de febrero de 1935.
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Un detenido rastreo de su actividad, nos indica que antes de comenzar a trabajar (o colaborar) en la Radio, ya tenían «cartel» en el mundo de la escena. Son numerosas las noticias que recoge El Norte de Castilla sobre la actividad de Maruja y Arturo. Por ejemplo, el 27 de diciembre de 1932, en el teatro González, de Pozaldez, se representó la zarzuela Copito de Nieve, en la que cantaba Maruja Villamil.
A lo largo de su vida sobre las tablas, Maruja ejerció de actriz y de cantante con la voz de tiple, el registro vocal más alto de la voz humana. Interpretó varias veces a Doña Inés en las tradicionales representaciones otoñales de Don Juan Tenorio, y pisó las tablas del teatro Zorrilla, el Calderón de la Barca y teatros de Madrid y de pueblos de la provincia en numerosas ocasiones, con zarzuelas como Katiuska, El placer de la venganza, el ya citado Copito de Nieve, etcétera. En cuanto a obras de teatro, además del Don Juan Tenorio, el poema dramático Cancionera, La Enemiga, Vida y martirio de Genoveva de Bravante, o el vigoroso drama de Joaquín Dicenta Madre Paz.
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Maruja y Arturo actuaron juntos en varias ocasiones. Además, en torno a 1945 crearon su propia compañía, en la que Arturo, además, ejercía de director de escena, tanto de obras dramáticas como de grupos de coros. Así el 31 de octubre de 1948, la compañía, reforzada con artistas destacados de Madrid, puso en escena Don Juan Tenorio en el Teatro Zorrilla. La última noticia de esta pareja –más concretamente de Maruja-, la encontramos el 13 de enero de 1954 en la que se anuncia la obra de teatro Vida y martirio de Genoveva de Bravante, en el Teatro Zorrilla, en la que Maruja era segunda actriz.
Y de Arturo se sabe que al menos en 1967 seguía sobre las tablas, tal como se desprende de una función llevada a cabo en Elche en enero de ese año, en el que era primer actor de la obra ¡Ay que viuda!. De Arturo Maestud Rodríguez, sabemos que falleció en Madrid el 31 de marzo de 1995. De Maruja Villamil no se han localizado más detalles.
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Un repaso a las bibliotecas históricas que alberga la ciudad de Valladolid. A juicio de Jesús Anta, la más grande es la universitaria de Santa Cruz, una de las pocas visibles desde el exterior, aunque hay muchas más.
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