Radio Caribú, la emisora de Valladolid «sin autorización y clandestina» que fue clausurada en directo

Miembros del Cuerpo Superior de Policía, el 18 de octubre de 1985 clausuraron Radio Caribú (o Karibú). El gobernador Civil de Valladolid, Juan Eugenio Picón, manifestó a los medios de comunicación que la radio «era una emisora sin autorización y clandestina».

Terminaba así una aventura de poner en marcha una radio libre que comenzó a emitir el día 5 de octubre de 1984, viernes, a partir de las once de la noche.

Y para celebrar la inauguración, el sábado, los promotores de la emisora organizaron una fiesta en el Landó, una discoteca de la calle Galatea, diferente y transgresora que ponía la música de grupos indie, punkis o Grunge, que no se ofrecía en las otras discotecas vallisoletanas.

El grupo impulsor de esa radio libre se llamaba Garbanzo Negro, de ideas libertarias, asambleario y sin cargos ni presidentes. A esta iniciativa de poner en marcha una radio, se unieron otros grupos que defendían la libre emisión.

El día anterior se celebró una reunión en el café Minotauro (ya desaparecido, estaba en la calle del Santuario), en la que se explicó a los asistentes que el proyecto de la radio se había financiado con la venta de bonos y la emisión de conciertos, y que para mantenerla abierta se pondrá en circulación una suscripción, al igual que cualquier periódico o revista.

Radio Caribú nació con una clara voluntad de ser un medio de expresión al margen de los controlados por los poderes establecidos y empresas privadas, declararon sus promotores, que ofrecieron la emisora como «Un vehículo de expresión, comunicación y de desarrollo de todos los movimientos alternativos», según recogía El Norte de Castilla el día 5 de octubre. Emitiría dos horas diarias a partir de las 11 de la noche y ofrecería los más diversos espacios.

Caribú no se limitó a la emisión radiofónica, sino que organizó actividades abiertas al público, básicamente conciertos, pero también puso en marcha una semana de cine, por ejemplo.

Por aquellas épocas en España estaba en debate permitir o no las radios libres. Incluso la Televisión Española, emitió en diciembre de 1984 un reportaje titulado «Como te lo montas para hacer una radio libre».

Javier de Paz, recién elegido Secretario General de la Juventudes Socialistas, manifestó que su organización estaba poniendo en marcha una emisora libre y que en caso de que se la cerraran o censuraran se movilizarían y lo denunciarían.

Apenas cuatro meses antes de que Radio Caribú comenzara a emitir, la asociación JOC-E había iniciado en Valladolid la libre emisión a través de Radio Cometa - concretamente el 15 de junio de ese año 1984-.

El cierre de la emisora, generó una movilización. Por ejemplo, en el pleno del Ayuntamiento de Valladolid que se estaba celebrando el 21 de octubre de 1985, un grupo de jóvenes que estaba en la tribuna desplegó una pancarta: «No al cierre de Radio Caribú. Libertad de expresión», y lanzaron globos de colores y pegatinas. Tras un leve forcejeo, la Policía Municipal retiró la pancarta y desalojó a los jóvenes de la tribuna. Y el día de inauguración de la SEMINCI, allí se presentaron con una pancarta.

A pesar del cierre gubernativo del 18 de octubre, a los dos días la radio volvió a emitir, pues conservaban el equipo técnico que habían sacado del local de la emisora pocas horas antes de que aquel día se personara la Policía Municipal. Hasta que el día 23 de octubre (miércoles), la policía de nuevo interviniera consiguiendo incautar el equipo y detuvieron a un joven que estaba en el local. La entrada de la policía se hizo en plena emisión, por lo que los oyentes que estuvieran conectados oyeron la intervención, y rápidamente delante de la emisora se congregaron unas cien personas con la intención de obstaculizar a acción policial.

El joven detenido pasó unas horas en los calabozos de la policía, y tras prestar declaración, el juez García Castellón lo puso en libertad con la obligación de hacer una prueba de voz por la tarde para determinar si fue él el que al parecer emitiera insultos contra del gobernador en la emisión del lunes anterior en un programa.

En las páginas de El Norte de Castilla del 28 de octubre se publicó un manifiesto firmado por 200 personas titulado «A la ciudadanía democrática de Valladolid». El texto, después de hacer una defensa de la libertad de expresión, exigía que se devolviera el equipo técnico a los emisores, que se desprecintara el local desde el que emitían, y que «se les deje en paz con libre decisión de ser una radio libre». Entre los firmantes había nombres que tenían predicamento en los diferentes ámbitos de la vida social, cultural y artística vallisoletana, como Luis Díaz Viana, Gustavo Martín Garzo, Esperanza Ortega, Manuel Sierra, Gabino Gaona, Juan González Posadas, Fernando Urdiales, Fernando Valiño o Blanca Ortega.

El 21 de noviembre una manifestación recorrió las calles de Valladolid reclamando la libertad de expresión y exigiendo la reapertura de Radio Caribú. Además, acusan al PSOE de incumplir una promesa de resolver el problema de las radios libres y de que no cerraría ninguna de estas emisoras.

La paradoja es que el Instituto de la Mujer, adscrito al Ministerio de Cultura, en el fallo de un concurso nacional celebrado en diciembre de 1985 concedió el segundo premio a Radio Caribú por el programa «Mujeres con sombrero». Un premio dotado con 100.000 pesetas. Pero la dirección del Instituto comunica a la radio en febrero de 1986 que están revisando la concesión del premio «porque la emisora había sido clausurada por orden gubernativa». Sin embargo, las autoras del programa manifestaron que cuando se presentaron al concurso habían comunicado al Instituto que Caribú era una radio libre, y que por teléfono se las contestó que aquella condición no supondría ningún problema para participar.

En opinión de los responsables de Radio Caribú, la revisión se debió a las presiones ejercidas por ciertas autoridades del PSOE, entre las que se cita al gobernador Civil, Juan Eugenio Picón, que no ha dudado en pedir ayuda a su íntimo amigo Gregorio Peces Barba, presidente del Congreso. «para intentar silenciar a los críticos con el poder».

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